VA DE...Batiburrillo literario

domingo, 15 de diciembre de 2024

MANOS DE MUJER ENGANCHADAS DE UN HILO ...EN ARBUNIEL

 

Con mi abrazo a las mujeres enganchadas de Arbuniel y a su alcaldesa: Anamary

 

¡Vaya!

¿Y qué tenéis que decir

de la simpar de Arbuniel

con su hocino de aprendiz?

La segadora:

pimpoyuela y señorial,

ropajes de reina mora

y con el mundo a sus pies…

 

Tomado del

“ROMANCE DE LOS OFICIOS DE SIERRA MÁGINA” en reconocimiento a los actos de presentación,

pueblo a pueblo

 MANOS DE MUJER

Mujeres de Sierra Mágina enganchadas de un hilo
 

REDES DE PESCA INTERIOR - "GloSería de una imagen"

 


(PoeProsarioS y GloSerías)

PoeProsario - 02/2024

 Abrí los ojos y me dispuse a echar al mundo mis propias redes a ver qué pescaba.

Fue hace algunos días. Me asomé a la ventana del periódico para ver si, como otros días, alcanzaba a respirar la brisa de mi tierra, y lo primero que vi fue a…

un pescador de aceitunas sacando el copo

¿Quién ha dicho −me dije− que la pesca de interior le sea más leve a la espalda que la arrastra que la del Océano?

¿Cuestión del color del oleaje…?

La diferencia está −pensé− en los espectadores alados que asisten a la trabajina[1]. En el mar son las “gaviolas” las que, ojo avizor, acosan con ahínco los despojos de la faena. Tierra adentro son los gorriatos y los estorninos los que perseveran pacientes a la espera de su ración.

 

Puestos a dar de comer

tanto vale un buen vergel

que pez de mar o laguna.

 

Oficio de tierra adentro

era avarear hambrunas.

Jaén es un mar de olivos

y sus peces, aceitunas.

 

En CasaChina. En un 9 de Diciembre de 2024



[1] TRABAJINA: en mi INÉDITO “EXPRESIONARIO DE MÁGINA”: trabajera. Faena penosa y cansina.

 

sábado, 14 de diciembre de 2024

SER o HACER

 

(Maestría o Profesión)

211/2024

A todas y todos las/los MaestrEscuela que en el mundo han SIDO

 

Hace algún tiempo, −no mucho− comentaba yo la diferencia que yo encuentro entre escucharse llamar Maestra o titularse Profesora, y, a falta de mejor libro a mano, buscaba en la Biblia un cabestrante con el que rescatar mi preferencia por mantenerme, erre que erre, en mi más o menos humilde estribo de Maestra en lugar de subirme al lujoso carro de lo de “Profesora de Enseñanza General Básica” con el que, por otra parte, se intentó tapar la boca y compensar por vía de titulitis aquella más que afrentosa realidad de la postguerra:

“Pasas-más-hambre-q’un MaestroEscuela”.

Decía entonces que, amén de la siempre deseable economía léxica en las definiciones profesas o artesanas, no me imaginaba yo a Judas entregando a su Maestro con un “Salve, profesor-de-enseñanza-general-básica”.

¿Se lo imaginan?

 

Acabo de escuchárselo hoy a Alberto Castrillo Ferrer en el programa de radio “No es un día cualquiera”:

 

Un profesor ENSEÑA. Un maestro ES

 

El repullo que se me escapa al escucharlo se asemeja a un orgasmo tardío, y no por ello menos placentero. Ni un segundo pasa antes de verme arrebatada por un nuevo pensamiento bíblico:

No me imagino yo a Dios diciendo “Yo soy el que enseña”

en lugar de aquello deYo soy el que SOY”.

Entre SER y HACER hay una distancia divina que me reafirma en seguir considerándome Maestra. Y, si pudiera ser, MaestraEscuela con preferencia a sentirme profesora de aula medianera especializada en materias en lugar de en personillas.

¡No te digo!

A ver si esto de leer periódicos y escuchar la radio viene en auxilio de la necesidad de estar leyendo a todas horas como una Maestra cualquiera…

 

En CasaChina. En un 14 de Diciembre de 2024

 


 

viernes, 13 de diciembre de 2024

RECORDAR O AÑORAR NO SE ELIJE

 

(Periodiqueando)

Las criadas - 19/2024

Yo que tú lo leería

Lo que escribía…Francisco Luis Rodríguez un 6/2/2024

 

A todas aquellas mujeres que nos apañaron la vida a costa de sus propias vidas

 

Yo lo he leído. Está en la página 5 del Diario Jaén, y es un tal Francisco Luis Rodríguez quien, nada más despertarme esta mañana, me ha colocado en función “tantarantán”, por vía de su glosa al tiempo perdido sin remedio y, lo que es peor: sin poder elegir.

Las palabras del autor del artículo han saltado como una liebre delante de mis ojos, todavía entornados por algunos restos del sueño nocturno.

No había pensado yo en las dos distintas maneras de llegar a la edad de la lista de espera: RECORDANDO o AÑORANDO.

Resulta que, a esta edad, unas RECORDAMOS LO VIVIDO, con la satisfacción de haberlo vivido, aunque ya nos fallen las fuerzas para volver a vivirlo. Otras AÑORAN LO QUE NUNCA VIVIERON, porque ellas no pudieron, amarradas como estaban a la tarea de lavarnos la ropa sucia recién sacada de la maleta, o en el tajo, cogiendo aceituna para que no nos faltara el aceite para las tostadas del desayuno, o cayéndose de sueño encima de la sillilla que arrimaban a nuestra butaca, escuchándonos contar chascarrillos y lindezas de nuestras últimas vacaciones en el mar o en la montaña, que ellas se resignaban a escuchar desde la renuncia, atareadas forzosas como estaban en que nosotras lo tuviéramos todo dispuesto y a nuestro gusto.

¿Que ellas se lo buscaron? ¡Venga ya! ¿Acaso nos buscamos nosotras nacer en la familia que nacimos, o tener acceso a los libros que ellas no tuvieron, o poder pagarnos a quien nos aviara el futuro a costa del suyo propio?

¡Venga ya!

Recuerdo que aquel martes, tras leer el periódico, me entró a mí el remurguillo[1] de que alguien pudiera perderse las palabras del articulista, y me apresuré a escribir lo que sigue:

Mientras cavilan ustedes sobre lo que les digo, (los que puedan/quieran cavilar, digo), ya están bajando al quiosco, agarrando un ejemplar del periódico de hoy, abriéndolo por la página 5 y leyendo ese artículo de Francisco Luis Rodríguez, UNA VIDA SIN VIDA.

Después, dependiendo de que ustedes sean de las que vivieron sin desear, o de las que ni siquiera desearon, ocupadas como estaban en su sinvivir para que unas pocas viviéramos bien, y que sus propios hijos pudieran ir viviendo, saquen sus propias conclusiones.

Miren ahora qué primores de hijos criaron y dónde están gracias a que sus madres…

Lo digo por si todavía estamos a tiempo de hacer algo; que para esa tarea no hay edad.

 

En CasaChina. En un (único) 6 de Febrero de 2024



[1] EN EL “EXPRESIONARIO DE MÁGINA” (Inédito) REMURGUILLO. REMUSGUILLO

1.  Remusgo:  sensación parecida al RECONCOMIO, que se percibe de manera imprecisa.

2.    Malestar que queda tras un suceso o un dolor aparentemente acabado

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