CripticoLerías[1] − 181/2025
Tres son las muescas marcadas con hierro al rojo vivo en la culata del pueblo, por el propio pueblo, que dan fe de la muy todopoderosa, profanísima y sacralizada deidad, apodada por más señas DemoCracia (del griego: δημοκρατία dēmokratía, demos, "pueblo", y kratos, "poder").
Ante tan rutilante como profano TrídoloÁureo, se postra su pionero: el pueblo redentor, colonizado por sí mismo.
Está claro que hablo de los tres becerros de oro líquido adorados por el pueblo errante: Legislativo, Ejecutivo y Judicial –Montesquieu dixit[2]− que, conjugados en infinitivo, se truecan en legislar, ejecutar y ajusticiar.
¡…!
Como puede verse, lo tan conmovedor como inquietante de tales términos es su polisemia, la sinonimia polisémica del trío de ídolos constituyentes del TrídoloÁureo ya enumerado: “legislar”, “ejecutar” y “ajusticiar”, con los que los representantes del Pópolo en la tierra, sus arcángeles electos, se consideran autorizados a imponer su personalísima interpretación sobre los tiempos y la forma de culto de tales TrídolosÁureos, y abren la caja de los truenos contra los descreídos.
O contra los apóstatas.
En definitiva, y para escaquearnos como nos de a entender Dios, y nos permitan los síndicos halados (con h) que nos vigilan, del riesgo de ser lanzados a las llamas del infierno de lo fachendoso, rindámonos ante el único DiosVerdadero: el PoderÚnico, la DemoCracia, deidad revelada bajo la advocación de tres revelaciones diferentes: Legislativo (padre), Ejecutivo (hijo) y Judicial (EspirituSanto), que son, ontológicamente hablando, la misma cosa: “poder”. Y comparten idéntica sustancia y naturaleza: MásPoder.
Y, quien no crea sin reservas en el TrídoloÁureo, al infierno de la fachenda con él.
En CasaChina. En un 21 de Noviembre de 2025
