
Periodiqueando desigualdades – 142/2025
Antes
de igualarme con “ellos”, prefiero ser una “desigual”.
“Ellos”
son “ellos”: los “igualados” por la incultura de su lenguaje.
SMB
Entonces leo en el
periódico de cada día:
…Y si eres el más
ordinario, zafio y soez, puede que puedas comprarte esa casa a la que nunca
podrá acceder un tío que después de muchas horas de estudio,
consiguió aprobar oposiciones.
Quitando el olvido del
derecho de “una tía” a opositar a comprarse una casa propia, (o a “una habitación
propia” en la que se emperró una tal Virginia Woolf) me pregunto:
¿Ha encontrado MIGUEL
VILLAR la solución para el acceso a una vivienda digna…?
Claro que, para
comprarse esa casa parece que hay que “igualarse” con lo que tanto abunda. Y yo
no estoy entrenada para semejante carrera de fondo.
No; no es que a mí se
me apetezca vivir debajo de un puente. Pero, a ese precio, prefiero vivir de
patrona.
O pedir posada a los
que no están dispuestos a “igualarse” con los amaestrados en el agravio o en la
ordinariez.
Hablo de mis prodigiosos
“desiguales”, de los que tanto aprendo.
Lo cierto es que no me
va lo de pasarme la vida buscando cuartelillo en el DiccionarioDeAutoridades…
adiestrados en escalar ordinarieces igualadas.
Prefiero ser una “desigual”.
Prefiero callarme. Y, llegada la penumbra, dormir al raso y hablarme con las
estrellas. Como JoseMari, el pastor del Caño del Aguadero.
En CasaChina. En
un 29 de Agosto de 2025