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miércoles, 2 de junio de 2021

MI LIBRO DE LAS HORAS: LAUDES

69/2021

Laudes

Loado sea este poder seguir percibiendo.

Percibiéndoos.

Percibiéndome.

Y percibiendo ese mensaje que llega hasta mi teléfono desde alguna habitación de alguna casa de algún lugar, donde un alguien o una alguien, con nombres propios que parecen míos, me recuerdan en la distancia sobre un teclado algo rendido a los coloquios sin tacto aunque con rostro imaginado.

Hoy amanece en Madrid con esas leves maneras de amanecer que se gasta cualquier tierra de secano que se precie. Esas tierras que nunca renegaron de un asma ancestral y crónica. Esas tierras con tamo emborronando el aire, con pedregal de ida y vuelta entre olivos inmortales, y con el alma cuarteada de estiaje.

Y de éxodos.

Amanezco yo en Madrid y, antes de abrir los ojos, me recreo por unos segundos en el tacto de lo invisible, y me pienso en aquellos amaneceres de Sierra Mágina, donde, antes de que se instale la canícula en las cornisas de los vencejos y en las calorinas de la siesta, paralizándole el aliento al mundo, se siente que una brisilla recorre los despertares de los zaguanes cómplices del siseo de las aspidistras, y entra por las ventanas, abiertas como bocas de pez en desaliento, entreteniéndose en tremolar a su paso todas las cortinas de la casa.

Amanece en mundo.

Amanezco yo en este mundo de paso, y me gozo de esta tregua de frescor que es despertarse en otro 2 de junio.

¡Tantos ya!

Hoy tampoco saldré a la calle. Prefiero pensar que, cuando salga, podré encontrarme con los que ya no están, y podremos buscar cualquier sombra para retomar la conversación allí donde quedó en suspenso.

Claro que… según ha pasado este tiempo, −tiempo de siega−, devolviéndole el amarillo a las espigas, antes o después tendrá que llegar el tajo hasta mi haza.

Tampoco está tan mal haber sido gavilla en manos segadoras, y haz enhiesto sobre las angarillas, y parva en era bien trillada si se deja buen trigo en los graneros.

Ya vendrán otros a sembrarnos.

Mientras tanto, loada sea la hora en que la brisa aún me pertenece; y permanece. Y mueve las cortinas del presente.

Y las del recuerdo.

 En CasaChina. En un 2 de Junio de 2021

 

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