Breve historia del poema 05/2023
Miguel Ángel Cañada Castellano publica en Facebook una imagen versificada (casi un haiku): “Miró su cara/ en el espejo de agua/ la gran montaña”. Esa imagen espléndida me habla hasta convertirse en versos. No puedo por menos de pedírselo al autor:
Como diría Luis Eduardo Aute si pudiera, antes de pedir que me prestases tu fotografía para el poema que surgió al mirarla:
Una de dos
o me llevo a esa mujer
o entre los tres nos organizamos
si puede ser…
¡Me ha dado el sí! Aquí están imagen y poema
Ahí llega el caminante, recién amanecido.
Mira el reloj solar: esa largueza
de verticalidades peñascosas que umbrían la llanura
perlada de relente que ahora amasa vidrios entre la hierba.
Y se estremecen:
El monte que fibrila reflejado en aguas escarchadas.
La escarcha que se duele de unas huellas recién amanecidas.
Esta mañana azul que ahora camina hacia los humedales de la noche.
El caminante finge que no siente el deshielo en las pestañas
para que ni una lágrima siquiera le enturbie el horizonte.
Y apenas se detiene.
Entonces son los ojos desmandados
tendidos como páramos excelsos de alcances infinitos
los que buscan un último refugio en las incertidumbres.
Y miran con asombro.
En CasaChina. En un 20 de Enero de 2023