VA DE...Batiburrillo literario

sábado, 27 de abril de 2024

PROYECTO PRENSA-ESCUELA

 

(Periodiqueando)

62/2024

Como cada mañana, nada más despertarme y ponerme la gota de colirio en el ojo izquierdo (que, desde hace algunos meses está diagnosticado como “ojo seco”, pero que me da a mí que su padecimiento es “exceso de uso”), me lanzo como una obsesa sobre el teclado del ordenador, y escribo "DIARIO JAÉN", a ver si me sale la edición digital, aunque sea con esa “marca de fábrica” con la que identificar intrusos y espantar plagiarios.

Ahí sigue, con sus recovecos de colorines chillones y sus espacios en discreto blanco y negro, con su tozuda vocación jaranera/jaenera envuelta en fanales, zahones y faralaes de nuestros festejos locales y con su imaginería, presidida por Cristos dolientes, calcados a cincel y garlopa desde modelos agonizantes y agitanados; con sus aparentes desperdicios dadivosos de papel prensa, tan repartido a destajo en cualquier evento provincial que hasta las esquelas parecen titulares. Pero, sobre todo, con esos resaltes en color… yo diría que color ¿“ochío[1] con pimentón”?, que desde siempre le da un toque tan propio como el que tiene.

Hago mi diario recorrido por sus páginas como si estuviera dando un paseo por toda la provincia a lomos de mula, con un cierto dolor en los riñones del alma a fuerza de tanto caminar sin opción a detenerme, y saltar en un pispás (de pasapágina) desde la foto que lleva un título tan inquietante como su misma imagen: “el valle de los olivos”, en pleno desierto de Jaén −página 11−, al jaraneo procesional de Garcíez, y sus fiestas San Marcos, que tan buenas calderadas de guiso de habas propicia, (páginas 24 y 25), para desembocar, ¡cómo no!− en el “qué-hay-de-lo-mío” de la página 53, donde vuelven a recordar a todo trapo que una servidora, este año de 2024, es la ganadora del Premio Internacional PERIÓDICO JAÉN de Poesía. (Y yo que me alegro de seguir viva en los papeles. ¡Para qué voy a disimular!).

Pero hoy donde quiero detener mi reata es en la página 59, en la que, también sin escatimar espacio, dan cuenta de uno de los proyectos más luminosos que haya podido echar a rodar un periódico. Me refiero al 36 Concurso de Redacción PrensaEscuela, a través del cual el periódico de nuestra tierra se ocupa de nuestra verdadera TIERRA DE PROMISIÓN: LA INFANCIA.

De buena tinta sé que en esa actividad se está empeñando algo más que papel, medios materiales y propaganda.

Tanto es así que, el otro día, cuando cumpliendo con las mejores normas de cortesía, me telefoneó el director del Periódico para comunicarme la concesión del Premio de Poesía, y antes de que me dijera el motivo de su llamada, creí yo que este era el de convidarme, como antigua MaestraEscuela de Jaén, a ir a una de esas aulas rurales a embelesarme con la chiquillería mientras él, con cuatro recortes, media docena de gorros de papel, treinta lanzas de lápices de colores y una labia propia de quien ama las palabras, la embelesa, en plan Flautista de Hamelín, para que lo sigan por las veredas del periodismo que el lleva en la sangre como una ameba.

Y la chiquillería, inmersa desde lo lúdico en ese proyecto PrensaEscuela, se lanza al juego de escribir como si escribir fuera el atanor inevitable por el que evacuar lo que se lee.

 

¡Cuánto talento lo de invertir en infancias!

 

La infancia, más que nuestra patria como dijo Rainer Maria Rilke, es nuestra verdadera tierra de promisión. Y quienes, como el Diario Jaén, la convierten en su propósito, están bendecidos por el maná de la palabra.

 

En CasaChina. En un 27 de Abril de 2024



[1] OCHÍO: para mis colegas de África y de América, que tanto me han escuchado hablar de estas cosas de mi tierra, les recomiendo que, mientras vienen y no vienen a catar este manjar tan nuestro, le echen un vistazo a la Wikipedia:

https://es.wikipedia.org/wiki/Och%C3%ADo

viernes, 26 de abril de 2024

LOS "LetraGenios" DE LA LÁMPARA

 

(Periodiqueando)

61/2024

Me gustaría contarles que, los que un día elegimos como oficio lo de juntar letras, dividimos nuestro tiempo en tres partes más o menos iguales: Aprender para honrar la tarea, escribir para practicar lo aprendido, y buscar al LetraGenio de la lámpara para que nos conceda los tres deseos que ahora referiré.

Ellos, los LetraGenio-de-la-lámpara, mis “héroes” de cabecera, que hacen posibles los tres deseos de cualquier juntaletras con oficio (crear/ publicar/ ser reconocido), merecen a su vez mi reconocimiento más alborotado y mi gratitud más rendida.

Por mentar a algunos…

Ayer mismo, en la Tertulia El Escribidor, que con tanto talento dirige la periodista (y además sublime PoetAmiga) Gloria Díez, en la Biblioteca Vargas Llosa,  asistía yo a una reunión de editores convocada por Gloria. Se trataba de cambiar impresiones sobre ese escalón del “y-ahora-cómo-publico” con el que nos enfrentamos quienes escribimos con mayor o menor “oficio”. Sobre todo, quienes escribimos poesía, un género en el que ya se sabe que hay mucha más oferta que demanda. Y, claro está: como en todo lo que abunda sin saber pararse a pulir sobras y rellenar carencias, hay por desgracia más morralla que esturión beluga, ese pez inscrito en el “Libro Guinness de los Récords” como el pez más caro del mundo.

Me enterneció muy especialmente un jovencísimo asistente, Adrián, en cuya cara se leía a la legua ese y-ahora-cómo-publico” que conocí en carne propia tantos años atrás, antes de que me llegase esta “incierta-gloria” de verme publicada por aquí y por allá, para acabar premiada por tan importante galardón como es el Premio Internacional de Poesía DIARIO JAÉN. Y, además, ser premiada y reconocida en mi tierra, que es lo más grande que puede pasarle a quien lleva toda una vida honrando su tierra.

Cuando hoy, de nuevo, me veo en la página 30 del periódico, no puedo por menos que darme por bien pagada de tantos años de mimar y adecentar palabras como si fueran las hijas que no tuve.

Volviendo a la tertulia de la que hablaba, tengo que reconocer que la presencia de Adrián me hizo admirar en ese mismo momento, y más aún si cabe, a Gloria Diez, y a tantas otras personas y entidades que se ocupan de promocionar encuentros, de crear premios pero, sobre todo, de abrir espacios de noviciado en los que aprender/aficionarse a escribir y propiciar que se escuche lo escrito.

· Como Gloria Díez y su tertulia El Escribidor.

· Como esas editoriales independientes que, con cargo a su propio presupuesto, se esfuerzan por expurgar con preciosismo y en rescatar “a pulmón libre” esas voces nuevas con las que remiendan los desgarros que nos dejan las muertes de los poetas de raza.

· Como esas entidades públicas, que subvencionan premios con el suficiente prestigio como para saber que a lo mejor lo pescado no es un esturión, pero nada muy parecido.

· Como el Diario Jaén que, entre otras estimulantes actividades siempre estimulantes de lo silenciado, está recorriendo con su Concurso Prensa Escuela, los colegios de la provincia, haciendo que los chiquillos de ahora sepan que también ellos pueden llegar a ganar otras metas literarias como la que yo he alcanzado, porque, desde pequeños, supieron que esto de escribir no es una casualidad, sino todo un largo y penoso/glorioso aprendizaje al que hay que aplicarse desde el primer día del curso de la vida.

 

En CasaChina. En un 26 de Abril de 2024

miércoles, 24 de abril de 2024

SOPICALDOS EN BLANCO Y NEGRO

 


(Periodiqueando/ Cosas de Mágina)

59/2024

Este hombre que hoy, desde la página 7 del Diario Jaén −cuya lectura yo no me perdería−, habla de pipirranas, gazpachos y sopicaldos varios, como remedios contra la desmemoria de las solaneras de nuestra tierra más que como matahambres (también endémicas en la memoria de nuestra tierra), sabe de lo que habla. Pero ha sido eso tan “romano y pendenciero” como lo de del vinagre con agua a lo que le dicen “posca” lo que me ha revuelto los trastos en las cámaras del recordar, y lo que me ha traído a la memoria lo que aquella bendita cocinera de la casa de mi infancia, Isabel la de Padilla, se inventó con cuatro mejunjes de nada, para alegrarnos escaseces y apañarnos lo que ella llamaba “la gaseosa de mis niñas”, en unos tiempos en los que se carecía hasta de tres perrillas con las que comprar una gaseosa de las de verdad, con su tapón de bola adosado y sus burbujas estornudantes.

Aprovechando que cualquier casa, hasta las más menesterosas, guardaban en la despensa los potingues necesarios para armar su receta, y los recipientes multiuso donde servirla, en menos que canta un gallo nos apañaba Isabel un jolgorio de patio trasero, cuya receta de “gaseosa casera” sin escribir (Isabel, nuestra cocinera era analfabeta como el 80% de nuestras mujeres rurales) escribe hoy una servidora (In memoriam):

PARA UNA PERSONA (ya no hay más en esta casa)

·     ½ vaso de vinagre (del de hacer gazpacho y limpiar pucheros)

·     ½ vaso de agua fresquita (A poder ser de botijos restregado por fuera con hojas de higuera)

·     ½ “turrón” de azúcar (ahora que la Fiscalía de Tasas ya no da la matraca).

·     ¡Y…! ½ cucharadica de bicarbonato (del que se usaba para lavarse los dientes antes de que llegara a Sierra Mágina el perborato o la pasta de dientes).

 

EL RECIPIENTE DONDE SERVIR LA “GASEOSA” DE LA INFANCIA: 1 vaso de los de la leche condensada “Nogueroles” de los que se guardaban como auténticos tesoros en las bodegas de las casas, una vez vacíos, porque traían pintados en el vidrio dibujillos de colores con los que distraer lo gris de las penurias.

 

En CasaChina. En un 24 de Abril de 2024

AGUAS CRECIDAS

  14/2001 Aún estaban los campos embarrados cuando empezaron a correrse las primeras noticias de Madre de boca en boca, en las barcas ...