47/2020
(Croniquilla del Viruso Coronado –
23)
¡Desmoooonten!
Y ellos, sin pensárselo dos veces, y en
primer tiempo de saludo, echan lona a tierra y desmontan el hospital de campaña
que acababan de levantar poco antes, dentro de un recinto de Sabadell,
siguiendo órdenes concretas de sus mandos.
¡Faltaría más!
La orden de desmontar acababa de darla el Govern; y los
militares, (salvo unos pocos que no acaban de entender lo de la disciplina)
están para obedecer las órdenes que les da el mando civil. (Con razón o sin
razón. Caiga quien caiga)
*
¡Caaaaarguen!
Y los mismos que habían sido desterrados
por vestir con entrega de titanes la austera solidaridad del caqui camuflado,
cargaron a hombros los féretros de los muertos ajenos, sin cuestionarse si
alguno de los que se fueron, entre la monta y la desmonta, pudieran haber
seguido en el mundo de los vivos de no recibirse la orden de desmontar.
Nadie se preguntó si dentro de aquellos
féretros estaba quien dio la orden de montar, de desmontar, de cargar, de
trasladar tiendas, de felicitarle el cumpleaños a los niños recluidos tras los
cristales o de auxiliar con la bolsa de la compra o aliviar soledades a cientos
de ancianos sin esperanzas.
*
¡Sin novedad!
No hay fatiga, ni riesgo que los haga retroceder ante la voz
de mando. Si en la vida no se permiten hacer distinciones a la hora de dispensar
asistencia, tras la muerte, mucho menos. No hay diferencias ni exclusiones para
los que se ejercitan cada día en el espíritu de servicio a las gentes doloridas,
sean del color que sean.
*
* *
mmmmm
¡Saluden!
mmmmm
Y las buenas gentes de a pie salieron
a las ventanas para saludar a los que iban a morir, o a vivir en el empeño, en
la trinchera del servicio según la suerte de cada cual. Pero que seguirían a
sus órdenes: a las órdenes de quienes los necesitan tras cualquier catástrofe.
Luego, volverían a sus cuarteles.
*
¡Descansen!
Y todos se estremecen, nos estremecemos.
Hasta las piedras se estremecen cuando el espacio se llena de esa austeridad,
de ese dolor contenido que esparce el himno con el que las Fuerzas Armadas
Españolas honran a sus caídos.
Y a los nuestros:
Cuando la pena nos alcanza
por un compañero perdido
cuando el adiós dolorido
busca en la Fe su esperanza.
En Tu palabra confiamos
con la certeza que Tú
ya le has devuelto a la vida, ya le has llevado a la luz.
por un compañero perdido
cuando el adiós dolorido
busca en la Fe su esperanza.
En Tu palabra confiamos
con la certeza que Tú
ya le has devuelto a la vida, ya le has llevado a la luz.
Ya le has devuelto a la vida,
ya le has llevado a la luz.