VA DE...Batiburrillo literario

martes, 17 de septiembre de 2024

ACEITUNAS −QUE NO “OLIVAS”− DE CORNACHUELO

 

 (Periodiqueando)

160/2024

       ¡Pero qué listísimos son esos del Diario Jaén! Mira que lo que maquinan hoy en la página 4…: ¡que las aceitunas −que no “olivas”− de cornachuelo, esas que solo conocen los más sabidos de la provincia de Jaén, sean declaradas nada menos que “Patrimonio Mundial de la Humanidad!

      Por nosotros, que no quede. En Jaén siempre hemos sido propensos a compartir lo más nuestro, con el de arriba y con el de abajo, sin hacer distingos. Y pueden estar seguros de que esas aceitunas son más nuestras que el mismísimo Santo Rostro.

“Cornachuelo”, como les decimos en Bedmar. O “cornezuelo”. como las mientan los que tal parece que más saben y menos las cataron, por aquello de los remilgos contra lo desconocido, y remilgos de “dijo-la-zorra-a-las uvas” frente a lo inalcanzable o a lo escaso. Sea cual sea el nombre que cada cual escoja, el caso es que esas aceitunas −que no “olivas− son nuestras particulares esmeraldas vegetales; algo así como el caviar verde del olivar. El maná nutricio para la sed de la travesía de nuestros desiertos aceiteros. No había pe’azo tierra que se preciara, allá por los años de aprovecharlo todo, que no tuviera una oliva de esas en su haza, a pesar de que fueran aceitunas de boca, (aceitunas; que no “olivas”) y no de aceite, que era lo buscado por rentable en aquellos tiempos en los que los mozuelos de mi Jaén intercambiaban entre ellos una información tan estrafalaria como literal a la hora de calcular fortunas de las mozas casaderas:

“Mira si esa tendrá olivas que hasta los ojos le lloran aceite”.

 

(“Olivas” con haldares y refajos; que no “olivos” con calzones y fusta en ristre).

 

Lo de conservarlas comestibles era otro cantar. Hasta que no le encontraron el truco de la salmuera, esas aceitunas eran de corta vida y de fácil ablandamiento, por lo que su disfrute se hacía tan efímero como un orgasmo, y su hallazgo en los mercados acababa por ser más dificultoso que lo de localizar un ro’al de setas de chopo o una almorzadica de alcaparrones en terreno de buscones de cartilla de racionamiento.

Hoy en día, aunque su cultivo y laboreo siga siendo escaso, están al alcance de cualquiera que tenga noticias de ellas y pase por una de esas gasolineras que más parecen abacerías de medina muslime que surtidores de “gasufla”.

¡Ay, señor, las aceitunas −que no “olivas”− de Cornachuelo! Quien tiene la ventura de catarlas una vez se empica para siempre. Cómo no será que hasta yo misma, blandeada desde la puericia en su querencia, tengo una oliva de esas en mi jardinillo de Madrid, a tamaño natural, y otra olivilla de cornachuelo tipo bonsái, plantada en un lebrillo allá por 1972, y que ahí sigue, tan añosa como yo misma, tan enana como productiva, a la espera de que un día, como tengo dispuesto, se junten en el lebrillo sus raíces con mis cenizas para hacernos compaña de por vida. Y, a ser posible, procesionado el olivo de casa en casa allí donde apetezcan recibirnos. Pero eso de hacernos compaña de por vida es otra historia.

De por vida de mi oliva, claro está, como patrimonio de mi  propia humanidad, que serán las raíces de ella.

 

En CasaChina. En un 17 de Septiembre de 2024

domingo, 15 de septiembre de 2024

CUADERNOS DE MUJERES - Poema en Caracas

 

(Encuentro Internacional de Escritoras)

33/2008

 

Para Mayda: La MuchachaPoeta resumida en versos

que una noche me regaló su tiempo inédito y virgen.

 

 

Cuadernos.

Tantos cuadernos como ojos

como manos

como pubis

como Mujeres muertas de sorpresa.

Y de poesía.

Cuadernos de Mujeres:

bocas regurgitando letra a letra

(temblor y expectativa)

todas las emociones del Encuentro.

En Caracas

–otra vez-

durante algunas horas

la voz de las Mujeres

reclusa en mil cuadernos

turbada en mil cuadernos

disuelta en mil cuadernos

eran híbridos ires y venires,

impudicias escritas en el aire

o en el yeso de todos los pasillos,

insinuaciones díscolas mudadas en poemas.

En Caracas

las Mujeres

–me dijo otra mujer recién llegada

que no era de las nuestras

no deben entrar solas en un bar

y pedir en la barra

una consumición de espera inútil

si es que la espera del hombre que no llega

tuviera que alargarse.

 

En Caracas

una Mujer no debe

–me hostigó aquel oscuro vigía de lo casto

con píngano en la oreja y pelo al cero–

sentarse en el respaldo del sofá del lobby del Hotel

(Paseo-de-las-Mercedes por más señas)

o todos pensarán en lupanares

y en MujeresBusconas “…que desdicen

de nuestra distinguida clientela”

 y tendrán que venir los vigilantes

con impolutos ternos de negrura

masculina

para poner orden en el paisaje de piel a barlovento,

y atarles los desmanes a las féminas

que no saben estar y comportarse

–ahora hablo de mí, cuando en Caracas–.

 

Pero en Caracas

en ese mismo espacio del “no debe

una mujer sentarse sin decoro”

yo sé que me llené de aliento fresco

como la fruta verde ferviente e inmadura.

Aire sin respirar aún.

Y luminoso.

 

Mujeres

inmortalmente libres y feraces,

insubordinaciones inocentes

menudeo de decires sincopados,

intercambio

de pujantes señales, de palabras

homilías furtivas, pecadoras

sin arrepentimiento y entre líneas

en todos los cuadernos de Mujeres.

 

Mujeres

de precoces sinónimos del verbo

táctil, apasionado y epicúreo.

 

Mujeres

conmovedoras, vivas.

Desmañadas

en sujetar las riendas su voz

ardiente, accidental y disoluta.

 

Allí

en Caracas,

entre todas las Hembras

preñadas por los faunos de lo escrito

una Mujer boricua –una muchacha apenas–

Poeta

–bendita entre todas las MujeresPoetas de la Tierra–

Mayda

me entregó aquella noche su ternura

hecha de exaltación de pan y vino

sobre la mesa

de una cervecería crepuscular

con asombro de ojos.

 Avizores del vuelo de un poema.

 

Esas locas Mujeres habladoras

de las que ahora hablo en la distancia,

rendidas

al licencioso abrazo de los versos

sembraron de poesía

la tierra embaldosada e impoluta

del Hotel

–Paseo-de-las-Mercedes por más señas–

en Caracas

delante de los ojos vigilantes de los hombres

vestidos de custodios.

 

En Caracas. En un 21 de Abril de 2008.

VIII Encuentro Internacional de Escritoras

DE PERDEDORES A GANADOR

 

(Jaeneando)

134/2024

Muy señor mío: A lo mejor tendría que haber encabezado esta carta con un protocolario “Excelentísimo señor”, dada su condición de titular del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible −que, entre nosotros, de “perdedora” a “ganador”, vaya nombrecito para el Ministerio que su excelencia dirige y que, de un tiempo a esta parte, no hay Dios que lo sostenga.

A lo mejor, desde mi condición de abogada (en ejercicio) a Licenciado en Derecho (en la reserva), hasta podría haberme permitido lo de encabezar mi carta con un “Distinguido Colega”, que es lo que me aprendí yo en algún formulario de buenas maneras de aquellos que se aplicaban cuando yo comencé a embutirme dentro de una toga sin puñetas y usted apenas levantaría un palmo del suelo. Pero a una no se le escapa que los tiempos cambian, y que ahora lo que se lleva es el mentarse unos a otros por el nombre de pila, o, a falta de referencia nominal, con un “oye-tú” democratizante, en lugar de aquel “en-pie-camaradas” hipado por las JONS en este país (iba a decir “nuestro” sin acordarme de que por entonces nada era “nuestro”) y vociferado con fervor patrio por La División Azul en tierras arias a donde fueron para remunerar al Tercer Reich que poco antes prestara su Legión Cóndor, con la que ya habrá leído usted que, el 1 de abril de 1937, les dieron p’a el pelo a los jienenses por resistentes y por rojazos, aprovechando que otro “excelencia” con medallas, de apellido Queipo, mandaba en los avioncillo ahí mismico, en el Acuartelamiento Aéreo de Tablada. Pero vamos a lo que estábamos, que es ese ministerio suyo, de nombre tan fastuoso como errado en su segunda parte. Digo lo de la retórica “Movilidad Sostenible”. Porque se me está ocurriendo a mí una cosilla que a lo mejor a usted (o a “su-excelencia”) le viene al pelo, y a mis paisanos los anima a ponerse de su parte.

   ¿Qué me diría usted si yo le dijera que, aprovechando la ocasión de estar donde está usted ahora, si usted me hiciera caso, usted pasaría a los anales de la posteridad como nuestro “héroo” jaenero por excelencia?

Verá usted: la cosa sería echar mano de cuatro o seis pedacillos de railes de desecho y enderezarlos, un poner, desde Ciudad Real hasta Jaén, de tal manera que nos llegara uno de esos AVE que corren tantísimo, y que dentro pudieran acomodarse esas criaturicas que se las ven y se las desean para venir a Jaén sin coche oficial.

Yo de usted no echaría en saco roto la propuesta. Piénsese que de este Jaén nuestro (ahora menos nuestro que nunca, incluidos los tiempos del cara-al-sol porque nos pilla más a trasmano que nunca) salieron oleadas de jaeneros sin posibles, que se fueron espurreando por esos mundos de Dios dónde sí que había posibles de los que tirar para ascender a las cumbres de la política, la economía, las artes, etc. Jaeneros de renombre los hay en Cataluña, en el Congreso de los Diputados, en la judicatura, en la banca… Vaya, donde quiera que usted dé un zapatazo, salta una criatura de estas tierras, siempre dispuesta a volver aquí en cuanto el tiempo se lo permite.

Ahora, piense usted que se decide a ponernos ese tren, y, al bajarnos de él, vemos una placa de esas de mármol, con su nombre cincelado a buril, y una leyenda de “…este tramo de nada fue promovido siendo Ministro de Transportes y Movilidad Sostenible el Excelentísimo Señor Oscar Puente… etc., etc…”.

Y que todo ese gentío, repatriado vacacionalmente por obra y gracia de usted mismo, se ponen a llevarle ramos de flores recién cortadas, y a echar cohetes, y a cloquearle la gracia, y

A ver: ¿cuántas bocas de las que ahora le hostigan como la Legión Cóndor hostigó nuestra ciudad tendrían que enmudecer para siempre ante semejante hazaña como la de lograr lo que nadie ha logrado hasta ahora como lo de ponernos un AVE a Jaén?

A mí se me abren las carnes solo con pensar en los tabardillos que nos ahorraríamos quienes, queriendo o sin querer, emigramos de aquí, aunque siempre dispuestos al regreso.

¡Venga! De perdedora a ganador: ¿Cómo lo ve usted?

 

En CasaChina. En un 15 de Septiembre de 2024

viernes, 13 de septiembre de 2024

QUIÉN ES QUIÉN EN MI TWITTER

157/2024

 Quién lo adivine en el primer segundo 

quedará exonerado de desplazamientos en tren

En un 13 de Septiembre de 2024

 

LA LONJA DE LAS PALABRAS

 El profesor Francisco Rodriguez Carbajo se dirige a LA FAMILIA SIAL

El profesor Francisco Rodríguez Carbajo se dirige a la FAMILIA SIAL

(Croniquilla de una inauguración editorial)

156/2024

Les contaré un secreto de escritora trasnochada −que lo soy gracias a los dioses que pastorean los rebaños de las palabras−: esto de escribir tiene tan personalísimos telenguendengues como criaturicas habemos entre quienes nos afanamos, poniéndonos a la tarea más o menos particular, oficial u oficiosa de mirarle los tientos a los decires. Y, además, hacerlo por escrito.

La anterior parrafada, que es la que le sale naturalmente a mi habitual fárrago, puede traducirse a algo más ligerillo de cascos:


Esto de escribir depende de la chiripa de cada cual para que le salgan al paso las palabras que se precisen para decir lo que haya que decir y encontrar un alguien que le ordene los dichos en forma de libro.

A mí, esta mañana, cuando me disponía a glosar el fiestorro que nos ofreció ayer tarde la firma SIAL PIGMALIÓN con motivo de la inauguración de su nuevo domicilio, me tomaron al asalto dos palabras:

·    LONJA

·    LAR

Acostumbrada como estoy a semejantes caprichos léxicos con los que me salen al paso palabrejas sueltas, me limité a escribirlas, negro sobre blanco, y a entretenerme en jueguecillos de sumar y convertir letras en dígitos, al más puro estilo “Académico-Justo-Bolekia-Boleká”, mientras aguardaba a que las dos palabras en cuestión decidieran por sí mismas lo que se supone que, según su capricho, yo debiera decir valiéndome de ellas:

·    L-O-N-J-A= 5

·    L-A-R=3

·    5+3=8

·    8=INFINITO

·    I-N-F-I-N-I-T-O=8

 

−¿Y ahora que hago yo con este ocho? −pregunté al Albur.

“Haz lo que te salga del mismísimo teclado −me ha parecido escucharle decir al Albur−; pero yo, en tu lugar, me centraría en lo de LONJA+LAR”.

Sin duda el Albur tenía una vez más sus razones para encarrilarme en lo que debía. Porque de lo que se trataba era de celebrar que SIAL PIGMALIÓN, LONJA DE LAS PALABRAS donde la haya, nos abría las puertas de su nuevo LAR, de su hogar palabrero. Y lo hacía a su manera: diciéndonos que las palabras no son stips de limosneo fruslero.

Las palabras brillan como el fuego del LAR y son como los peces: una mercancía con escamas superpuestas que debe ser expuesta en una buena LONJA.

Como, por ejemplo, la vieja lonja de pescado del Puerto de Santa María, a la que llaman “El resbaladero”. ¿Puede haber un nombre más brillante y fluido que ese?

¡Si señor! Una LONJA. He dicho una LONJA. Un lugar donde se ofrecen y se demandan por lo que valen los mejores y los peores peces. Donde, como en cualquier lonja que se precie, hay de todo: desde exquisiteces sacadas de zonas abisales hasta morralla de superficie para paladares de segunda, (que el hambre, como el sueño, es patrimonio de todos y, por ello, lo más democrático y de todo lo que pueda existir). Una alhóndiga donde poner a las palabras a charlatanear entre sí mientras llegan nuevos proveedores de MERCANCÍA y acuden a su reclamo ávidos consumidores de lo que se les ofrece: chucherías o artesanía pura; que de todo debe haber en la gran feria de las palabras para que los parroquianos puedan elegir a tenor de la disponibilidad de sus entendederas.

¡Sí señor! Ahora he dicho “MERCANCÍA”. ¿Por qué tantos remilgos ante palabras hermosísimas? ¡MERCANCÍA! Salida de nuestras entrañas. Como lo es la seda que gusanos laboriosos sacan de sus buches con mil fatigas para que los humanos la traigan, la lleven, la disfruten. Peor o mejor “mercancía”, pero MERCANCÍA.


Porque, digo yo: ¿qué son las palabras si las palabras, que son a mi entender lo más valioso del mundo, no pueden considerarse una preciosa “mercancía”? De mejor o peor calidad, pero mercancía, elaborada letra a letra con sangre, sudor y lágrimas por la gusanería de nuestras mentes, y “adecentada” y dispuesta por especializados mercaderes en los escaparates de las líneas de los libros con los que poder comerciar en honestos trueques.

Si las palabras no son eso, ya me dirán ustedes lo que son.

¿Acaso platos de lentejas con gorgojo de Antiguo Testamento?

¿Acaso bazofia de comedor de caridad?

¿Acaso papiros del Nilo cautivos de vitrinas cancerberas?

 


¡GLORIOSA MERCANCÍA!


¡DO UT DES!

 

EL TOMA Y DACA DE LA YA INDISPENSABLE

TEORÍA DE LOS JUEGOS

 

LONJA+LAR+REMUNERACIÓN A LA PALABRA = EDITORIAL FAMILIAR 

CON NUEVA SEDE

Eso fue la tarde de ayer: la celebración de nuestras palabras, más o menos acertadas, pero trabajadas a ciencia y conciencia.

Eso es: nuestras palabras tienen nuevo LAR, nueva LONJA a pie de calle, nuevo escaparate desde el que darle a cada cosa y a cada cual el brillo y el salario que merece.

Ayer tarde Madrid estaba envuelto en ese halo bienparido que le da a Madrid el otoño: ni frío ni calor en las calles, aunque en los interiores aún ronronearan esos aparatejos cenitales a los que los entendidos llaman Split, mientras que “los de la Familia Numerosa Sial” nos sentábamos a la mesa.

Ayer, en el número 7 de la madrileña calle Huesca de Madrid, a pie de calle, como cualquier LONJA que se precie, se abrieron las puertas de un nuevo LAR DE PALABRAS donde poder sentarse al banquete del lenguajeo.

¡Benditos sean estos lugares y su vocación de eternidad!

 

En CasaChina.  En un 13 de Septiembre de 2024

miércoles, 11 de septiembre de 2024

MESAS SIN MANTEL - Carta a Juan Infante

 

 (Epistolario con causa)

155/2024

Mire usted, señor Infante: porque una servidora yace y pace en Madrid. Que, si no, ahora mismo le cursaba una invitación a compartir mesa y mantel. O mesa de taberna sin mantel. O mantel en mitad del campo encima del hormiguero. El caso es hacer buenas sus palabras de que “…no se trata de comer mucho, sino de comer juntos…muchas veces”.

Ya que usted habla hoy de lo bueno dejuntarse a comer”, le contaré algo. Entre nosotros, le diré que existen lo que yo llamo Mesas sin Mantel”, que vienen a ser todo lo contrario de lo que usted predica: sentarse sola delante del plato nuestro de cada día.

¡Ay, si supieran muchos lo que es eso de sentarse sola delante de un plato…!

 

En CasaChina. En un 11 de Septiembre de 2024

AGUAS CRECIDAS

  14/2001 Aún estaban los campos embarrados cuando empezaron a correrse las primeras noticias de Madre de boca en boca, en las barcas ...