VA DE...Batiburrillo literario

lunes, 20 de mayo de 2024

ACASO UN LUGAR DÓNDE ÉL ESPERA

 

(Moribundarios)

28/2024

A mi amiga de siempre

…que acaba de perder a su compañero de toda la vida

 

Hoy te despertarás, amiga mía,

como te despertabas ayer mismo,

con esa sensación de oportunismo

con la que nos sorprende el nuevo día.

 

Te enredarás en tu melancolía.

Cada paso que des será un abismo.

El silencio espacial, un espejismo.

Un estupor la casa tan vacía.

 

De un nido sin quebrantos, hilandera,

escuchas resonar vuestros rincones

sabiendo que no habrá otra primavera.

 

Y, sin embargo, vuestra sementera

dio buen trigo. Y algunas turbaciones.

Acaso haya un lugar donde él espera.

 

En CasaChina. En un 20 de Mayo de 2024


¡PIPIRRANA!

 

(Periodiqueando200)

88/2024

Leo “pipirrana” y parece mentira que una sola palabra me cuente una historia tan larga, tan completa. Tan lejana ya. Una historia de fin de curso con el libro escolar en carne viva. Con golondrinas recién llegadas al cielo de la breve ventana de la camarilla del internado, camioneta de regreso al pueblo, olor de higueras al amanecer, alberca y sol oreando cuerpos radiantes como las escamas de los jureles…

Y mesa de comedor, con familia sin mutilar −quitado el padre− en cuyo centro se entroniza un azafate habitado por algo tan glorioso como una pipirrana.

        Luego, la siesta sofocante, el culpable sudor adolescente, las primeras bocanadas de aire, el pantalón de cuadritos vichí, las sandalias de bajar al río y la veredilla que lleva a las huertas en busca de vergeles donde adquirir tomates nuevos con olor a tomate, pimiento recién crecidos y huevos de gallinas sueltas para hacer la pipirrana del día siguiente.

       Leo “pipirrana” y se me llena la boca de saliva, la memoria de recuerdos y los ojos de luz de la de entonces.

        ¡Hay que ver! Una sola palabra, PIPIRRANA, y el mundo se me desmanda marcha atrás.

        Usaré “Pipirrana” como nemotecnia de regreso emocional.

 

En CasaChina. En un 20 de Mayo de 2024

EL DÍA QUE ME VAYA

 

(MoribundarioPropio)

01 -Moribundarios

        Un día, me iré.

        Quisiera pedir a quien quiera y pueda escucharme que ese día, en lugar de anegar los ojos con lágrimas inútiles, se encienda una candelilla en cada ventana de cada casa en la que yo deposité alguna de mis palabras.

       Estoy segura de que, como yo estaré escalando espacios, podré verlas todas, una a una, y detenerme a mandar de vuelta una última palabra tan personal que quien la escuche nunca podrá olvidarla:

Os llamaré por vuestro nombre

El aire ese día estará tan limpio que nada impedirá que escuchéis vuestro nombre pronunciado desde lo más alto.

viernes, 17 de mayo de 2024

DE MICROS y BREVERÍAS (según lo veo yo)

 

 

BreveAclaración para curiosos

(en 40 palabras no muy justas)

81/2024

Dejemos las cosas claras: Micro y Brevería no son la misma cosa.

Las Breverías me sirven para pensar muy breve y por escrito.

Los Micros me valen para contar historias muy breves con palabras muy pensadas, más o menos justas.

 

En CasaChina. En un 17 de Mayo de 2024

 

EN FACEBOOK 

miércoles, 15 de mayo de 2024

ELENA CAMY RUS EN MI MEMORIA

 

(Moribundarios)

 

Nuestras vidas son los ríos/ que van a dar a la mar que es el morir

Jorge Manrique.

83/2024

A mi lado, −con mis desproporcionados 14 años longilíneos y desgarbados de 1959− era ella, la Elena Camy que yo recuerdo, una chiquilla recogidita, de pelo corto y siempre revuelto, algo rubicunda, graciosa y dicharachera de por sí y, sin discusión alguna, la primera de la clase. (La segunda, que se sentaba a su lado, era una tal Cristina ¿Morcillo? ).

Yo me sentaba a mitad de la clase y en la fila central. Total, como siempre, promediada: ni la mejor, ni la peor; ni a la izquierda ni a la derecha; ni esto ni lo otro. Sin sobresalir demasiado en nada de fundamento para una nena de entonces que no fuera mi delgadez de espingarda, mi estatura extravagante y la pena siempre disimulada por lejanía de mi casa.

Ella era la mejor, la que siempre estaba en el cuadro de honor, la que cada mes lucía la medalla roja, máxima distinción en las calificaciones, la que siempre tenía la respuesta acertada en cualquier materia. Pero, sobre todo, la líder sin discusión a la que todas queríamos parecernos, incluida su rival y compañera de pupitre.

Ella, además, era EXTERNA, que era lo mismo que tener casa con abracitos nocturnos de padres; y, para atravesar los inviernos de Jaén, seguro que con mesa camilla y brasero donde aprenderse las materias del día siguiente que la INTERNAS teníamos que memorizar algo encogidas por el vaho gélido de aquel “salón de estudio”  con estanterías donde se guardaban los libros de la colección ESCÉLICER, y del que salíamos de una en una, camino de la prematura cena y el dormitorio común, sin un mal abrazo en el que refugiar miedos de preadolescencia y enigmas como aquel pecado sin perfiles de “jugar-a-los-médicos” sobre el que nos advirtió un día sin mayores explicaciones don José Arriaza antes de salirse de cura.

Han pasado tantos años desde que ella, Emilia Camy, me confesó en secreto “yo estudiaré medicina; ¿y tú?”.

−Yo te juro por la Niña María que no se lo diré a don José Arriaza −le respondí, dispuesta a no traicionar a una muchacha tan valiente que ni siquiera le temía al pecado de querer ser médica.

¿Lo sería?

Sí, ha pasado mucho tiempo… Y, sin embargo, nunca pude olvidarla. Ni a ella, ni su secreto de patio de recreo, ni su nombre, con el que hoy me encuentro de nuevo en la página de obituarios del DIARIO JAÉN. Que también para eso vale un periódico: para devolvernos el recuerdo de quiénes fuimos y quienes se van, aún después de muertos.

 

En CasaChina. En un 15 de Mayo de 2024

HABITANTES DEL PÁRAMO CON TOGA Y BIRRETE

    (Actos y Eventos) Honor que mi tierra me hace...  ¡Cómo no amar a mi tierra!