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viernes, 12 de octubre de 2018

¿EN QUÉ QUEDAMOS?


Abrazo de Acatempan

 103/2018
(Serie AmadaAmérica)

Hoy, “Dia de la Hispanidad” por más señas, es para mí un día contradictorio, en el que recuerdo mi propia paradoja. Me refiero al amor artesanal y minucioso que siento por cada rincón de este país -más nuestro que mío- y al simultáneo sonrojo visceral que me causan algunas actitudes típicamente españolas (creo que algo semejante existe en Japón y se llama Harakiri) que nos llevan a no tener término medio: o somos los más guapos del baile o nos escondemos hasta de nosotros mismos, como antes se escondía al “hijo tonto” y a sus besos más dulces, no fuera a ser que el vecino se riera de nosotros delante del puesto de los nabos.


Hoy, “Día de la Hispanidad” por más señas, regresan a mí, uno a uno, los imperecederos recuerdos de cada rincón de los infinitos que he visitado a lo largo de mi ya larga vida, en mi amada, en mi inolvidable AmadaAmérica
Internet

Hoy, “Día de la Hispanidad” porque hubo un allá fecundo, pronuncio los nombres amados de las gentes que conocí allá, saboreándolos uno por uno, y sabiendo que este día no tendrá segundos suficientes para poder nombrarlos a todos con la añoranza que desde la soledad del aquí se experimenta en días como éste, recordando la calidez del allí, aunque sea de paso.

Atribuido a José Ibarra
En este “Día de la Hispanidad” no puedo evitar el recuerdo de una de las mayores paradojas que he conocido: ese amor/odio con que mis amigos (mis hermanos) americanos despotrican de “los sanguinarios españoles”, mientras se apresuran a buscar el origen de su propio apellido en el abuelo gallego, o en la abuela sevillana, o en el bisabuelo vasco.

Recuerdo muy especialmente que fue allí, -en Caracas más concretamente- donde aprendí la palabra “mantuana” con toda su carga de deseada y discriminatoria españolidad americana. Y la palabra “criollo”, con ese sabor a no ser de ningún sitio porque se es de todos: simiente de aquí sembrada en el útero de la madre tierra de allá.

Hoy, precisamente hoy desearía el regreso, siquiera sea por encontrarme con lo mejor que allí guardan: mi propio idioma, hablado y conservado con un preciosismo para el que aquí ya no nos queda tiempo y, a veces, ni sensibilidad de lo que supone hablar español, aunque a veces -sólo a veces- me avergüence de no hablar inglés.

http://adarve5.blogspot.com/2016/11/imagenes-para-leer-los-cuadros-de.html
¡Ay, estas contradicciones mías!


¿En qué quedamos? ¿Amo cada rinconcillo más o menos escondido o evidente de España o me avergüenzo de ellos?

¿En qué quedamos? ¿Detestamos/Detestáis a nuestros/vuestros antepasados, o admiráis que decidieran salir de la miseria con lo puesto, y fueran capaces de mestizar como ningún otro pueblo de la historia lo ha hecho, hasta crear esa bellísima riqueza de razas híbridas y hermosas que somos/sois sus descendientes?

¿En qué quedamos? ¿Nos seguimos amando como nos amamos, aunque echemos los pies por alto repitiendo como loros lo que otros vocearon en su propio provecho, o nos perdemos en este ir y venir de un lado a otro del Océano para fundirnos en la paradoja que siempre es el abrazo?

Nadie va a negar lo de los barcos negreros, ni lo de la Inquisición, ni lo de los encomenderos… ¡Faltaría más! Aunque nadie me negará que, aquellos a los que tanto se denuesta, dejaron testigos vivos de su tránsito. Y no como otros. Pero ni los ojos de mirar lo de entonces están dirigidos con la mentalidad de ahora, ni los que estamos a este lado somos responsables de los antepasados de los que están al otro, ni los del otro lado pueden negar que desde aquí seguimos amándolos y deseando volver allí, aunque sea para mirarnos de reojo mientras nos convidan a zamparnos una lechona y nos preguntan por "la madre patria".

¿En qué quedamos? ¿Nos decimos cuatro cosas, vosotros con esa exquisitez algo resentida que os caracteriza (“a la orden”) y nosotros con nuestras agrestes urgencias, y luego nos vamos de copas?

O de farra.

O lo que se diga.

Pero quedemos a hablar de lo nuestro.
 

Que no nos queda tanto tiempo para gastarlo en rencillas ajenas a las que no nos convidaron.

En CasaChina. En un 12 de Octubre de 2018

CARTA ABIERTA A MIGUEL FERNÁNDEZ PALACIOS GORDÓN

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