(Mini-150 palabras no muy justas)
Una elefanta con ricitos decidió abrir nuevas sendas para elefantes y se echó a cruzar el Océano en busca del perdido paraíso de las togas que mandan en úteros ajenos.
Y la elefantita caminera llegó a Nueva York.
Unas elefantas recién llegadas a la reserva, ojo avizor y bagaje de prestado, decidieron seguir la senda abierta por la trompetera con ricitos. Y, a riesgo de tener que practicar la coprofagia de sus ancestros los mamuts por ir demasiado pegadas a los traseros precedentes, echaron a andar tras la zapadora oceánica y llegaron también a Nueva York.
Dicen los que saben, sospechan de cualquier certidumbre y todo lo ven que las elefantitas se fotografiaron en idénticos lugares, y que, mientras discurren cómo justificar su periplo “todo-incluido”, siguen caminando en círculos, unas detrás de las otras, “coprofagiándose” entre sí y a nuestra costa.
¿Será verdad que las cosas son como las cuentan?
En CasaChina. En un 6 de Julio de 2022