VA DE...Batiburrillo literario

viernes, 28 de febrero de 2020

CERTEZAS



 16/2020
Levantó su puño
cerrado,
y tuve miedo
al golpe irracional
que presagiaba el gesto.

(Ya sé que un gesto no es una certeza)

Levantó su mano
abierta
y tuve miedo
al desdén azaroso
que presagiaba el gesto.

(Ya sé que un gesto no es una certeza)

Vi su mano
extendida.
Extendí yo mi mano
hasta enredar mis dedos con los suyos.
Entonces
tuvimos la certeza de la piel
igual que una caricia
en blanco y verde.

Ahora sé que una certeza de amor irrenunciable
honrado
irreverente
está en la superficie de los gestos.

En “CasaChina” En un 28 de Febrero de 2020
Día de Andalucía

jueves, 27 de febrero de 2020

PIEZAS DE MUSEO


21/2020
(Croniquillas)
        Algún día, cuando la era del asfalto sea un mal recuerdo para los paisanos emigrados y una añoranza para las ruedas de los inexistentes carros de bueyes, vendrán los arqueólogos, armados con rasquetas, brochas y libretas de notas, y rescatarán las calles empedradas, y las desiguales losas inmensas de las aceras, y la fragancia de la tierra apisonada del otro lado de la cuneta recién chaspada por el escardillo del peón caminero.
        Alguien escribirá en el periódico que aquí, bajo el abrazo cerril del asfalto, hubo una vez un pueblo con ayuntamiento enjalbegado, una plaza con un pilar de aguas llenas de ovas y sin luces de colores en el fondo, unas escuelas de chiquillos sin ruta escolar y una plaza del mercado donde voceaban los hortelanos lo que cualquiera podía ver.
        Algún día se contará que hasta hubo viejos sentados al sol, dispuestos a contarles a los que ya no están lo que ellos ya no se verán nunca desde el cansancio de los ojos.
        Algún día, la vieja carretera de zahorra será un parque temático de puentes abandonados, adelfas bien podadas y caminillos de acceso al fondo de los barrancos por los que los cabreros dejaban sestear sus indigencias.
        ¿Recuerdas? allí nos detuvimos, sin saber que éramos quizá los últimos románticos, algo arrugados ya para semejantes trochas del corazón. No nos dimos cuenta de que éramos piezas de museo latiendo a la intemperie.
        Algún día, a falta de viejos que cuenten nuestra historia de viva voz, aunque nadie los escuche, se abrirá un museo de crisantemos, cristal y hormigón, con viejas añoranzas colgando de las paredes, bajo las cuales habrá pequeños letreros informativos:
        “Últimos habitantes de este lugar, cargados de maletas sin retorno, camino de una tierra prometida que no será la tierra”.

En “CasaChina”. En un 27 de Febrero de 2020

lunes, 24 de febrero de 2020

EL TIEMPO SIN PALABRAS


(Crónica de un almuerzo en casa de Franca López Figueroa)



Dicen que el anfitrión fue un genio.

¡Hay que ver que mal utilizamos los tiempos verbales! Para mí, él es un brillante presente de indicativo obturado.

En un primer momento, se hace difícil traspasar la barrera que la vida instaló entre su mente y la nuestra. Sin embargo, ayer encontré el portillo por el que poder penetrar a su mundo.

Me refiero a sus ojos.

Él vive secuestrado en el mundo de “los SinPalabras”. Hablo de esas palabras que son como el chorro de un manantial sin estorbos, por el que nos derramamos y nos decimos: Nuestro propio manantial.

Solo que, para él, un buen día, una de las venas de su cerebro de desmandó −ictus lo llaman− cegándole la travesía de las palabras.

Sin embargo, ayer encontré el portillo por el que poder penetrar a su mundo tan lleno de palabras sin salida como de necesidad de decir y decirse. Me refiero a sus ojos.

Sus ojos hablan.

Y, cuando nadie lo escucha, porque va más lento de lo que fuera menester, sus ojos se ausentan.

Pero sus ojos están ahí, dispuestos al chacharacheo.

Solo necesita tiempo de espera hasta que las palabras acuden, como un rebaño descarriado que regresa al redil.

Sólo necesita tiempo: eso que apenas notamos que se nos acaba, malgastado en naderías.

¿Y en qué mejor usarlo en escuchar sus ojos?

En un 23 de Febrero de 2020

LA PRESUNCIÓN DE INDECENCIA

  (Mujereando)           45/2024   ¡Ya está bien! Hasta los “huevarios” estamos muchas mujeres de tener que “serlo”; pero, sobre tod...