VA DE...Batiburrillo literario

viernes, 22 de abril de 2022



PROVISORA SIGILOSA - Micro100

 56/2022

     No es casualidad que en mi jardinillo haya pájaros.

    En mi jardinillo construí un estanque donde el agua permanece cristalina gracias a un minúsculo goteo y a tres peces devoradores de invisibilidades.

        Luego planté árboles (más de los que cupieran; menos de los que deseara).

    Cuando los árboles crecieron, colgué de sus ramas comederos colmados de alpiste.

        Finalmente, esparcí albardines e hitajos de trapos de algodón aptos para construir nidos si así se deseara.

        Hablar, hablo apenas por falta de con quién hacerlo; así que poco puedo incomodar a los pájaros.

        ¿Acaso es casualidad que haya pájaros en mi jardinillo?

En CasaChina. En un 22 de Abril de 2022

martes, 12 de abril de 2022

DE LISONJAS VISCOSAS Y OTRAS BABOSERÍAS

  

44/2022

(Proclama)

         A menudo me irrita esta cara de bobalicones babicaídos que se nos pone ante esos agasajos de medio pelo de usar y tirar tipo clínex, en contraste con el torcimiento de boca y colmillo de lobas que ofrecemos a quienes no están por la labor de ejercer, con idéntica bobaliconería, de palmeros ociosos de egos a medio cocer.

    Me explico:

    Mientras me regodeaba yo en el último perifollo cosechado en internet, ha sonado una campana de alerta: “¡Ojo: que eso se lo dicen a todos/as; pero solo quienes buscan la excelencia no sucumben al halago ni desprecian la crítica leal!”. Ante el toque a rebato, he sentido la necesidad perentoria de comenzar a entrenarme en separar el trigo de la paja, y aprender a distinguir entre mis aduladores oficiosos y mis amigos del alma: esos que, cuando debe ser, caldean el alma; y, cuando llega el momento, escuecen como el yodo, pero curan. Era preciso aprender a distinguir.

        Entonces fue cuando ideé el método: escribí un poema; un largo poema, en el que incluí, como de contrabando, estos dos versos:

“Abía tanta vlandura en sus palabras

que toda llo yoré al hescucharlas”.

Pronto comenzaron a aparecer manitas pitufas de dedo en alto y comentarios de “es maravilloso lo que escribes y cómo lo escribes”.

La clasificación intencional (o la vacuidad) de los mensajes me ha llevado un tiempo. Poco a poco, y no sin cierto pesar, voy descubriendo la falsedad de la que nos rodeamos quienes nos titulamos “escritores” sin haber pasado de juntaletras, deseosos como estamos del aplauso facilón y descuidado, semejante a un escrito mal construido, pero bien alineado. Ahora no dejo de hacerme esta reflexión cada día:

Que le den patadas a la ortografía, a la sintaxis y a la prosodia, a los dequeísmos, a los queísmos y a otras lindezas "crocreteras" quienes no tuvieron el privilegio de acceder a la enseñanza, causa verdadera ternura. Esas personas, con tanto talento como carencias, merecían haber tenido posibles con los que disfrutar de los maestros de verdad.

     Que les den patadas a todo eso quienes tuvieron semejante privilegio, es una fechoría imperdonable, cuando no un pavoneo tontorrón, o un desprecio absoluto por quienes nos/los leen, en la seguridad y confianza -¡pobres!- de que nuestras titulaciones universitarias nos avalan. Quienes así hacen -los "pisaverde" digo- están, en el mejor de los casos, faltándoles al respeto de la manera más zafia y despiadada a quienes tuvieron menos suerte y menos libros.

        No digo yo que no podamos errar, a pesar de poner una mínima atención. Pero una cosa es errar y otra bien distinta adorar nuestras herraduras mientras coceamos el diccionario.

        Ahora bien: si hay algo incalificable es que alguien, tras advertir nuestro yerro, y a sabiendas de la deslealtad que supone no ayudarnos a mejorar y pulirnos, nos suelten un “chica, cuánto vales”, en lugar de advertirnos de lo que no debiéramos consentir tras haber accedido a los pupitres tan ricamente. Esos son quienes nos hunden y nos mantienen a medio ahogar sin ayudarnos a crecer.

A pesar de todo, yo no puedo por menos que agradecer el haber descubierto tamaña falsedad en quienes me demostraron su falta de amor, alabando lo que solo merecía, como mucho, un discreto silencio.

En CasaChina. En un 12 de Abril de 2022


miércoles, 6 de abril de 2022

NOS VISTIERON DE LUTO UNA MAÑANA (Poema a la muerte de nuestro padre en 1959)

 

Hoy mi corazón está con Cristóbal Triguero Herrera y con su familia. Estoy triste por vosotros; claro que sí. Y no puedo por menos que recordar aquel mes de febrero de 1959 en que moría mi padre y también estaba muy, muy triste. Luego vino este poema, incluido en el poemario <RECUERDO QUE UNA TARDE>. Para vosotros, querida familia.
 
 Soco Mármol Brís en 1959
NOS VISTIERON DE NEGRO UNA MAÑANA
Recuerdo que a mis ojos
alguien le pintó sombras,
tal vez de haber llorado porque todos lloraban,
o quizá
porque no estaba bien
ir enseñando pátinas de roja adolescencia
allí donde los duelos.
Recuerdo las cocinas de donde las matanzas:
las mujeres más viejas,
las más amaestradas a estar tristes,
se pasaron la noche
dándole de comer a los calderos
alimentando el agua con pastillas oscuras
que sacaban con dedos hechos a teñir lutos
de unas cajas pintadas con una niña rubia
que acarreaba cintas de colores
donde podía leer “Tintes Iberia”.
Antes de amanecer
las mujeres más viejas,
las más amaestradas a estar tristes
habían dado de mano.
Solo el blancor de cal de las paredes
y la frivolidad de algunas flores
dispensadas de hilar en blanco y negro su propia penitencia.
(Y es que nadie sabe de teñir flores).
Un color de color de velatorio
consagró los rosarios y los rezos.
Y otro color insomne:
el color vacilante de las velas velándole aquel sueño
eterno.
La casa fue negrura uniformada.
(salvo en la desdichada cal de las paredes)
Entonces
las mujeres más viejas,
las más aleccionadas a estar tristes,
guardaron delantales y mandiles,
sacaron de las arcas los hedores
acurrucados siempre y al acecho,
doblados en su cuna de mantones hartos de naftalina
y se pusieron todas, reverentes,
como una inquisición venida a menos,
a la nueva tarea.
¡Me daban tanta pena!
Tantos ojos ajenos, disfrazados
de un dolor de prestado y desteñido,
jaleado en sí mismo
pegadizo, de llanto obligatorio
irreal como todo lo hipotético…
¡Y aquel desperdigarse de sollozos!
¡Me daba tanta pena
ver llorar a tantos ojos juntos
sin nadie que dijera
“anda, nena, no llores por tu padre”!
¡Me daba tanta pena
que mujeres tan viejas
y tan bien enseñadas en lo triste
tuvieran que llorarle a un muerto ajeno…!
La pena por mi muerto fue más tarde
y anidó por los siglos de los siglos
irredenta debajo de mis ojos
allí donde aquel día alguien pinto
aquel luto genuino
que no era todavía mi propio luto eterno.
 
En CasaMora. En un 15 de Diciembre de 2009

martes, 29 de marzo de 2022

¿SERÁ?

19/2022

Y mientras en alguna ciudad de este universo

−un MundoPuzle digo−

que se nos ha repartido por fronteras

estallan ominosos proyectiles,

aquí

en este Madrid nuestro sin fronteras

se escuchan inaudibles estallidos

que van humedeciendo la retina.

¡Buuummm!

Aquí, … y allá, … y más allá…

Estallan microscópicos colores.

Estallan los almendros

y los prunos.

Y los árboles,

esos que sin jactarse de anchos nombres propios

circunvalan

las distintas entradas a la Villa

apuntan un verdor imperceptible

igual que un menudeo de metralla

verde.

Algunos cafetines remozados

−metralla; o, quizá, pedrea de palabras−

escurren chorreones de poesía

por el delgado borde de las copas

apuntaladas

en los labios tardíos de algún superviviente

del silencio pandémico y tozudo.

Todo sigue cabal.

Si no me engaño

aún puedo tentarme con los dedos el pulso palpitante.

¿Acaso no resulta sorprendente?

Y a mí me faltan dedos en las manos

para poder contarme

sin errar en este “suma-y-sigue”

viva.

¿Será que es otra vez la primavera?

 

En CasaChina. En un 29 de Marzo de 2022

 

ACEITUNAS −QUE NO “OLIVAS”− DE CORNACHUELO

   (Periodiqueando) 160/2024         ¡Pero qué listísimos son esos del Diario Jaén! Mira que lo que maquinan hoy en la página 4…: ¡que ...