VA DE...Batiburrillo literario

miércoles, 25 de julio de 2018

LIBROS PARA MEDIADORES

LA PAREJA HUMANA: RELACIÓN Y CONFLICTO 

       A veces (casi siempre) conocer las causas del conflicto ayuda a abordar el conflicto. ABORDAR no es lo mismo que RESOLVER, si por "resolver" entendemos que todo vuelva a ser igual que era antes del conflicto. Lo verdaderamente maravilloso es aprender a vivir dentro de nuevos paisajes, incluidas las rupturas de determinadas relaciones y la estructuración de nuevas maneras de relacionarse. A mí me está gustando este libro. ¿Y a vosotros?

sábado, 14 de julio de 2018

VIVIR EN PAREJA


57/2018
Pinochio en Florencia
(Mi otro yo -Proyecto continuo 2018)

        ¿Hablar? No; no demasiado.
Pensamos que lo que se puede decir con palabras, ya nos lo tenemos dicho a lo largo de todos los años que nos hemos regalado (a veces, regañado). Lo otro, lo esencial, ya sabemos que no se puede decir con palabras.
        Está ahí, en silencio, repasando notas. A veces escribiendo alguna nota que no tengo mucha seguridad que vaya a releer. Otras veces se distrae con sus flores. O con sus sueños.
        De tanto en tanto, levanta los ojos de su tarea, sonríe mansamente, de esa manera suya que tanto nos asemeja ‑¡bendito gesto mudo de mi otro yo!- y vuelve a lo suyo, que tanto se asemeja ya a lo nuestro. 

Podría hablarle


     Podríamos hablarnos

Pero, ¡para qué!; sin duda no sabríamos encontrar las palabras justas donde encerrar tanta gratitud ante el silencio.

        ¿Por qué pienso ahora en conjugar verbos?
        ¡Era! Era una criatura tan hermosa… Era, era, era…Fue, fue, fue…
        Ahora está ahí. ¡Está!, con toda esa carga de “era” y de “fue”.
Ahora, simplemente, está.
       ¡Ah, qué hermosa e inquietante distinción verbal entre el “ser” y el “estar”!

Me gusta que esté.
Preciso que esté.
Agradezco tanto que esté…

¡Estamos!

        ¿Habrá algo más hermoso que este “estar”, aunque en eso de “ser”, ambos no seamos ya sino una maraña de surcos, mejor o peor abiertos en la tierra de promisión a la que llegamos hace ya tanto tiempo…?
  
Está/estamos en esta tierra tan nuestra
en la que nos hemos declarado la paz

¡Estamos!
¡Está, está, está!

        Aunque ya no sea quien fue, sino quien “está”.
Aunque a veces se ausente desde los ojos hacia la nada del ser.
Aunque ya no seamos sino sombras silentes proyectadas sobre la agrietada pared de la vida.
Y yo estoy aquí, y puedo seguir mirando esa cosa que sea que ya no somos sin sentir la soledad del estar sin esa sombra.

        En “CasaChina”. En un 14 de Julio de 2018


domingo, 1 de julio de 2018

EL TIEMPO QUE NOS QUEDA


47/2018


 ¡Felicidades, Gloria!

Ayer fue el estupor.

Nunca resulta fácil enfrentarse a la muerte de los que amamos.
De lo que amamos…
Y menos si ese alguien se muere de repente, sin previo aviso, acarreando en sus alforjas más carga de futuro que de pasado. O si ese algo intensamente amado es un eterno “si-es/ no-es” en nebulosa en la que no acaba de escampar.
A partir de mañana sé que serán los duelos; aunque ya sé que cualquier duelo no podrá ser sino breve por falta de tiempo.

Entre ayer y mañana, me encuentro con este HOY con el que me cuesta tantísimo trabajo saber qué hacer. 

Será porque al día siguiente de cualquier cosa perdida, se siente la tentación de pararse a mirar el resultado devastador de la pérdida en lugar de seguir viviendo las nuevas cosas que se nos ofrecen, sin percibir que las ofertas de la vida tienen plazo de caducidad…que nunca volverán a ser las mismas, y que las añoranzas de lo que ya no es no deja de ser la manera más inútil de malbaratar la irreversible sazón del tiempo que nos queda.

Me cuesta muchísimo trabajo sacudirme la inercia a volver los ojos al ayer, tan lleno de llanto contenido hasta que pude llorar a solas -siempre a solas- al fondo de una Iglesia sin recuerdos; o resistirme a esta malquerencia a preguntarme un “cómo-podré-vivir-mañana” que tan desarmada suele dejarme, aunque siga amando la vida y no tenga ninguna seguridad sobre la existencia de ese temido “mañana”.
El esfuerzo es infinito, pero mi aprendizaje en saber cómo comenzar de nuevo es ya largo; de manera que, con cierta indecisión, desenvuelvo el HOY saltando de la cama que me retiene y me pongo a buscarle una buena razón a este HOY que amanece frío en Madrid a pesar del verano.
Ahí está este HOY: tan lleno de una cosa por la que vivir unas horas más la verticalidad.
Aunque sea una única cosa: felicitar a esa amiga -mítica desmitificadora de sí misma- que cumple años; y que ayer me invitaba a celebrarlo juntas. (Y pronuncio “celebrar” porque hasta el dolor, por lacerante que sea, -y lo es- debe celebrarse, si aún se puede seguir teniendo conciencia vital de sentirlo).

¡Felicidades, amiga!
Volveremos a la vendimia, porque hay nuevas manos que llenen las nuestras de dulces uvas maduras.
 
¿No se te hace raro pensar en que lo de poder seguir cumpliendo años junto a nuevos “álguienes” que aún nos esperan (y casi nos necesitan) es un verdadero privilegio?

En “CasaChina”. En un 1 de Julio de 2018

ELENA CAMY RUS EN MI MEMORIA

  (Moribundarios)   Nuestras vidas son los ríos/ que van a dar a la mar que es el morir Jorge Manrique. 83/2024 A mi lado, −co...