VA DE...Batiburrillo literario

martes, 12 de marzo de 2024

LA SUSTANCIA DE LA HOYA


Restaurante en las cumbres de La Hoya del Salobral

No me lo confundan, por Dios. Entre La Hoya (del Salobral) y las ollas que por allí bullen en el trajín de cada casa, hay lo que hay hoy en día: mucha magia, mucha sabiduría rural, y un buen saber gobernar (Toñi) y gobernarse (Enrique, Carmen, Ángel, y...), que sólo por allí he conocido yo.

Haber, lo que se dice haber de qué, no había mucho más a lo largo y ancho de la comarca. Por algo los llamaron “los años del hambre”. Había lo que en los corrales de cada casa pudiera criarse sin merma de las criaturas humanas, lo que los vergeles ofrecieran llegada la coyuntura, y lo que el campo quisiera dar de “fia’o” en cada estación del año: desde las majoletas, que los forasteros confundían, los “probeticos” míos, con los “apretaculos” de los escaramujos, hasta los alcaparrones, pesando por las setas de chopo, los níscalos de los pinares, las romanzas, los caretos, y algún “ro´al” de collejas en sazón.

Por aquellas trochas que envuelven, cobijan y abufandan el recuerdo de La Hoya del Salobral de los años 50, (hablo del siglo pasado) había lo que tenía que haber: cuatro casas cristianadas en su venero de aguas milagrosas, un empinamiento de despiadado acceso a la explanada anterior a la cueva en la que el Santo Custodio rezaba sin reconcomerse y sesteaba sin abandonarse, unos paisajes de horizontes imposibles, que para sí los hubieran querido los más opulentos, y unos apriscos de cabras cuidadas tan a cuerpo de reinonas que, puestos a elegir, cualquiera con una miaja de talento hubiera apostado por nacer cabra antes que humano, para dejarse querer en el diario manoseo de la generosidad de sus ubres a cambio de  poder ramonear de sol a sol entre el tomillo mejorana y el romero siempre dispuesto a otorgar olorosas bienvenidas.

Triscar roquedales balsámicos era y es lo suyo, que para eso nacieron cabras, bien enseñadas en lo de parir chotos de pupilas rectangulares y carnes aliñadas por el condumio propio.

La suerte de la Hoya del salobral estaba echada desde siempre: no podía ser otra cosa que lugar de solaz para colonos de cualquier hálito de lo consagrado, tierra de promisión para arrieros que emprendieran su periplo en riata, camino del paraíso, y ofrenda de buen alimentarse y saborear para exquisitos del paladar más que para voracidades de epulones.

Cuando hoy leo en la página 20 del periódico de cada día que ese lugar sagrado ha sido bendecido con un premio a sus condumios, no me causa la menor extrañeza: en La Mancha dicen que “con pan y vino se anda el camino”; allí, en La Hoya, debiera decirse que “con su queso de cabra y con su choto frito, hasta el más melindroso se recoge ahíto”.

Porque, si lo suyo es hacerse caminante, créanme que es en La Hoya donde convergen todos los caminos por andar. Es el lugar exacto donde tomarse un respiro antes de alcanzar el cielo, delante de un buen plato de chotillo, frito sólo con dos ingredientes: muchos ajos y tiempo; mucho tiempo, como cuenta hoy en la página 20 del DIARIO JAÉN la mejor condumiera de nuestro mundo de Sierra Mágina: ASCENSIÓN BRETONES CANO, a la que yo me encontré hace bien poco por uno de aquellos atajos de cabras, camino de sus sartenes.

¡Vayan y vean!

Y, mientras  se hace tiempo para poder arrimarse al yantar y meter mano a las sartenes -cucharada y paso atrás-, después de enjuagarse el gaznate en La Fuente del Santo, no estará de más echarse a la barriga unos chatos de vino de la tierra, rebajado con algo de ese queso del lugar, que −¡vive Dios−, sigue sabiendo a queso, porque Carmen y sus cabras saben darle el punto de lo rural y la alquimia de lo hecho con amor.

 En CasaChina. En un 12 de Marzo de 2024


 

miércoles, 28 de febrero de 2024

LAS CON-MANDIL DE SIERRA MÁGINA

 

 ¡FELIZ DÍA DE ANDALUCÍA! ¡FELICES HORAS DE LOS MANDILES!

         Este soneto es el homenaje con el que honro a las Mujeres de Sierra Mágina desde lejos. Mujeres que hoy, 28 de Febrero de 2024, día de nuestra Comunidad Andaluza, y a la manera de las "SinSombrero", se preparan para lucir en breve por las calles de Jaén sus mandiles, tejidos por ellas mismas punto a punto, tras volver a limpiar el polvo y los malos humos de siempre.

 
Con esos mandiles se invita a los hombres de buena voluntad a meterse en ellos y así poder comprobar que
“el polvo es cosa de dos” como dice una de nuestras mujeres. 

     Así es la vida: hasta los elementos más humildes se pueden RESIGNIFICAR para “desactivar” significados agarrotados e inmovilistas. 

     Hasta la historia más reiterada y tozuda se puede REESCRIBIR desde lo aparentemente simple.  

Hasta la igualdad auténtica se puede entender como cosa de cualquiera con un mínimo de talento.

 

 (Mandiles por la Igualdad)

Las ConMandil

10/2024

Un rectángulo humilde, cotidiano,

una simple señal de lo casero,

un puesto segundón. Siempre el grosero

borrón de ese fatal “segunda mano”.

 

Con un afán textil, terco y pagano

salieron a la luz “las sin-sombrero”

dispuestas a limpiar el agujero

de un tiempo patriarcal, triste, malsano.

 

Si de textil se hilvanan las banderas

y se tejen las más hermosas túnicas,

sean nuestros mandiles las señeras.

 

Con un mandil somos las pioneras

que exigen igualdad. Mujeres únicas

fraguadas en el rol de las esperas.

 

Añorando Sierra Mágina y sus mandiles.

En un 28 de Febrero de 2024

domingo, 25 de febrero de 2024

EL RELATO DE MIGUEL

 
(Periodiqueando)

31/2024

Qué cosa tan brillante y tan misteriosa escribe hoy MIGUEL DEL OLMO ESCRIBANO en la página 30 del Diario JAÉN.

Y lo mejor es saber que está ahí mismo, en el quiosco de la esquina, a la espera de deleitarnos con su lectura por menos de lo que cuesta un cigarro de matalahúga.

Leer un periódico −créanme− no es un capricho. Es un lujo del que gozamos en esta parte del mundo sin acabar de reconocerle la importancia lúdica y pedagógica que encierra.

Es, sobre todo, una necesidad. Y, además, es un punto de encuentro donde poder reunirse con los magníficos que, con no se sabe muy bien qué materiales alquímicos, destilan limaduras de palabras con las cuales van y nos cuentan cosas de ahora, de entonces y de siempre, como si fueran mentiras dentro de una caja china de verdades por derretir.

Hoy, aquí, entre la niebla del domingo, me está haciendo compaña un cuento de un maestro: Miguel del Olmo Escribano, al que no hago más que tirarle de la hebra a ver si consigo desentrañarle tantísimo talento.

Y así, entre letra y letra, van pasando los días que me queden. Y quedándose a mi alrededor las más sutiles presencias aún por descubrir.

 

En CasaChina. En un 25 de Febrero de 2024

martes, 20 de febrero de 2024

ROMANCE DE LA REVOLUCIÓN DE LOS MANDILES

 

(Mandiles de Mágina por la Igualdad)

07/2024

Un mandil de cortijera

se ponían para guisar,

Un mandil para bregar

con quién fuera y donde fuera.

 

Un mandil

para darle de mamar

a las ansias lastimeras

del nene a medio criar,

y calmarle la llorera

con el materno manjar

de tan propia sementera.

 

Un mandil

Pa’ lucirlo en el portal.

O guardar la delantera

al baldear escaleras

sin percudirse el ajuar.

 

Un mandil:

la cubeta, a rebosar,

armadas con sus badiles

y un escobón por bandera

espurreaban la acera

de nocturno bienestar.

 

Un mandil

para llevar a la escuela

a la nena y al zagal,

y ya, de paso apañar

lo que hubiera que comprar

en la plaza, sin espera.

 

Un mandil para lavar,

para coser y planchar.

Para quedarse a la espera

o acudir sin rechistar

al tajo, de aceitunera.

Para llegar la primera

a la fuente o al marjal.

Un mandil para bregar

en el vergel o en la era.

Un mandil para espigar.

Mandil para borregueras

sin lana por escardar.

 

Un mandil para limpiarse

lo triste del lagrimal

y llorar

en donde nadie las viera.

 

Un mandil por siempre atado

a faenas sin final.

Un mandil para estirar

la condición de braceras.

Pa’ recoger lo que fuera

que el campo quisiera dar.

 

En fiestas o en funeral,

de percal o de arpillera,

de crespón o de franela,

de salir o para entrar,

el mandil fue la señal

de renuncias sin horario,

de trabajos sin salario,

de una lucha desigual.

Hasta que del delantal

hicimos escapulario,

desvarío libertario,

lema de fraternidad.

 

Por eso, ahora que ya

redimimos al mandil

del santo y seña cerril

de unos despojos atávicos,

peripatéticos,  rancios,

ya no es cosa de ocultar

lo que debe pregonarse:

 

Porque de siempre aprendimos

a lidiar las pejigueras

más broncas del vecindario

sin más arma que un mandil

que se convierte en emblema

y en reclamo de igualdad,

que sepa la calle entera

que de Mágina traemos

nuestro propio santo y seña:

aquí nos tenéis alzando

nuestro mandil por bandera.

 

A ver quién sabe llevarlo

con semejante prestancia

y tamaña resistencia:

Igualadas en lo justo.

Bravas contra la violencia.

 

En CasaChina. En un 20 de Febrero de 2024

LOS NUEVOS FLAUTISTAS DE HAMELÍN

(Periodiqueando) 162/2024 Caigo en mitad de esa doble página literaria tan llena de palabras mágicas, con la que nos encandila el Di...