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miércoles, 31 de enero de 2024

MICROSOLEDADES - Hoy la palabra COMPARTIR

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La Revolución de los mandiles

Érase que se era un hombre taciturno y solitario que vivía en el bolsillo de su mujer...

Nada más casarse vio cómo la mujer guardaba en aquel bolsillo las cosas que más quería. Sin pensarlo dos veces él saltó dentro y allí, por una vez en su vida, se sintió acompañado y a salvo. Pero de día en día fueron desapareciendo sus compañeros. Primero fue el anillo de boda que él le regaló. Después las monedas que se fueron de una en una. Finalmente le toco el turno al hombre. Sólo cuando su mujer lo empeño a él para poder recuperar todo lo perdido supo que hubiera sido mejor estar al lado de ella y no dentro de su bolsillo.

En un 13 (y martes) de Julio de 2004ç

Adaptado al Proyecto de Sierra Mágina "La Revolución de los mandiles", de "Enganchadas de un Hilo"



ç No me voy a América

domingo, 7 de enero de 2024

EL ÁRBOL DE MÁGINA EN LOS CÁRCHELES

  

06/2024

Me cuentan que EL ÁRBOL DE MÁGINA, depositado en cada uno de sus DIECIOCHO AYUNTAMIENTOS, con su enramado de ganchillo que le da significado a cada uno de sus DIECIOCHO PUEBLOS, está siendo visitado cada día por muchos más viajeros de los que cabía imaginar cuando comenzó la cosa.

En los Cárcheles, también.

Ahí las tienen. Cinco mujeres como cinco primores que, espoleadas por el liderazgo de Cristina Vico −técnica de la Asociación Cultural ADR− y enganchadas de un hilo, han recreado con la maestría de sus manos los elementos esenciales de sus municipios.

¡Cómo lo harán! −me maravillo cada día. Y yo misma me respondo: ¿Acaso no fueron siempre las mujeres de estos pueblos de Sierra Mágina las encargadas de recoger y atesorar nuestro patrimonio rural más representativo, por inmaterial que sea?

 

Las de Los Cárcheles, también.

Vean, si no, cómo, con cada cadeneta de las que tejen, con manos talentosas y pacientes, nos están invitando a poder conocer esos dos núcleos serranos que se elevan hacia el cielo y se asoman sobre río Guadalbullón desde un mirador inigualable. Como se dice en el Himno de Mágina:

“…En tu suelo se escribe la historia

y en tu cielo navega el honor”.

  

    Si, además, se cuenta con un eco tan generoso y resonante como el que el DIARIO JAÉN le presta a estas mujeres y al proyecto EL ÁRBOL DE MÁGINA, entenderemos que nos encontramos entre gentes de especial sensibilidad y talento como para saber descubrir lo que de verdad hay que valorar.

En CasaChina. En un 7 de Enero de 2024

TRANVÍA, SÍ, PERO...

 

(Jaeneando)

00/2024

 No soy urbanista, ni paisajista, ni política. (Aquí iba a escribir y no lo hago esa palabra obstructiva, castradora y adversativa gramatical que detesto tanto como evito: “pero”). Lo que sí que tengo, más o menos en uso discontinuo, es algo de sentido común. Por tanto, mi opinión sobre el tranvía de Jaén carece de cualquier base científica, pictórica u oportunista que la sustente. (¡Oh, cielos! Otra vez me acosa un “pero” dispuesto a desmentirme a mí misma como si, cada vez que me pongo a hablar por escrito, me convirtiera en mi peor enemiga).

Bueno será que antes de seguir adelante repase las conjunciones adversativas españolas con las que me contradigo, me acoso y le pongo cerco a mis propias convicciones como si estuviera continuamente haciéndome perdonar por ser una librepensadora libertaria. Si no me equivoco, eran estas: mas, pero, aunque, sino, sin embargo.

El “mas” conjunción, sin acento, no es que me inquiete demasiado, porque, ni suelo usarlo, ni va por ahí en plan petulante y adverbial, queriendo hacer de menos a su entorno “menos” a quien más se eleva. Lo del “aunque”, con su chispa de vacilación, lejos de incomodar me aporta un respiro para pensarme dos veces lo que se me viene a la boca, entre otras cosas, con lo del tranvía de Jaén. “Aunque”, bien mirado, alguien tendrá que decir algo sensato sobre semejante insensatez como la de cablear el cielo raso del universo para impedirle el paso a los pasos de Semana Santa entre otros inconvenientes paisajísticos. Lo del “sino”, por su hermanamiento con la idea de “oposición”, parece que sea indispensable en el acontecer político parlamentario del día a día. “Sin embargo” es la única conjunción adversativa que necesita de dos palabras, como los seres humanos necesitamos de dos piernas para salir corriendo después de tropezar dos veces en la misma piedra. Pero el “pero”¡Ay, el “pero”! La cantidad de bofetones sin manos que podemos llegar a dar con un simple “pero” aunque vaya precedido de un “sí” que se convierte en “no” antes siquiera de haber nacido.

Cosa corregida y aumentada a efectos coloquiales son las llamadas “locuciones adversativas” que, con la ayuda de un manual cibernético, me permito enumerar sin ánimo de exhaustividad: sin embargo/ no obstante/ antes bien/ al contrario/ a pesar de/ si bien/ con todo/ más bien/ antes bien. Todas ellas vienen a ser como navajazos verbales con los que algunas personas instaladas en la eterna contradicción petulante se dedican a eviscerar −por llamarlo en plan finolis− el ánimo de cualquier interlocutor que ose aseverar algo en su presencia.

Tornemos a la idea inicial, que no es otra que la de la toma de posiciones ante lo del tranvía de Jaén, visto desde el lugar de una persona con sentido común, que ni es urbanista, ni paisajista, ni política.

No necesito ser urbanista para añorar aquel Paseo de la Estación de mi infancia, con bulevar central capaz de ofrecer a la chiquillería un espacio sin peligros de railes traidores.

Como potencial paisajista prefiero los carrillos de “PatatasPaco” fritas en aceite de oliva a precios convenientes, antes que ese cableado en plan tela de araña gigante que agobia lo suyo.

Lo de imaginarme “política” en ejercicio es punto y aparte. Pertenezco a la época del “aquí-mando-yo”, “usted-no-sabe-quién-soy-yo”, “y-ya-está”. Y, tras la llamada “transición”, tan llena de la cautelosa generosidad del tenemos-que-hablar, he desembocado la vejez, casi sin darme cuenta, en un “y-tú-más” para quienes, según las malas lenguas, se está empleando a conspicuos académicos a sueldo en fabricar un diccionario de sinónimos de insultos ad hoc que da miedo abrirlo.

Con mi sentido común, concluyo que esto del tranvía de Jaén es cosa de políticos. Y, por lo que tengo visto, en esta post-transición tan ramplona como “adversativa” y navajera que nos ha tocado sufrir, el paisaje es lo de menos; la urbanidad es un arcaísmo y el sentido común está de sobra. Así que, a ver a quien se le ocurre opinar.

¡No hay “pero” que valga!

En CasaChina.  En un 7 de Enero de 2024

viernes, 5 de enero de 2024

MI QUERIDA PROSERPINA

 

05/2024

A Marisol Esteban: la Mágica.

Al hilo de su relato “Más que un cuento”, que es una pieza magistral.

 

  Hay para mí algo impagable en lo que todavía creo: que alguien me regale una emoción y se me dé la oportunidad de agradecerlo. 

Este es el caso hoy.

Hace un rato me desperté, miré el reloj y comprobé que era demasiado temprano para levantarme, pero no tanto como para aprovechar y lanzar al aire mis deseos, a cara o cruz, para remediar esto de que se últimamente se olvide escribir mi carta a los Reyes Magos que ya no están.

En silencio, a falta de alguien con quien discutir las condiciones, he formulado mi querencia:

“Queridos Reyes Mágicos:” −escribo “Mágicos” con el pensamiento direccional puesto en estos ojos míos que tantas alegrías me dan cada día y que tantas lágrimas guardan aún para un porsiacaso− “…espero que os acordéis de una servidora, y que, si está en vuestras manos, me dejéis por algún rincón algo que me recuerde que esas lágrimas que almacenáis con semejante miramiento todavía valen para algo más que para recordarme que en el armario que yo no uso me quedan pañuelos de él con los que hacerles burla a los clines.

Esta que lo es y no os olvida”.

Terminada la silenciosa expresión de mi deseo, he rectificado la posición de mi espalda sobre los cuatro almohadones que utilizo a diario para apaciguar cansancios, he separado un poco el cojín del brazo derecho, me he ajustado las gafillas de la presbicia y he dejado que el cursor se deslice a cara o cruz por la pantalla del ordenador antes de que el dedo índice de la mano más hacendosa presionara por su cuenta el botón izquierdo.

De pronto, un espasmo fortuito ha acorralado el enlace y lo ha abierto de par en par:

 https://www.eldiariodemadrid.es/articulo/opinion/mas-que-un-cuento/20240104104331002904.html?utm_medium=social&utm_source=facebook&utm_campaign=share_button

¡Dios mío, qué joya literaria! 

“Gracias, OjosMágicos” −he pensado con automatismo. Y me he puesto a leer−. Hasta que la emoción, (posiblemente la “emoción” expresamente pedida) me ha empañado el avance de la lectura, obligándome a echar mano de uno de esos pañuelos de hombre ya sin dueño.

¡Vaya! −me he dicho− ¡Una emoción a borbotones! ¡Pero si todavía no ha llegado la hora de que pasen por aquí los ReyesMágicos! No esperaba yo semejante diligencia en dar cumplimiento a mi deseo. Lo menos que puedo hacer, además de enjugarme la largueza de estos generosos ojos míos, es darle las gracias a quien quiera que haya firmado este “Más que un cuento”.

Con los párpados anegados todavía, he buscado al final del cuento el nombre de persona tan mágica y exquisita que, con sólo juntar un montoncillo de palabras, es tan capaz de ponerse a chacharear con mis ojos de tú a tú y arrancarles sus ternuras.

Así es como he descubierto a la destinataria de este agradecimiento:

Mi querida Proserpina…

 

En un 5 de Enero de 2024.

LOS NUEVOS FLAUTISTAS DE HAMELÍN

(Periodiqueando) 162/2024 Caigo en mitad de esa doble página literaria tan llena de palabras mágicas, con la que nos encandila el Di...