144/2020
Llegada
esta fecha, como cada año, algo se estremece en mi interior.
Recuerdo
que en tal día como hoy del
año 1960, tres mujeres, las hermanas Miraval conocidas como Las
Mariposas, fueron ahorcadas tras torturarlas y ultrajarlas como sólo los
hombres de mala voluntad y peores entrañas pueden torturar y ultrajar a las
mujeres, y por el solo hecho de oponerse al régimen del dictador Rafael
Trujillo en la República Dominicana.
El 25 de Noviembre
y en
recuerdo de las tres hermanas Miraval
“Las Mariposas”
fue declarado Día Internacional de la
Eliminación de la Violencia contra la Mujer
Recuerdo
que tal día como hoy
del año 2009 escribía el epílogo de la primera novela de la TRILOGÍA
DE “LOS VIRGOS”, más concretamente de la novela <VIRGO
POTENS>, publicada en España por la editorial Sial Pigmalión
y en Colombia por Pijao Editores.
Hoy, 25 de Noviembre de 2020, año
en el que, por culpa de un virus tan invisible, tan contagioso y tan letal como
el maltrato, han sido demasiadas las mujeres que se han visto confinadas a la
fuerza junto a sus maltratadores, sin poder alzar su voz y su impotencia, yo
os pido, HERMANAS ESCRITORAS, que alcéis la vuestra, junto a la de nuestros
compañeros, esos hombres de buena voluntad que nos escuchan para que ninguna
mujer sufra del mal del silencio mientras haya otra que escriba por ella.
En recuerdo de esta fecha, tal día
como hoy comparto con las buenas gentes el EPÍLOGO de mi novela <VIRGO
POTENS>
EPÍLOGO
…Eia
ergo, advocata nostra
…Oigo la voz de Minerva Miraval “La Mariposa”
Hoy,
25 de Noviembre de 2009, se cierra esta historia en la que hay un poco, -muy
poco- de verdad, y mucho, -casi todo- de la embustera imaginación de esta pobre
trastornada con la que tengo que convivir veinticuatro horas al día: su Autora,
una Abogada enredadora y arrepentida de sí misma, que anda diciendo a quien
quiera oírla: no dejemos que los poderosos
resuelvan por nosotros lo que nosotros mismos somos capaces de resolver.
¿O no es así?
–Me discuto a mí misma.
Y es
que, esto de tener que convivir con uno mismo es lo más embarazoso y, a la vez,
lo más apasionante que a uno le pueda pasar mientras podamos disfrutarnos.
Sea
como sea, la única verdad que reconozco libre de ponzoña en esta novela, sin
tener que ponerla en cuarentena, es la voz de mi amiga, muerta ahora hace poco
más de un año, que ha estado sobrevolándome desde su fallecimiento, -o eso me
pienso yo desde una incipiente enajenación de la que no quiero escapar- pidiendo
a voz en grito, con esa forma de decir que sólo los que ya no pueden ser
perseguidos ni apaleados tienen de decir las cosas:
-¡Escribe,
por favor, escribe! Escribe en el nombre de todas las mujeres que, como Minerva
Miraval, se sobreviven a sí mismas a pesar del afán de tantos enterradores.
Minerva
Miraval, la “Mariposa” que levantó el vuelo en la República Dominicana, a la
que le troncharon las alas a garrotazos tal día como hoy de 1.960, sin que sus
verdugos consiguieran borrar del aire el perfume de su palabra:
“Si me matan...
Yo sacaré mis
brazos de la tumba
y seré más
fuerte"
Antes de poner la palabra “fin”, yo
repito con Minerva el reto, el derecho de cualquier mujer a ser mujer en un
mundo de locos, sea cual sea nuestra raza, nuestra condición, nuestras hambres
de amar… o la marca de ese perfume que alguien dejó de fabricar hace ya tanto
tiempo:
Nada traduce toda la tempestad de mi alma…
Desde
la calle, sube hasta la balconada de la Casa Grande, en la que las tres nos
apretujamos, la voz infantil de Minerva, la hija de Gloria:
“Tengo, tengo, tengo
tú no tienes nada
tengo tres ovejas
en una manada.
Una me da leche
otra me da lana
otra me mantiene
toda la semana…”.
Violante,
Salomoncica y yo la miramos embelesadas, mientras percibimos el cercano
perfume de una Roberta que parece inmortal como su propio perfume.
Planeta Tierra. 25 de
Noviembre de 2009.
*
…Y
a todos los que alguna vez tuvieron que escuchar en posición de firmes:
¡Conteste sí o no!
No me explique algo que a mí no me interesa.
C NIF. 51173500-H
socomarmol@gmail.com
¡ESCRIBID!
Porque, si en <VIRGO FIDELIS> ya mis personajes se duelen de lo perverso del dolor causado a la mujer, y hacen de la voz un consuelo, como dejo dicho en la introducción de <VIRGO CLEMENS> (pendiente de edición) "Dios dice que amemos a nuestros enemigos. Es muy difícil; pero se puede empezar contando la verdad" -Película "Criadas y señoras".