VA DE...Batiburrillo literario

domingo, 9 de junio de 2019

NOCTURNO EN ¡SI! BEMOL. Proyecto PoliMicros




  





Nocturno en ¡SI! bemol              47/2019
(Escala musical - PoliMicro 0)



ÓPERA PRIMA (Do)
Dominada por una melodía de proximidades, no sabía que lo esencial era el papel pautado. Y escribió demasiadas notas fuera de tono.
                           
DIVERTIMENTO (Re)
Resonaba bien. Pero era un simple fragmento de música callejera.

CONSERVATORIO (Mi)
        Miedo. El Mago le aseguró que tenía talento y le abrió las puertas del aula donde la invitó a interpretar una melodía inédita.

DESAFINADO (Fa)
Fatalidad. Tanto le inspiró el tacto de aquel Mago del piano que a su hija la llamó Tecla. Con el tempo supo que su afección era la sordera.

PARTITURA (Sol)
Solo cuando consiguió interpretar los signos de la harmonía, descubrió que en aquel dúo sonaba un exceso de instrumentos.

EL ÚLTIMO CONCIERTO (La)
La tarde se cerró con más silencios que notas musicales.

CAIDA DEL TELÓN (Si)
        : aún estaba a tiempo de interpretar su propia melodía. En un banco del parque de su barrio alguien había abandonado aquel libro en el que descubrió hermosísimas notas de esperanza: “Concierto para instrumentos desafinados”.

SINFONÍA DEL NUEVO MUNDO (Do)

(Sinfonía n.º 9 en mi menor, Op. 95 de Dvořák)

        Dobló por la mitad la vieja partitura desentonada y en la última página en blanco comenzó a garrapatear una nueva melodía sin pentagrama

En CasaChina. En un 9 de Junio de 2019

NOTA: Pueden leerse los micros con o sin título. ASÍ:
 

(Do)
Dominada por una melodía de proximidades, no sabía que lo esencial era el papel pautado. Y escribió demasiadas notas fuera de tono.
(Re)
Resonaba bien. Pero era un simple fragmento de música callejera.
(Mi)
        Miedo. El Mago le aseguró que tenía talento y le abrió las puertas del aula donde la invitó a interpretar una melodía inédita.
(Fa)
Fatalidad. Tanto le inspiró el tacto de aquel Mago del piano que a su hija la llamó Tecla. Con el tempo supo que su afección era la sordera.

(Sol)
Solo cuando consiguió interpretar los signos de la harmonía, descubrió que en aquel dúo sonaba un exceso de instrumentos.
(La)
La tarde se cerró con más silencios que notas musicales.
(Si)
        : aún estaba a tiempo de interpretar su propia melodía. En un banco del parque de su barrio alguien había abandonado aquel libro en el que descubrió hermosísimas notas de esperanza: “Concierto para instrumentos desafinados”.
(Do)

(Sinfonía n.º 9 en mi menor, Op. 95 de Dvořák)

        Dobló por la mitad la vieja partitura desentonada y en la última página en blanco comenzó a garrapatear una nueva melodía sin pentagrama

sábado, 1 de junio de 2019

QUERIDO MARTÍN PRIETO


Foto tomada de Internet
46/2019
          “Entra en la sala con su natural tiesura la señorita Mármol” -recuerdo que escribiste por entonces, cuando yo era todavía “señorita”, aunque dejara de serlo gracias a aquel interminable juicio del 23-F donde nos conocimos; tú haciendo ingeniosas crónicas del juicio, con las que limpiabas la cosa del tedio y de la calorina que nos envolvía en tales fechas como estas de hace ya tantos años, antes de que decidieras morirte; yo aprendiz de abogada defensora, de la mano de un maestro irrepetible, Dimas Sanz, quien me enseñó lo mejor de esta profesión mía tan sorprendente, en la que nos pagan para que nos partan la cara en nombre de nuestros clientes, sin que lo que nos pagan alcance casi nunca para recomponer las cicatrices de los mamporros que recibimos, que provienen de todos sitios: contrarios, clientes, y lo que resulta peor: de los tribunales, en los que, salvo deliciosas excepciones, sus titulares y mandamases parecen disfrutar poniendo  en evidencia su desabrimiento y regañándole a los abogados como regañaban los maestrescuela muertos de hambre de tiempos poco recomendables a galopines descalzos tipo Lazarillos-de-Tormes.
Pero, a lo que estábamos, querido MartínPrieto: que el telediario va y dice que te has muerto de madrugada, como se me murió a mí hace aún poco aquel miembro del Tribunal del 23-F que tuvo la feliz? idea de matrimoniarse conmigo y rescatarme de las cenas solitarias.
Y voy yo y recuerdo aquellos días de Campamento, y tus brillantes maneras de describir un juicio que aún tiene mucho silenciado que yo me sé.
¿Recuerdas aquel día en que los ilustres procesados, -que, como era lo suyo, se habían declarado una guerra civil entre ellos-, se negaron a bajar desde el primer piso del recinto del Servicio Geográfico hasta la sala del juicio? Era el día en que debía declarar el General Armada, al que los otros procesados, quitados dos de ellos que tú y yo sabemos, tachaban de traidor -entre otras lindezas- por cosas que no hacen al caso y que también me sé yo.
Fue el entonces Decano del Colegio de Abogados, don Antonio Pedrol Rius, quien, tras pasar algunos larguísimos minutos en la residencia de los encausados, consiguió convencer a los disidentes procesales de que regresaran a la sala donde se les juzgaba por otras disidencias más “sustosas”.
Mientras los abogados esperábamos al pie de la escalera en entre el descansillo y la sala de vistas, los peldaños de bajada se llenaron de uniformados canores que, a voz en grito, marciales como nunca, y tras un Pedrol embutido en su toga, tan mínimo él en hechuras como grande en sus logros y maneras, entonaban un estentóreo “ahora que vamos juntitos/ vamos a contar mentiras/ tralará…”.
Tu crónica del día siguiente no tenía desperdicio:
“Baja la escalera Pedrol en cabeza, amansando a los militares, cual cabestro con puñetas…” -palabra arriba, palabra abajo, menos la literalidad de lo de “cabestro con puñetas”.
¿Se puede ser más ingenioso? Solo con ese párrafo contabas una historia patética que te/nos ha durado hasta ahora sin acabar de contarse del todo.

Y si no, que nos digan qué fue de aquel libro publicado por Planeta <NI HÉROES NI BIBRONES> del entonces director de la revista INTERVIÚ, Paco Mora, y su expeditiva retirada de las librerías…
Foto de los procesados tomada en el patio del Servicio Geográfico
Y vas y te me mueres... sin contar lo que tú y yo sabemos.

No sé cómo decirlo, pero se me están muriendo casi todos mis recuerdos.

Me pregunto si este prorrateo con el que anda repartiendo cartas la Señora Oscura tendrá previstos nuevos encuentros al otro lado o esto es para siempre.

Por si acaso, voy a ver si releyendo tus crónicas de entonces puedo recordar que al menos he vivido.
Y hemos callado.

Buen viaje, hermano.
En CasaChina. En un 1 de Junio de 2019

https://www.larazon.es/cultura/muere-martin-prieto-periodista-y-punto-final-EG23611371?fbclid=IwAR1JkNGzHA1BLzv3norOi4Mnfj11mwCNw_XOf4LKDRs87NcYppiVPIZRMpA 


ELENA CAMY RUS EN MI MEMORIA

  (Moribundarios)   Nuestras vidas son los ríos/ que van a dar a la mar que es el morir Jorge Manrique. 83/2024 A mi lado, −co...