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sábado, 1 de octubre de 2022

¿Y si...?

La vida no siempre es futuro perfecto mientras haya un presente de indicativo que emplear en algo

       ¿Y si regresara a sus aulas virtuales como doctoranda…?

        Hace 50 años, en el curso 1972/1973, echaba a andar la Universidad Nacional de Educación a Distancia.

      ¡Era mi oportunidad! Siempre quise cursar Derecho, pero la prematura muerte de mi padre, en 1959, lo hizo imposible por entonces. Había que terminar una carrera cuanto antes; para eso era la mayor de tres micos recién horfanizados.

      En 1972, cuando comenzó la UNED, llevaba yo DIEZ AÑOS en el ejercicio del Magisterio, -desde Jaén a Madrid, pasando por Salvacañete y por Madridejos- carrera que terminé en la inolvidable Escuela de Cea Bermúdez, <MARÍA DÍAZ JIMÉNEZ> que tanta libertad me enseñó y tanto afán de aprender enseñando me imprimió.

      En el curso 1972/1973 alguien me tomó de la mano y me llevo a las puertas de la Universidad, en la calle San Bernardo de Madrid. Eran los exámenes de acceso, y yo me enrolé en aquella Universidad que se nos ofrecía por cuadernillos mensuales de correo postal, y en la que, suponiendo que hubiéramos tenido tiempo de ocuparnos de ellas, las huelgas se hubieran hecho por telegrama.

      ¡Que experiencia!

      ¡Qué duro fue! Trabajar de día, y aprovechar las noches para recorrer unidades didácticas exactas.

       Terminé la licenciatura de Derecho con la primera promoción. Y, antes de darme cuenta, me encontré siendo Maestra Nacional y Abogada; como lo había sido mi padre. 

    Para entonces la soledad ya se había hecho hueco entre mis cosas por falta de tiempo para sacudírmela.

      Años más tarde regresé a la Universidad de educación a Distancia a través de la FUNDACIÓN UNED, como profesora de MEDIACIÓN. Buena cosa esto de la Mediación, que me ha enseñado a intentarlo siempre.

      La vida ha dado muchas vueltas. Me casé con un hombre brillante que se apagó como mi padre. Puse por escrito muchas cosas, y aprendí; sobre todo, aprendí que ahí afuera siempre hay alguien dispuesto a echar un rato de cháchara.

    Así ha ido corriendo el tiempo hasta que ayer, flanqueada por la Vicepresidenta Segunda del Gobierno de España, NADIA CALVIÑO, −también alumna de la UNED−, y por RICARDO MAIRAL USÓN, Rector de la UNED, se me entregaba la acreditación de haber pertenecido a la primera promoción de esa escuela.

      ¡Éramos solo CUATRO los “supervivientes” los asistentes al acto conmemorativo de aquella primera promoción de hace 50 AÑOS! Y de ellos, yo la única mujer.

      ¡50 años ya! No es extraño, pero sí que fue algo triste acudir sola a tan emblemático acto. Cosas del tiempo que hace que…

      Lo que sucede es que, cuando tan ilustres personajes (¡personas!) tomaron mis manos, y me sonrieron como diciéndome "eres de los nuestros", desapareció la soledad y emergió otra de mis loquerías crepusculares.

      ¿Y si…?

      Ya sé que pudiera ser algo tarde… Pero no desisto yo de volver a la UNED a hacer el doctorado que se me quedó pendiente. A lo mejor, hasta me da tiempo a terminarlo.

      ¿Que para qué, si ya me quedan apenas jirones de un futuro algo desaliñado? ¡Quién sabe! La vida no siempre es futuro perfecto mientras haya un presente de indicativo que emplear en algo. Y nuestro presente, -el de los de las promociones iniciales- por muy arrugado que esté, también cuenta en el ábaco de lo posible.

      Total, como decía ayer la señora Calviño parafraseando tangos, ¡…que 50 años no es nada!

    ¿Y si les agradeciera a estos dos ilustres jovencitos haber tomado mis manos como si ya no estuviera sola? 

        ¿Y si...?

     ¡Y sí…!

 En CasaChina.  En un 1 de Octubre de 2022

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