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jueves, 15 de mayo de 2025

EL EXPRESIONARIO DE MÁGINA: ESCARPE

 

 Y mis asistentes palabreros

¿Qué sería de este <EXPRESIONARIO DE MÁGINA> en el que me empeño desde hace ya más de veinte años, sin el auxilio de mis particulares “Palabreros”, esos paisanos de la tierra que no dejan que se pierdan palabros y decires…

Hoy le toca salir a escena a la palabra CELLAJO

 

CELLAJO:

1.Escarpe*

2. Algo para usar de azote, de presencia áspera, basta, resistente y rústica. (Posiblemente ramajos de plantas espinosas).  

3. Explanación hecha en lo más alto de un laero* para usarlo como caminillo entre dos suertes* de tierra.

 

DICHOS: Eso es más basto que un cellajo.

 CUCHICHEOS: Esta palabra no se encuentra en la mayoría de los diccionarios al uso. En el VOCABULARIO ANDALUZ de Alcalá Venceslada, (al que se remite la RAE[1]) se recoge como Escarpe superior de un camino que está en el despeñadero.

 MÁS CUCHICHEOS: desde la entrada “escarpe” en la letra “E”, traigo aquí esta mención: Tres son las personas de Sierra Mágina que rastrearon este palabro en mis entendederas, dándome razón de otros palabros que se le arriman de más o menos cerca:

Uno fue Juan Canalejo, (Cavila), de Bedmar, quien me obsequió la palabra laero para referirme dónde y con cuanta pejiguera tuvo que pelear su inmemorial madre, Ana, la obra del edificio donde ahora está el Hostal “Paraíso de Mágina”, cuya planta a pie de calle la marca el ascensor como piso 4º, por debajo del cual tienen casa sus hermanas y corral sus animales.

Otro que en justicia debo mentar es el cuñado de Juan: Antonio Medina, de Albanchez, que fue el que me informó de que en su pueblo, que tiene más laeros que una Suiza en miniatura, cuando se partía entre dos personas una finca con un laero* en medio, se deslindaba dicho laero a todo lo largo haciendo de él tres partes, de las cuales, una era para el nuevo dueño de la parte inferior, y dos para el de la parte de arriba por la que iba el escarpe* del camino.

El tercero fue el cronista de mi pueblo, José Manuel Troyano Biedma,  quien, en su labia de agradecimiento por habérsele concedido la Medalla de Oro de Bedmar, no tuvo otra que referir cómo, de chiquillos, se tiraban por los escurridizos desde los “cellajos” de la Pililla, dejando la trasera de los calzones para tener que ponerles culeras*.

Mi agradecimiento para ellos.

FELICITACIONES A JOSÉ MANUEL TROYANO VIEDMA

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