(Parar. Templar. Mandar.)
Jaeneando – 31/2025
Ni tres días habían
pasado desde que el domingo, 2 de febrero, me pavoneaba yo de mi encuentro con
usted, DonMinistro de los trenes, cuando el PERIÓDICO JAÉN daba la noticia de la visita
de SuExcelencia a nuestro idem, visita soplada ya por una
servidora que, entre nosotros, y permítame que me dé algo de pisto, también
gasta similar tratamiento de MiExcelencia, aunque sea como BienGanancial.
La buena nueva la di haciendo uso de lo que usted mismo me avisó con ese candor
etílico vergonzante −que no vergonzoso− que se esmera en esconder la copa de
vino recién escanciado para que no salga en la foto, en lugar de levantarla
para brindar por esa venida de un AVE que no acaba de llegar.
Usted dispense pero,
antes de proseguir, me proclamo dispuesta a etilizarme, hasta las trancas si es
preciso, a cambio de poder brindar en vida por el AVE antes de que otros
brinden por mi abstemizada memoria.
Sabrá usted que,
desde que puse por escrito lo de nuestro encuentro hasta el día de hoy, quince
días más o menos, he recibido más CartasExtracorpóreas −que es como le
llamo yo a los mail sin sobre− que las que recibía a los quince años en el
buzón de JuanMaría, el cartero de mi mocedad bedmareña, que de día
repartía sobres entre mocitas en flor y de noche echaba serenatas a las mocitas
en flor por las calles de los clavelitos. ¿Ve usted lo que le decía de lo de
presumir delante de mis paisanos? Ha sido verme salir en los papeles a la vera
de un DonMinistro y ponerse todos a pensar que LaSocorrito −que
es como siguen mentándome en mi pueblo− tiene línea directa con los PoliDioses.
Y eso hay que aprovecharlo. Si usted leyera los mensajes comprobaría cómo todos
traen una especie de estrambote; algo así como
“a-ver-si-se-tercia-que-le-pidas…”.
Ya sabe usted que en
los entresijos de cada jaenero hay un cortijo dispuesto a albergar entre hilera
e hilera de olivas un apeadero de tren al más puro estilo del que mandó hacerse
DonFranco en la heredad de su consuegro en Arroyovil para poder bajarse
a cazar perdices sin tener que dar embarazosos rodeos.
Pues, sí señor: con
mejores o peores maneras, lo que vienen a afearme es que, con mi propuesta de
echar el AVE por Cuidad Real, Puerto Llano y Montoro no soy más que una vil
traidora salida del arroyo, dispuesta a hacerle una cobra a los Despeñaperreros
de siempre −como si besarle los labios a Despeñaperros no conllevara el riesgo
de desollarselos−. O dar de lado a la estación Linares/Baeza, ladeándome de
Vilches, o de Jódar, sin tener en cuenta Espeluy y demás etcéteras que pueda
usted imaginar.
El caso es que,
hechos a pedir, cada cual demanda su propio apeadero.
Mal que bien, voy
lidiando como puedo. Porque habrá notado usted que yo soy como los toros de
lidia: ya que me echan al ruedo, no me queda otra que buscar por donde entrarle
al torero, por mucho que mis derrotes terminen en el mismo engaño.
Por si lo del
lenguaje taurino no va con usted, le diré que lo de PararTemplarMandar
creo que se lo inventó un torero de los de solera: Belmonte; lo apuntaló otro:
Domingo Ortega; y lo elevó a los altares de la poesía un colega algo más leído
y escribido que yo; un tal GerardoDiego, que no era un mindundi,
y que dejó por escrito ese poema del mismo título que el de esta crónica: “Cargar
la suerte”: Cambia la
aguja al correo/ para, carga, templa y manda/ y si el tren te duda y anda/
aguanta, quieto y torero/ (el fraile fue cocinero)/ y échatelo a la otra banda.
Si le parece, en
esto del AVE, vamos a repartirnos las tareas. Yo “paro” las embestidas del
personal con lo de los apeaderos y estaciones desperdigadas; “templo” gaitas
dándole la vara para que no se me descarrile usted por otras vías menos ariscas
que Despeñaperros y más inútiles que una ganadería en tierras antitaurinas.
A usted le dejo lo
otro: ¡Por sus muertos!, como díría un torero de raza: mande usted que el
AVE llegue a Jaén, o todo lo ganado con una fotografía tan oportuna como la
nuestra se me abate a golpe de derrotes.
Y nos empitonan a
los dos.
En CasaChina. En un 6 de Marzo
de 2025