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martes, 23 de abril de 2019

VIAJE CON LIBRO:



33/2019
  En mi maleta un libro: un nuevo poemario, <Probablemente otoño> que por azares de la vida será presentado en sociedad al otro lado del Océano, en la Feria del Libro de Bogotá (FILBO).

        El subtítulo, <Soliendas>, habla de esa emoción, la soledad, de cuya presencia todos tenemos marcas más o menos intermitentes. 

        La soledad es una certeza tan presente como lo está la muerte en todos los vivientes.

        Mientras estoy haciendo las maletas, hago recuento de pérdidas del último año: Fermín, mi hijo literario adoptivo, que eligió el día de mi santo y cumpleaños para irse, con su manojo de bellísimos poemas, a leérselos a los ángeles. Este año no vendrá conmigo a América.
        Mis dos perrillas, Kissy y Poppy, todas ojos, todas amor, todas silencio cuando, llegadas estas fechas, les ponía su collar y las dejaba al cuidado de mis hermanas mientras yo me iba en busca de abrazos literarios transoceánicos con idéntico idioma y distintas maneras.

        Varios poetas. El último Manuel Alcántara, ese nombre con poesía propia que formó parte diaria de mis días en Málaga, donde viví largos años.

        Según vivimos, nos vamos quedando solos. Cada vez más solos. Pero los que más me inquietan son esas personas a las que dejaremos un halo de soledad cuando emprendamos nuestro viaje definitivo.

        Quizá por eso escribo: para hacer lo que hacía con mis perrillas cuando llegaban estas fechas de irme más allá del mar: dejar mis poemas al cuidado de quienes se queden cuando me vaya.

        Quizá por eso he escrito el poema que cierra el nuevo libro:


La tierra:
ella es mi patria.

Hacia la mórbida tierra me encamino
lo mismo que las hojas del otoño
llegado que es su tiempo.

Allí he de resguardarme
al fin
de toda la fatiga que acumulo.

Allí os pido
que me llevéis un trozo de papel
y un lápiz.
Permitidme que allí siga escribiendo.
Es el único oficio que conozco.
Es la única hacienda que poseo.
Es -y siento vergüenza al confesarlo-
mi verdadero amor sublime y único.

Y luego,
si aún os queda tiempo sin usar
plantad cerca de mí un joven árbol
que, llegado su otoño, me cobije
con hojas amarillas.

En CasaChina. En un 23 de Abril de 2019



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