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34/2018
Hoy se inaugura
la FERIA DEL LIBRO DE MADRID.
la FERIA DEL LIBRO DE MADRID.
Y ¡cómo no! Llueve.
En la Feria del Libro de
Madrid, SIEMPRE LLUEVE.
Recién llegada como quien dice de la FERIA DEL LIBRO DE BOGOTÁ, a donde voy cada año desde hace algunos, rebusco en mis recuerdos:
Estando como estamos en
tiempos de sospechas, ante semejantes detalles, más que significativos,
sospechosos, voy yo a proponer una rogativa para tiempos de sequía: que, en
lugar de darle la matraca a los santos y a las vírgenes, sacándolos de sus
casas a deshora y aperreándolos como a una balumba de támaras, saquemos en
rogativa una procesión de libros cada vez que nos arda el gaznate de sed, y el corazón de
hastío.
Pero, eso sí: LOS LIBROS
LOS SACAMOS LOS DE A PIE: LOS QUE ESCRIBIMOS Y LOS QUE LEEMOS. No sea que a los
otros les entren las malas ideas de siempre y se echen a la quema de lo único
que va quedando fuera de la cárcel sin cargos.
Y, ahora que lo
pienso: ¿No será que el Dios de los Libros sabe de la manía genética de sus
acólitos y arrimaos en eso de reducir a cenizas el conocimiento, y cada vez que
le ponemos delante la tentación del árbol de la ciencia de tanto libro irresistible,
va Él y remoja el campo de lectura por un por si acaso fogonero…?
Por si acaso, yo,
aunque sea con mi paraguas de MaryPoppins, mis botas katiuskas colorás, y mi impermeable
antilujuria, voy a alargarme a la FERIA DEL LIBRO DE MADRID a ver si rescato del
fuego del olvido alguna joyita antes de que el olvido le meta candela.
¡Ah! Y a saludar a mi último libro: EL AÑO DEL VESTIDO AZUL, en la caseta 122.
En “CasaChina”. En un 25 de Mayo de 2017