(Periodiqueando adherencias)
Querido Miguel: (y permíteme que, a falta de conocencia propia, eche mano de ese “querido”, formalista y ritual, para arrancar una carta dirigida a un desconocido que me ha caído bien a primera vista. Por lo demás, y como irás comprobando según vayas leyendo, pertenezco a un tiempo demasiado pasado para ser mejor).
Me alegraré que al recibo de esta te encuentres bien. Yo, bien, gracias a Dios, a pesar del aguacero de légamo que está cayendo.
Y, ahora, vamos a lo que vamos, que no es otra cosa que esa carta tuya de la página 5 en uno de mis cuatro periódicos de cabecera con los que me desayuno y comienzo las tareas de mi cada día: el Diario Jaén.
Pero, si te parece, vamos al grano sin más merodeos: suscribo lo que dices en tu carta al director de cabo a rabo. Y, además, me uno a tu grito: ¡viva la independencia!
No podías haber elegido mejor día para echarte a la hoja de un periódico a encomiar independencias: nada menos que un 2 de mayo[1], fecha en la que, in illo tempore, algunos de los de no se dejan marear por majaderías se echaron a la calle, al grito de “¡Traición, que nos lo llevan!” lanzado por el tal José Blas Molina, un simple cerrajero que, puesto en jarras delante del Palacio Real, se puso a arengar a un gentío sin más arreos que la palabra, pero harto de que unos cuantos okupas les tocaran las narices. Y claro, pasó lo que pasó y que quiera Dios que no vuelva a pasar con tanta bulla. Que se lo cuenten, si no, a Daoiz y a Velarde.
Como te iba diciendo:
Suscribo lo de la diversidad, porque, en efecto, no hay más que leer cada día las “cartas al director” que se publican, para comprobar que en esa redacción a la que tu agasajas no se usan cribas ni cernaderos; lo cual es un respiro para quienes no comulgamos arrodillados, y menos con ruedas de molino, en los tiempos en los que nos ha tocado vivir.
Suscribo tu deseo de permanencia independiente. Como tú dices, “…que esa diversidad no jamás decaiga”. Lo copio tal cual lo dices, y como lo han puesto en el periódico, porque veo que la ubicación de ese “no” es como un contrafuerte encajado de propósito contra flojeras de borceguíes de “one way”. Que ya se sabe que “las direcciones únicas” entonan demasiado a menudo sus insalubres “prietas-las-filas” y sus sombríos “caralsoles” destemplados.
Suscribo en fin tu agradecimiento a una prensa inimitable: Hay cosas que se traen o no se traen de serie: o se nace o no se nace con esa genética, esa raza periodística que se respeta tanto a sí misma que no le queda otra que RESPETAR LA DIVERSIDAD COMO A SÍ MISMA.
Porque ya se sabe; EL SECTARISMO acaba como acaba: redactando cartas que se reparten en timbas privadas, pero que nunca se publican tal cual, y se esconden entre los papeles de unos pocos escritorios, para que las lean sólo unos pocos antes de usarlas para envolver alfombras. (O para espulgos íntimos menos mullidos y más excrementicios).
En CasaChina. En un 2 de Mayo de 2024