(Micro50 – y dos sobre el oficio de escribir)
Algunos atardeceres, tras acercar al quinqué un fósforo algo deslucido, me escucho a mí misma recitar incontinencias delante del espejo como si las palabras acumuladas durante el día lidiaran por comprar su libertad a cualquier precio.
Solo cuando la última palabra languidece, interpelo al espejo:
−¿Poeta o Charlatana?
−¡Tú misma!
En CasaChina. En un 26 de Noviembre de 2022