30/2023
¡Diiinnnggg!
¡Dooonnnggg!
¿Clamor o melodía?
¿Badajos o campanas?
¿Acaso no son una misma cosa?
Puestos a preferir, ¿qué es lo que vale?
Ambos visten de bronce.
Ambos cuelgan
lo mismo que un ding-dong ajusticiado
por edictos de lúgubres silencios
pautados por los sordos.
Ambos llaman a misa,
o a maitines,
o a rebato,
o a lloro por el último vecino
muerto.
Por cierto, que ahora caigo:
¿alguien sabe
si se ha inventado un toque de concordia, de boda o de bautizo?
Anochece.
Me barrunto que están tocando a vísperas.
Señal de que el badajo y su campana
siguen ahí
dispuestos a completas.
¿Y luego?
¿Y si lo oscuro?
¿Y cuando la sordera de las bichas?
Tendré que dimitir de las campanas.
Amanece de nuevo.
Lo sé por las cigüeñas
que vuelan por encima del orgullo transitorio
de la torre
en busca de culebras.
En CasaChina. En un 31 de Mayo de 2023
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