Y así,
sin hacer ruido,
o haciendo tanto ruido como hacía
Juan Antonio
para empapar en risas y en diabluras
nuestro sagrado pan de cada día.
Así,
tan sin pensarlo,
nos vamos despidiendo los demás
de todos los caminos conocidos
que soñamos un día que fueran nuestros
sin ser nunca de nadie.
De todos los abrazos
que dejamos de dar por indolencia
pensando en que el tiempo fuera eterno.
Antes de darnos cuenta
se nos va despojando
de todos los que fueron nuestro norte
y nunca nos paramos a decírselo.
Así.
Sin darnos cuenta.
En CasaChina. En un 25 de Noviembre de 2025
