A ella, que quizá no sepa que es una “NiñaMala”con quienes no son otra cosa que unas “NiñasViejas”
13/2023
Llegarás si es que llegas a la abrupta vejez,
Niña.
Y, entonces,
alguna jovenzuela como tú, con mímica arrogante
irá desmigajándote tu alma en pedacitos,
Niña,
y la irá repartiendo y racionando de a poco entre los perros,
Niña,
como quien echa mendrugos a los peces
del estanque del parque del Retiro,
de Madrid.
Escucha, Niña:
cuando hablo de lo de repartirse los despojo,
yo no hablo
de los desfallecidos perros callejeros,
Niña.
Hablo de los abstrusos sabuesos de salón:
los mismos que sestean abundancias hundidos en el cuero
de esas salas de juntas con alfombras
y olor a naftalina.
Los que tienen aurigas en la puerta,
se visten con ropaje de epífita fragancia,
y se compran al peso en la medina taciturnos galenos personales.
Hablo de esos
con los que tú compartes cada día,
Niña,
los más nobles sobrantes de lo nuestro,
de esta ancianidad que tanto te desvela
viendo cómo se alarga, apenas demandando
un poco de ternura bien ganada para su desabrigo.
Niña.
Llegarás −si es que llegas−,
Niña,
a esta orilla oxidada de la vida.
Extenderás tu mano hacia un futuro fatalmente extinguido.
Palparás desolada el abandono de todos tus palmeros
y te preguntarás
qué fue de aquellos tiempos de oropeles, de halagos y de rosas.
Pero no habrá piedad.
Ya no habrá tiempo
de ponerle remedio al extravío de toda tu enseñanza;
de borrar
esa ferocidad impresa en las agendas
de una recién parida y aplicada aprendiz de “NiñaMala”.
¿Qué vas a hacer entonces,
Niña?
En CasaChina. En un 28 de Febrero de 2023
Querida Soco, tu poema es dolorosamente real. Me gustó mucho.
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