VA DE...Batiburrillo literario

jueves, 13 de mayo de 2021

PANADUMBRADOS


PANADUMBRADOS
: término acuñado por la escritora española MARIA SOCORRO MÁRMOL BRÍS en su relación de <PALABRARUSAS>, a partir de su relato corto del mismo título, [https://soco-marmol.blogspot.com/2021/05/panadumbrados.html]  para referirse al inespecífico estado psicofísico experimentado por los que viven en el tiempo del COVID-19.

Se compone del prefijo "PAN" = a TODO y del participio del verbo adumbrar "ADUMBRADOS" =  DIBUJO OCURECIDO o EMBORRONADO.

miércoles, 12 de mayo de 2021

PANADUMBRADOS

67/2021(Estado anímico y corpóreo en tiempos de pandemia)

         ¿Que cómo estamos?

        ¡Cómo vamos a estar! Pues de esa manera.

       Claro que, después de una charleta telefónica, he/hemos llegado a la conclusión de que la gente, TODA la GENTE, está metida en una especie de efluvio seroso y sofocante, en una grisura neblinosa difícil de clarear.

        Estamos pan-adumbrados.

        Sufrimos de panadumbre.

        Sin saber muy bien cómo ni cuándo (el cuánto dura ya largos meses) hemos sido contaminados por algo mucho más pegajoso y más contagioso que el propio COVID-19. Se trata de un trastorno de localización personal imprecisa y de secuelas sociales indefinibles que, por decir algo, nos ha convertido en un magma espesado en mansedumbres sediciosas.

        Bien mirado, no existe un término que defina el estado de ánimo que nos posee tras estos larguísimos meses de pan-demia.

        No es tristeza, ni miedo, ni pena, ni desconsuelo, ni angustia, ni rebeldía, ni sumisión, ni… y, sin embargo, es todo eso junto. 

        Y más.

       Esta tarde lo comentaba con un “MejorAmigo” de esos que, sin saberlo, me sostienen las ganas de vivir y estar dispuesta por si esto se acaba algún día y podemos volver al abrazo. Hablábamos de la absoluta ausencia de palabras con las que poder concretar lo que nos pasa, y dudábamos en que ninguno de los dolores físicos o de los estados de ánimo o de desánimo conocidos incluya la dimensión exacta para contener todo lo que dudamos, sentimos o hemos dejado de sentir.

En eso estábamos, cuando él dijo que estamos paaandémicos, con un alargamiento estertóreo de la “a” que más parecía una entrada en trance de apnea pulmonar que un vocablo coloquial bien acomodado dentro de su frase.

Ese “pan” expansivo fue el que hizo saltar el chispazo que me lanzó al vacío, haciéndome caer de bruces en el diccionario:

pandemia

Del fr. pandémie, este del lat. mod. pandemia, y este del gr. πάνδημος pándēmos 'que afecta a todo el pueblo', compuesto de παν- pan- 'todo' y δῆμος dêmos 'pueblo', y el lat. -ia '-ia', sobre el modelo del lat. mediev. epidemia 'epidemia'; cf. gr. πανδημία pandēmía 'conjunto de la población'.

1.   f. Med. Enfermedad epidémica que se extiende a muchos países o que ataca a casi todos los individuos de una localidad o región.

         Contagiada de ayes asmáticos, objeté yo, sin la más mínima seguridad, un “apesaaadumbrados, que tuvo la virtud de hacer planear entre los entresijos de mi cerebro un verbo algo descolorido por la falta de uso: “adumbrar”. La palabreja de marras saltó al vacío jadeante y sin paracaídas para terminar por posar su terrible ausencia de color en el momentáneo silencio que nos concedimos mi “MejorAmigo” y yo:

        adumbrar

Del lat. adumbrāre.

1. tr. Pint. sombrear (‖ poner sombra en un dibujo).

         ¡Toma ya! De manera que eso es todo: agarras un mundo dibujado a mano alzada, le pones sombras aquí y allá, espurreas una sin-luz que te obliga a caminar a trompicones, y quedas más adumbrado que un día sin pan.

        ¡Ya está! Así, como quien no quiere la cosa, entre ese “MejorAmigo” y yo creemos haber encontrado la palabra exacta que define este “contagio” pestilencial e indescifrable que nos posee, que va más allá del virus y que nos tiene contaminados a todos de ese “algo” sin nombre al que nosotros, mientras se encuentra mejor etiqueta, vamos a llamarle “estar panadumbrados”.

        ¿Que cómo estamos?     

 ¡Pues cómo vamos a estar a estas alturas! 

Estamos panadumbrados.

 

En CasaChina. En un 11 de Mayo de 2021

 

miércoles, 5 de mayo de 2021

HISTRIÓNICOS CON TRAJE DE LUCES

 

59/2021

 Yo lo que sé hacer es escribir (y no precisamente sin borrones).  

Hoy se trata de un PEQUEÑO DESVARÍO para quienes, en lugar de hacer el camino de reata, se empeñan en seguir siendo por cuenta propia pensadores unos y únicos.

 

       Éramos animales nobles, bellos y encastados, a los que el caporal, desde que vinimos al mundo, incluso nos puso nombre propio.

      Seguimos siéndolo.

      Nunca fuimos manada ni rebaño, sino índoles con sombra propia.

     No era el pesebre de los establos nuestro mejor sufragio. Estábamos hechos a buscarnos con esfuerzo la yerba fresca, o el tamo cuando llegaban las sequías, en la libertad de las dehesas.

      Seguimos y seguiremos trabajándonos la yerba que nos comemos con ayuda de las abejas, encargadas del almacén de los pólenes, y de los pájaros, que siguen diseminando semillas una a una.

El único toril que conocimos fue el de las plazas de toros, donde el magma del aforo, convertido en una masa taraceada de millones de ojos desorbitados y de jadeantes bocas vocingleras, gozaba desde las gradas con nuestra lidia, con nuestro tormento, con nuestra bravura hasta el mismo momento de amagar la testuz; y con nuestra agonía, antes de descuartizarnos para servir de cebapanzas y de regodeo de toscos paladares en los ruidosos trasiegos de las tabernas aledañas al coso.

        Quienes lo vieron dicen que en el fondo de los ojos de los de nuestra casta, antes de morir, se reflejan desteñidos todos los colorines de los vestidos de nuestros matadores; pero nunca alcanzaron a contener el odio de quienes pedían a gritos otro revoleo de capotes más antes de que brillara al sol la espada de matar.

Entre los pájaros que apenas escaparon del vasallaje de las jaulas, de la trampa de la liria, y del engaño de la lidia, se comenta hoy que otro matador de toros se ha cortado la coleta tras un estridente desafine de timbales, clarines, caireles y alamares que nos amedrentaba con tantísimo ruido de aceros mellados, y nos agobiaba escarbando con sus rancias manoletinas en nuestro inmemorial oficio de nobleza.

        ¡Uno menos!       

        ¡Era ya tanto y tan desaforado el ruido…!

En CasaChina. En un 5 de Mayo de 2021

 

LA PRESUNCIÓN DE INDECENCIA

  (Mujereando)           45/2024   ¡Ya está bien! Hasta los “huevarios” estamos muchas mujeres de tener que “serlo”; pero, sobre tod...