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sábado, 27 de julio de 2019

COMA: usos correctos e incorrectos



         A partir del contenido del Diccionario Panhispánico de Dudas (RAE -2005) sobre el uso de la coma (,) he enfatizado, sistematizado y comentado el texto para ponerlo a disposición de quienes tenemos determinadas dificultades en cuanto a una correcta puntuación de nuestros escritos.
        Siempre al hilo del señalado Diccionario Panhispánico de Dudas de la RAE, he recurrido a enfatizados en ideogramas o colores indicadores de lo correcto (verde), lo incorrecto (rojo), la llamada de atención o NOTAS (azul), y los resaltados en amarillo, con el fin de extractar, acentuar o sugerir en cada caso la idea dominante o la significación propuesta.
        Espero y deseo que estas notas sirvan a mis colegas escritores, o a los simplemente curiosos de la pureza expresiva como a mí me sirven cada día.

        Y me permito recomendar un librito que para mí fue definitivo y ameno como pocos:
<PERDON, IMPOSIBLE>
de José Antonio Millán
*   *   *

ENLACE DE LA RAE
COMENTADO Y ENFATIZADO POR
Mª SOCORRO MÁRMOL BRÍS.
 

coma1. Este sustantivo es femenino cuando designa el signo ortográfico ( coma2): «Lo aprueba, sin modificar una coma, pero cambia la fecha» (Anson Don Juan [Esp. 1994]); es masculino cuando significa ‘estado patológico caracterizado por pérdida de conciencia y sensibilidad’: «Quizá la mujer había entrado en un coma del que no saldría» (Martínez Vuelo [Arg. 2002]).

Diccionario panhispánico de dudas ©2005
Real Academia Española © Todos los derechos reservados

coma2. Signo de puntuación (,) que indica normalmente la existencia de una pausa breve dentro de un enunciado. Se escribe pegada a la palabra o el signo que la precede y separada por un espacio de la palabra o el signo que la sigue. No siempre su presencia responde a la necesidad de realizar una pausa en la lectura y, viceversa, existen en la lectura pausas breves que no deben marcarse gráficamente mediante comas. Aunque en algunos casos el usar la coma en un determinado lugar del enunciado puede depender del gusto o de la intención de quien escribe, existen comas de presencia obligatoria en un escrito para que este pueda ser correctamente leído e interpretado. A continuación se exponen los usos normativos de la coma.

1. Usos lingüísticos
1.1. Para delimitar incisos. Deben utilizarse dos comas, una delante del comienzo del inciso y otra al final. En este caso, la coma sí indica pausa y el inciso se lee en un tono más grave que el del resto del enunciado.
La mayor parte de las veces puede alternar, en este uso, con la raya ( raya) y con los paréntesis ( paréntesis, 2a). Los incisos pueden ser:
1.1.1. Aposiciones explicativas: Cuando llegó Adrián, el marido de mi hermana, todo se aclaró.

1.1.2. Adjetivos explicativos pospuestos al sustantivo u oraciones adjetivas explicativas: Los soldados, cansados, volvieron al campamento con dos horas de retraso (se explica que los soldados estaban cansados, de ahí que se retrasaran); o La casa, que está al borde del mar, es muy luminosa (se explica que la casa de la que se habla está al borde del mar).
Por el contrario, si el adjetivo o la oración adjetiva tienen función especificativa, no se escriben entre comas: Los soldados cansados volvieron al campamento con dos horas de retraso (se especifica que, del total de los soldados, algunos, los que estaban cansados, llegaron con retraso); o La casa que está al borde del mar es muy luminosa (se especifica que, de entre todas las casas que hay en una zona determinada, se habla de la que está situada al borde del mar). 

1.1.3. Expresiones u oraciones de carácter accesorio, sin vinculación sintáctica con los elementos del enunciado en el que se insertan: Tus rosquillas, ¡qué delicia!, son las mejores que he probado en mi vida; Se presentó a comer, dime tú si no es para matarlo, con diez amigotes y sin avisar.

1.1.4. Cualquier otra clase de comentario, explicación o precisión a algo dicho: Toda mi familia, incluido mi hermano, estaba de acuerdo; El buen gobernante, según sostenía un célebre político, debe estar siempre preparado para abandonar el poder.

1.2. Para separar o aislar elementos u oraciones dentro de un mismo enunciado

1.2.1. La coma separa los elementos de una enumeración, siempre que estos no sean complejos y ya contengan comas en su expresión, pues, en ese caso, se utiliza el punto y coma ( punto y coma, 3a): Ayer me compré dos camisas, un pantalón, una chaqueta y dos pares de zapatos.

Cuando la enumeración es completa o exhaustiva, el último elemento va introducido por una conjunción (y, e, o, u, ni), delante de la cual no debe escribirse coma:
Es un chico muy reservado, estudioso y de buena familia.
No le gustan las manzanas, las peras ni los plátanos.
¿Quieres té, café o manzanilla?

Si la enumeración es incompleta y se escogen solo algunos elementos representativos, no se escribe conjunción alguna ante el último término, sino coma. La enumeración puede cerrarse con etcétera (o su abreviatura etc.), con puntos suspensivos ( puntos suspensivos, 2g) o, en usos expresivos, simplemente con punto:
Acudió toda la familia: abuelos, padres, hijos, cuñados, etc.
Estamos amueblando el salón; hemos comprado el sofá, las alfombras, la lámpara...
Todo en el valle transmite paz: los pájaros, el clima, el silencio.

1.2.2. Se separan mediante comas los miembros gramaticalmente equivalentes dentro de un mismo enunciado. Al igual que en el caso anterior, si el último de los miembros va introducido por una conjunción (y, e, o, u, ni), no se escribe coma delante de esta:
Llegué, vi, vencí.
Estaba preocupado por su familia, por su trabajo, por su salud.
No te vayas sin correr las cortinas, cerrar las ventanas, apagar la luz y echar la llave.

No obstante, existen casos en que la conjunción sí puede ir precedida de coma ( 2).

1.2.3. Se aíslan entre comas los sustantivos que funcionan como vocativos, esto es, que sirven para llamar o nombrar al interlocutor: Javier, no quiero que salgas tan tarde; Has de saber, muchacho, que tu padre era un gran amigo mío; Venid aquí inmediatamente, niños.

Cuando los enunciados son muy breves, se escribe igualmente coma, aunque esta no refleje pausa alguna en la lectura: No, señor; Sí, mujer.

1.2.4. Se escriben entre comas las interjecciones o locuciones interjectivas: Bah, no te preocupes; No sé, ¡ay de mí!, cuánto tiempo más voy a poder soportarlo.

1.2.5. Se escribe coma para separar el sujeto de los complementos verbales cuando el verbo está elidido por haber sido mencionado con anterioridad o estar sobrentendido:
Su hijo mayor es rubio; el pequeño, moreno.
Los que no tengan invitación, por aquella puerta.
Nueve por tres, veintisiete.

1.2.6. Se escribe coma delante de cada una de las oraciones o elementos coordinados encabezados por adverbios correlativos que funcionan como conjunciones distributivas o disyuntivas, como bien..., bien...; ora..., ora...; ya..., ya...: Organizaremos la fiesta, bien en tu casa, bien en la mía; «Medio atarantado dentro del huevo de metal, ora oliéndose a sí mismo, ora las exudaciones de las láminas» (Fuentes Cristóbal [Méx. 1987]); «Habrá quienes estén de acuerdo con el jeque Abdula, ya porque se quieran ir al desierto con él, ya porque compartan su pesimismo sobre el futur (Schwartz Conspiración [Esp. 1982]).
También se escribe coma delante de la correlación disyuntiva o bien..., o bien (a veces, uno de los dos términos se encabeza simplemente con o): «Al dar la pelota en uno de los nervios del lomo de la piel holandesa, o bien rebotaba tan fulmínea, o bien perdía su elasticidad» (Lezama Paradiso [Cuba 1966]); «Los adultos, [...] a partir de cierta edad, o bien tenían los síntomas sin las enfermedades, o algo peor: enfermedades graves con síntomas de otras inofensivas» (GaMárquez Amor [Col. 1985]).

Se separan por comas las oraciones yuxtapuestas de sentido distributivo: Unos se ganaban la vida cazando, otros pescando, los más cultivando los campos; también las expresiones correlativas que reproducen un mismo esquema gramatical, propias de dichos populares o fórmulas fijas: Hecha la ley, hecha la trampa; Ojo por ojo, diente por diente.

1.2.7. Es conveniente escribir coma delante de excepto, salvo y menos: «Todo me irrita, excepto la soledad» (Millás Desorden [Esp. 1988]); «Cristina siempre estaba a mano, salvo cuando se daba una comilona de ratones» (Rossi María [C. Rica 1985]); «Los pobres lo perdonan todo, menos el fracaso» (Sepúlveda Viejo [Chile 1989]).

1.2.8. Se escribe coma delante de las conjunciones o locuciones conjuntivas que unen las oraciones incluidas en una oración compuesta, en los casos siguientes:
a) Ante oraciones coordinadas adversativas introducidas por pero, mas, aunque, sino (que):
Hazlo si quieres, pero luego no digas que no te lo advertí.

b) Ante oraciones consecutivas introducidas por conque, así que, de manera que, etc.: Prometiste acompañarla, así que ahora no te hagas el remolón.

c) Ante oraciones causales lógicas o explicativas, también llamadas «de la enunciación»: Ha llovido, porque está el suelo mojado.

Por el contrario, las causales puras o reales, también llamadas «del enunciado», no se introducen mediante coma: El suelo está mojado porque ha llovido.
La diferencia entre un tipo de causales y otro es que las causales propiamente dichas expresan la causa real del hecho enunciado en la principal (El suelo está mojado porque ha llovido: la lluvia es la causa real de que el suelo esté mojado), mientras que las lógicas o explicativas no introducen la causa real de lo expresado en la oración principal, sino el hecho que permite al que habla afirmar o enunciar la oración principal (Ha llovido, porque está el suelo mojado: lo que me lleva a afirmar (CAUSA REAL) que ha llovido es que el suelo está mojado).

1.2.9. Se escribe coma para separar los dos términos de la construcción copulativa intensiva no solo..., sino (también)...:

Sus palabras fueron consideradas ofensivas no solo por mí, sino (también) por todos los presentes.

1.2.10. Cuando se invierte el orden regular de las partes de un enunciado, anteponiendo al verbo elementos que suelen ir pospuestos, se escribe coma detrás del bloque anticipado en los casos siguientes:
a) En las oraciones simples, cuando los complementos circunstanciales preceden al verbo, salvo que sean muy cortos: En aquellos calurosos días de principios del verano pasado, la convivencia era idílica (pero En casa no puedo estudiar). Cuando otros complementos verbales (directos, indirectos, complementos de régimen, etc.) anticipan su aparición, no debe escribirse coma cuando la intención es destacar o enfatizar el elemento anticipado: Vergüenza debería darte; Muy contento estás tú.
Sin embargo, cuando el elemento anticipado simplemente expresa el tema del que se va a decir algo, la coma es opcional: De dinero, no hablamos nunca / De dinero no hablamos nunca; Carne, no suelo comer mucha / Carne no suelo comer mucha. En este último caso, la presencia de la coma es más conveniente cuanto más largo es el fragmento anticipado: La costumbre de hacer regalos a los niños cuando terminan las clases, nunca la hemos seguido en mi casa.
NOTA DE SOCO: personalmente, prefiero no poner la coma porque ese elemento anticipado, en su conjunto, actúa como sujeto del enunciado; y es regla esencial NO separar nunca el sujeto (múltiple o simple) del verbo con una coma.

b) En las oraciones compuestas, cuando la subordinada adverbial precede a la principal: Si vas a llegar tarde, no dejes de avisarme; Aunque no lo creas, es verdad; Antes de entrar, dejen salir; Dicho esto, el diputado bajó del estrado.

También en estos casos, si la subordinada es muy breve, puede prescindirse de la coma: Si lo sé no vengo.

1.2.11. Se escribe coma detrás de determinados enlaces como esto es, es decir, a saber, pues bien, ahora bien, en primer lugar, por un/otro lado, por una/otra parte, en fin, por último, además, con todo, en tal caso, sin embargo, no obstante, por el contrario, en cambio y otros similares, así como detrás de muchos adverbios o locuciones adverbiales que modifican a toda la oración y no solo a uno de sus elementos, como efectivamente, generalmente, naturalmente, por regla general, etc.: Por lo tanto, los que no tengan invitación no podrán entrar al recinto; no obstante, podrán seguir el acto a través de pantallas instaladas en el exterior. Naturalmente, los invitados deben vestir de etiqueta.

Si estas expresiones van en medio de la oración, se escriben entre comas: Estas palabras son sinónimas, es decir, significan lo mismo; los antónimos, en cambio, tienen significados opuestos.

Cuando las locuciones son de carácter anunciativo, (que anuncian o avisan de algo que luego se dirá) es posible sustituir la coma por los dos puntos si se desea realizar una pausa mayor, de intención enfática ( dos puntos, 1.7): Me voy ahora mismo de aquí; es más: no pienso volver nunca.

1.2.12. Se escribe coma detrás de los complementos encabezados por locuciones preposicionales de valor introductorio, del tipo en cuanto a, respecto de, con respecto a, en relación con, con referencia a, a tenor de, etc.: En cuanto a ti, no quiero volver a verte; A tenor de lo visto, no creo que cambie mucho la situación.
De la misma manera, se pone coma detrás de los elementos encabezados por locuciones preposicionales o adverbiales de valor condicional, concesivo, final, causal, etc.: En ese caso, nos quedaremos en casa; A pesar de todo, conseguimos nuestro objetivo; Para eso, hubiera sido mejor que no hablaras; Aun así, nadie te lo va a agradecer.

1.2.13. Se escribe coma delante de una palabra que se acaba de mencionar cuando se repite para introducir una explicación sobre ella: Se compró la mejor moto que había en el mercado, moto que, a los pocos meses, acabó olvidada y polvorienta en el garaje.

1.2.14. La palabra etcétera (o su abreviatura etc.) se separa con coma del resto del enunciado: «Los bailes populares como la sardana, la jota, etcétera, estaban proscritos» (Mendoza Ciudad [Esp. 1986]); «Los bailes autóctonos, las peregrinaciones, etc., perduran hasta nuestros días» (Leyva Piñata [Méx. 1984]).

1.2.15. Se escriben entre comas los sobrenombres o seudónimos cuando se mencionan tras el nombre verdadero: «Se celebra hoy el 150 aniversario de la muerte de Simón Bolívar, el Libertador» (País [Esp.] 17.12.80); José Martínez Ruiz, Azorín, perteneció a la generación del 98. Al contrario que estos, los sobrenombres que no pueden utilizarse solos, sino que deben ir necesariamente acompañados del nombre propio, se unen a este sin coma: Alfonso II el Casto, Guzmán el Bueno, Lorenzo el Magnífico.

1.2.16. Es conveniente escribir entre comas la mención del autor cuando se pospone al título de la obra: La escultura El pensador, de August Rodin, es la más conocida de su autor.

1.2.17. En la datación de cartas y documentos, se escribe coma entre el lugar y la fecha: Santiago, 8 de enero de 1999; En Cartagena, a 16 de marzo de 2000; o entre el día de la semana y el del mes: Lunes, 23 de enero de 2002 ( fecha, 6).

1.2.18. En las direcciones, en España se escribe coma entre el nombre de la calle y el número del inmueble: Calle del Sol, 34; Avenida de la Constitución, número 2.

1.2.19. Se separan mediante coma el nombre de una colección y el número del volumen correspondiente: Biblioteca de Autores Españoles, 24; Colección Melibea, 5.

1.2.20. Se usa la coma para separar los componentes de un nombre o expresión cuando, para integrarlos en una lista alfabética (bibliografía, índice, etc.), se ha invertido el orden normal de sus elementos:
Bello, Andrés: Gramática...
Cuervo, Rufino José: Diccionario de construcción...
acentuación, reglas de
puntuación, signos de

1.3. Para distinguir entre sentidos posibles de un mismo enunciado. Una misma secuencia de palabras puede tener varios significados dependiendo de cómo esté puntuada: Me he vestido, como me indicaron (me indicaron que me vistiera) / Me he vestido como me indicaron (me indicaron cómo debía vestirme).
·         Si no se coloca coma detrás de mientras, esta palabra es conjunción: Mientras hizo lo que debía y todo salió bien, no hubo problemas;
·         si va seguida de una coma, es un adverbio de tiempo: Mientras, hizo lo que debía y todo salió bien.
·         Algo parecido ocurre con luego, que puede ser adverbio (‘después, más tarde’): Yo no estuve allí luego, me lo perdí; o conjunción consecutiva (‘así que, por lo tanto’): Yo no estuve allí, luego me lo perdí.
·         De la misma manera, el adverbio así pasa de ser un conector oracional cuando va seguido de coma (‘entonces, por consiguiente’): Así, no hubo quien lo convenciera, a ser un modificador verbal cuando no la lleva (‘de esa manera’): Así no hubo quien lo convenciera.

2. Uso con las conjunciones copulativas y disyuntivas
El uso de la coma es incompatible con las conjunciones y, e, ni, o, u cuando este signo se utiliza para separar elementos de una misma serie o miembros gramaticalmente equivalentes dentro de un mismo enunciado ( 1.2.1 y 1.2.2).
 Sin embargo, hay otros casos en que no solo el uso conjunto de la coma y la conjunción es admisible, sino necesario:

2.1. En una relación compuesta de elementos complejos que se separan unos de otros por punto y coma, delante de la conjunción que introduce el último de ellos se escribe una coma (o también un punto y coma; punto y coma, 3a): En el armario colocó la vajilla; en el cajón, los cubiertos; en los estantes, los vasos, y los alimentos, en la despensa.

2.2. Se escribe coma delante de estas conjunciones cuando la secuencia que encabezan enlaza con todo el predicado anterior, y no con el último de sus miembros coordinados:
Pagó el traje, el bolso y los zapatos, y salió de la tienda.
No sé si ir de vacaciones a Francia o Italia, o quedarme en casa.

2.3. Cuando se enlazan miembros gramaticalmente equivalentes dentro de un mismo enunciado, si el último de ellos es semánticamente heterogéneo con respecto a los anteriores (es decir, no introduce un elemento perteneciente a la misma serie o enumeración), por indicar normalmente una conclusión o una consecuencia, se escribe coma delante de la conjunción: Pintaron las paredes de la habitación, cambiaron la disposición de los muebles, pusieron alfombras nuevas, y quedaron encantados con el resultado.
NOTA DE SOCO: se entiende más fácilmente si vemos que la oración que sigue a la conjunción “y”, precedida por una coma (,) tiene pleno sentido por sí misma.

2.4. Es frecuente, aunque no obligatorio, que entre oraciones coordinadas se ponga coma delante de la conjunción cuando la primera tiene cierta extensión y, especialmente, cuando tienen sujetos distintos: La mujer salía de casa a la misma hora todas las mañanas, y el agente seguía sus pasos sin levantar sospechas; O vienes conmigo antes de que pierda la paciencia, o te quedas aquí para siempre.

2.5. Cuando la conjunción y tiene valor adversativo (equivalente a pero), puede ir precedida de coma: Le aconsejé que no comprara esa casa, y no hizo caso.
NOTA DE SOCO: como puede verse, la oración que sigue a “y” tiene pleno sentido también en este caso.

2.6. Debe escribirse coma delante o detrás de cualquiera de estas conjunciones si inmediatamente antes o después hay un inciso o cualquier otro elemento que deba ir aislado por comas del resto del enunciado: Mi abuelo, que era un gran aficionado a la poesía, y el maestro del pueblo fundaron una revista literaria; Puedes venir con nosotros o, por el contrario, quedarte en casa todo el día.
NOTA DE SOCO: Nótese cómo el “que” es un relativo; y toda oración de relativo, en siempre que funcionen como una explicación adicional a la oración principal, debe ir entre comas.

*   *   *
3. Usos incorrectos
3.1. Es incorrecto escribir coma entre el sujeto y el verbo de una oración, incluso cuando el sujeto está compuesto de varios elementos separados por comas: Mis padres, mis tíos, mis abuelos, me felicitaron ayer.
Cuando el sujeto es largo, suele hacerse oralmente una pausa antes del comienzo del predicado, pero esta pausa no debe marcarse gráficamente mediante coma: Los alumnos que no hayan entregado el trabajo antes de la fecha fijada por el profesor || suspenderán la asignatura.
Dos son las excepciones a esta regla: cuando el sujeto es una enumeración que se cierra con etcétera (o su abreviatura etc.) y cuando inmediatamente después del sujeto se abre un inciso o aparece cualquiera de los elementos que se aíslan por comas del resto del enunciado. En esos casos aparece necesariamente una coma delante del verbo de la oración: El novio, los parientes, los invitados, etc., esperaban ya la llegada de la novia; Mi hermano, como tú sabes, es un magnífico deportista.

3.2. No debe escribirse coma delante de la conjunción que cuando esta tiene sentido consecutivo y va precedida, inmediatamente o no, de tan(to) o tal: «Dependían tanto uno del otro que la confianza era imposible» (Saer Entenado [Arg. 1988]); «La situación había llegado a tal punto que ya no era posible ocultarla» (UPietri Visita [Ven. 1990]).

3.3. No se escribe coma detrás de pero cuando precede a una oración interrogativa o exclamativa: Pero ¿dónde vas a estas horas?; Pero ¡qué barbaridad!

3.4. El uso de la coma tras las fórmulas de saludo en cartas y documentos es un anglicismo ortográfico que debe evitarse; en español se emplean los dos puntos ( dos puntos, 1.4): Querido amigo, / Te escribo esta carta para comunicarte... Debe ser: Querido amigo: / Te escribo esta carta para comunicarte...

4. Usos no lingüísticos
En las expresiones numéricas escritas con cifras, la normativa internacional establece el uso de la coma para separar la parte entera de la parte decimal. La coma debe escribirse en la parte inferior del renglón, nunca en la parte superior: π = 3,1416. Pero también se acepta el uso anglosajón del punto, normal en algunos países hispanoamericanos ( punto, 4.4): π = 3.1416.


En CasaChina. En un 27 de Julio de 2019

      

martes, 16 de julio de 2019

PIÑAS: Historias callejeras muy chicas


El vendedor de piñas callejero



        “Yo a éste no le doy limosna, porque luego se lo gasta en vino” –le escuché decir a doña Edu, en la lonja de la Iglesia de arriba, a la salida de misa mayor de las de después de la Guerra.


       El vino debía ser algo muy malo. Por eso no entendía cómo, cada domingo, en casa de la amiga de mi abuela, doña Edu, (¿sería Edu—arda o Edu—vigis? ¿Quizá Edu—rne?) obsequiaban con aquel vino pecador y siniestro a los mayores, más o menos de la edad del Juanelo, el mendigo de la puerta de la Parroquia en la misa mayor de los domingos, aunque mejor vestidos y sin aquel pestazo a vino peleón que Juanelo despedía, mientras que a nosotros, “angélicos de Dios” –decía doña Edu-, nos contentaban con gaseosa de bola y paloduz recién cortado en la carretera de la Moraleda.

Callejeando por Bedmar
       Ayer, —¡Dios mío, cuántos años han pasado! — el vendedor callejero voceaba piñas con olor a paloduz, y empujaba jadeante un carrillo colmado de carnosas frutas de las que el sol de media tarde arrancaba efluvios de bárbaro verano agostado y en sazón. 

“A euro, a euro, a euro…” –jadeaba; y una no sabía si era a euro el kilo, allí donde no parecía haber balanza, o a euro la pieza, allí donde la pieza prometía un largo y azucarado regocijo por menos de lo que cuesta ahora la propina de un accidental bar de carretera.

       —Yo no le compraría— dijo uno de los tertulianos; y sin darnos razón del porqué de no comprarle como hacía la doña Edu del siglo pasado, nos informaba de que aquel sudoroso infeliz, de camisilla abierta sobre un pecho consumido, era algo así como un miserable desahuciado de su casa por no poder pagarla, “recogido” por una familia de chamarileros y vendedores ambulantes que, a cambio de un plato de sopa, un mendrugo de pan y un sombrajo bajo el que guarecerse de la Osa Mayor, le hacían recorrer a pie los pueblos de la comarca, empujando el carrillo de mano y pregonando la mercancía: “a un euro, a un euro, a un euro…”.

El sol de nuestro agosto en Bedmar
       Entonces recordé algo que me contaron en Bagdad, una hermosísima noche de otro agosto muy lejano en que aún se tocaban las estrellas con la mano: 

“En este país, —decía aquel oriental desde la penumbra— cuando un hombre se arruina, vende las tres cosas más sagradas que posee y por este orden: primero vende con deshonor el oro de su esposa; luego vende con vergüenza sus alfombras; finalmente, si aún está a tiempo, vende su casa con un dolor tan prolongado, y tan semejante al de un empalamiento, que no hay narcótico o licor que pueda consolarlo de por vida”.

Llamé al voceador de piñas y le pedí una.
Él me miró.
(¿Acaso se puede pagar una mirada a estas alturas?).

Le di dos euros y él intentó devolverme uno diciendo que el precio era un euro.

Iglesia Parroquial de Bedmar
       —¡Gásteselo en vino! A lo mejor así puede olvidarse de que usted ya no tiene casa; y yo de que sigo teniendo miedo a que alguien me quite esta casa que aún habito…

       “Por cierto: ¿a cómo se vende ahora el miedo?”.
“Y el litro de vino con el que se quita el miedo ¿a cómo lo venden?”.
 –Eso no lo dije en voz alta, no fuera a tentarle al hombrecillo en algún dolor a medio macerar.

En CasaMágica. A 16 de Julio de 2019








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miércoles, 10 de julio de 2019

¿CONTINENTE? ¿CONTENIDA? ¿INCIERTA?








64/2019

Durante más tiempo del recomendable, creí que no era mucho más que un vacilante fluido, siempre dispuesta y necesitada de adoptar las más diversas formas; tantas como las de los recipientes que se prestaran a contenerme.
¡Ah, qué necesidad tan malsana aquella de desear por encima de cualquier otra cosa el sentirme contenida dentro de alguien!
(Creo que se llamaba algo así como dependencia).

Durante algún tiempo más me decidí por lo de ser cantimplora de peregrino y acomodé a mis espacios cualquier brebaje, líquido o gaseoso, que fluctuase extraviado a la busca de cobijo eventual, dejándome habitar por arrieros cargados de baratijas.
¡Ah, qué decisión tan dañina la de calentar serpientes a punto de mudar de camisa con el calor de la camisa propia!
(Creo que se llamaba algo así como ajenidad). 

Aún permanecí perdiendo algo tan escaso, tan sin repuesto y tan hermoso como lo es el tiempo.
¡Ah, qué perdida me sentía en mitad de la nada huidiza!
(Creo que se llamaba vacío).


Así, hasta que un día, haciendo limpieza general, me desnudé de vestidos de segunda mano, saqué de mi interior mil maneras ajenas que había ajustado a mis propias hechuras y le dejé al tiempo la tarea de vivirme.
¡Ah, que inmenso placer es éste respirar mi propio e incierto aire sin mizcandearle[1] a los demás el suyo! 

Creo que se llama algo así como seguridad, aunque ya ni estoy ni pretendo estar muy segura de mí misma para poder ser continente o contenido según vengan los aires o las aguas.

En CasaMágica. En un 10 de Julio de 2019


[1] Del verbo MIZCANDEAR, de origen árabe. Pordiosear, pedir de puerta en puerta. Ser tacaño, agarrado o cicatero.  [EXPRESIONARIO DE MÁGINA]

ELENA CAMY RUS EN MI MEMORIA

  (Moribundarios)   Nuestras vidas son los ríos/ que van a dar a la mar que es el morir Jorge Manrique. 83/2024 A mi lado, −co...