23/2017
No sé si es una impresión
personalísima o una realidad objetiva porque, bien mirado, cuando una servidora
habla (o se dispone a hablar) nunca sabe si existe realmente eso que
llaman objetividad; así que, siempre
desde mi particularísimo punto de vista, me parece a mí que al parlamentario Rafael
Hernando (excelentísimo señor, o Su Señoría si así lo prefieren, por supuesto
por imperativo legal[1])
muestra en sus intervenciones algunas carencias gonadales básicas que compensa
con palabrería digna de más bajo foro que nuestro Parlamento.
Me estoy refiriendo al discursillo de
esquina oscura y lucecita roja conque ayer, intentando ser ingenioso en su
ataque al enemigo, resbaló en lo cenagoso aludiendo a lateralidades situadas al
sur del ombligo en lugar de centrarse en contenidos cerebrales.
Se dirigió nuestro parlamentario -y
digo nuestro porque su escaño lo pagamos a escote entre todos, y lo que se
compra con dinero propio nos pertenece- se dirigió, digo, el parlamentario
Hernando al jefe de la banda promotora de la moción de censura contra el jefe
de su propia banda diciendo[2]:
"No seré yo quien diga que la señora Montero estuvo
mejor que usted, porque no
sé qué puedo provocar en la relación".
No es que una
vaya a escocerse con semejantes alusiones a lo que, en el campo de las
relaciones, debiera pertenecer al mundo de la privacidad; pero sí que me
inquieta que un machito de gesto torvo y lengua más larga según parece que
otros adminículos estructurales, se eche a comadrear en un lugar tan noble, alzándole la función a lo que, según
el Diccionario, es propio de otro género.
Vea, si no, señor Hernando (Señoría
por imperativo legal) lo que el dignísimo y también algo gonadal Diccionario de
la Lengua Española dice del término COMADREAR:
comadrear
De comadre.
1.
intr. coloq. Dicho en especial de las mujeres: Chismear, murmurar.
Claro -me digo- que,
para tratar de ser objetiva, no debo olvidarme de lo que el mismo Diccionario contiene
sobre el COMPADREAR.
compadrear
De compadre.
1. intr. Hacer o tener amistad, generalmente con fines poco lícitos.
2. intr. coloq. Arg., Par. y Ur. jactarse (‖ alabarse).
3. tr. Arg., Par. y Ur. provocar (‖ irritar).
¡Vaya, vaya! No
me diga usted que lo de su chismorreo
comadreril era en realidad un compadreo
de diccionario…
Analicemos cada una de las entradas a
ver si voy por buen camino:
¿Acaso con su
comadreo pretendía “hacer o tener amistad…con fines poco lícitos”?
¡Ayayay que eso
no me gusta un pelo!, porque luego los que tenemos que “rescatar” esos “fines”
somos los de siempre… Y los de siempre estamos ya más estrujaos que una rodilla
de enjuagar pucheros.
Claro que, quizá
se estaba usted “jactando” del uso que los “enemigos” pudieran darle a los
elementos “relacionales” de los bajos fondos anatómicos, lo que me lleva a
sospechar que esa acción
de jactancia tiene mucho de exhibicionismo de propias carencia de uso.
A ver, dígame: ¿iban por ahí los tiros…?
Porque, de ser así, tampoco eso me tranquiliza; que todos conocemos que los que
más fusilaban al amanecer eran los que menos disparaban entre las sábanas por
falta de munición o voladura de impedimenta.
Lo de “provocar”,
así, a primera vista, se me hace más llevadero por aquello de que el provocador
amaga y no da. De eso las mujeres sabemos bastante ¿sabe usted? Claro que el “amagador”
va buscando el que le den en los morros para luego irse lloriqueandole a los
legajos judiciales a ver si una sentencia más o menos fundamentada hunde en la
miseria al enemigo, imbatible por la parlamentación racional y brillante que
tanto echamos de menos.
¡Después de
escucharle ayer, señor Hernández, siento un repullo leyendo las acepciones del
Diccionario patrio!
comadre
Del lat. commāter, tris.
1. f. partera (‖ mujer que sin
estudios asiste a la parturienta).
2. f. Madrina de bautizo del hijo o
del ahijado de una persona.
3. f. Madre del ahijado de una
persona.
4. f. coloq. alcahueta (‖ mujer que concierta una relación
amorosa).
5. f. coloq. Vecina y amiga con
quien tiene otra mujer más trato y confianza que con las demás.
compadre
Del lat. compăter, -tris.
1. m. Padrino de bautizo del hijo o
del ahijado de una persona.
2. m. Padre del ahijado de una
persona.
3. m. Padrino del hijo de una
persona en el sacramento de la confirmación, según el rito católico.
4. m. coloq. Amigo o conocido. U.
m. en vocat.
5. m. Arg. y Ur. compadrito. U. t. c. adj.
6. m. desus. Protector, bienhechor.
Llegados a este
punto se me ocurre que, ya que parece jactarse
de tenerlo, pudiera emplear su “académico” ingenio en pedirle a los académicos
de la lengua que, si les viene bien, igualen
los conceptos comadre/compadre para que no tenga usted que mudar tornas imitando
a las comadres, esas que “sin estudios
asisten a las parturientas” que acaban pariendo compadres como usted, o alcahueteando
para concertar una relación amorosa que,
dicho sea de paso, no debiera usarse -el amor, digo- como algo indigno, cuando
lo único indigno es seguir manteniendo en vigor el indecoroso anatema
insinuante y compadreril del SEXTO MANDAMIENTO desde la tribuna de oradores.
¡Ah, por cierto!
No se esfuerce. Los compadres como usted me lo quitaron ya todo y no tengo nada
embargable salvo el ordenador desde el que escribo.
Y, a falta de ordenador, siempre me
quedará el pensamiento que, como bien sabe, no entiende de politiquerías, ni de compadreos de
derecha o de izquierda, sino de afectos y cercanías que no hay guillotina que
pueda amputar.