50/2023
Entonces descubrí que una sonrisa
−aunque fuera impostada−
trazaba en el cerebro la ilusión
de estar siendo feliz.
Por eso me encajaba entre los dientes aquel lápiz
que desarticulaba
las tristes comisuras de mis labios
en cascada
como si sonrieran con prórroga forzosa.
Sin meta.
A boca llena.
Y la felicidad se dibujaba en línea recta
lo mismo que un cautivo encadenado
entre las brumas
de mi escenario íntimo
invisible.
En CasaChina. En un 27 de Septiembre de 2023