VA DE...Batiburrillo literario

viernes, 16 de octubre de 2020

ES TIEMPO DE CAMBIOS

 

116/2020

(El Viruso Coronado y la guerra de Gila)

¡Tranquilos! La humanidad ha superado situaciones peores.

Lo insólito en esta ocasión es que el enemigo es muy "IN": INcoloro, INsonoro, INodoro, INsípido... ¡INtacto!). Y los que dicen que mandan, o aspiran a ganar, presos los pobreticos míos de sus corroídos cinco sentidos de siempre, aunque asegurados con los pernos de un sexto deslustrado (el de la “follienda” del toma y daca), y con la cordura en función OF,  no saben ya cómo convencer a los que obedecen para que les hagan el trabajo sucio (ON) y se pongan a perseguir por su cuenta al enemigo verdadero, sin dotar a los reclutas de más armamento que no sea el ya encasquillado “anda-que-tú”.

Mientras tanto, los unos se mueren a tiro hecho con las cañerías atascadas; y los otros, los que aún respiramos (por heridas que amenazan enconarse), nos estamos muriendo de tristeza.

 

En CasaChina. En un 16 de Octubre de 2020

https://youtu.be/SiHSxi2eiNc 

 

 

jueves, 15 de octubre de 2020

DE LUTO POR PEPE IGLESIAS BENÍTEZ

Presentación de la novela "VIRGO POTENS" en el Hogar Extremeño 2017

 60/2020

 Él, el mejor anfitrión del mundo, me abrió las puertas del Hogar Extremeño hace ya muchos, muchísimos años. Y se las fue abriendo a todos los "deshogarados" que yo llevaba allí, en la seguridad de que un hogar, por muy extremeño que sea, es territorio de todos los desterrados.

Él, el mejor escritor de lo íntimo, apadrinó y presentó en 2017 mi novela “VIRGO POTENS” en el Hogar Extremeño, del que era presidente.

Él, el mejor y más delicado dicharachero sobre el papel y desde el corazón, prologó en 2020 mi novela “VIRGO FIDELIS”; y allí que andábamos últimamente en buscarle las vueltas al Viruso para presentarla en sociedad en ese rincón de la Gran Vía donde la palabra “hogar” adquiría todo su significado. Pero el Viruso se le apareció hace unas semanas y se lo llevó ayer por delante.

Por él,

a quien todos amábamos más que a nosotros mismos

−que para eso estaba él−

va este soneto de luto sin cautelas

 

 LUTO POR PEPE IGLESIAS BENÍTEZ

 De luto está la piel. Luto en los ojos.

De luto está el papel donde escribía

De luto está su esquina en la Gran Vía.

De luto está el otoño y sus abrojos.

 

De luto está el dolor de sus despojos.

De luto están sus versos en sangría.

De luto está la sangre en agonía.

De luto cerraduras y cerrojos.

 

Un mutismo espacial se tiñe en luto,

oscura indumentaria de silencio,

gigantesco estupor, triste tributo

con el que le reclamo y le disputo

a la muerte su usura. Y Reverencio

aquel último verso; aquel minuto.

 En “CasaChina”. En un 15 de Octubre de 2020

domingo, 11 de octubre de 2020

LA MAESTRA Y SU LINTERNA

 

(La Maestra) -1142020-

         Distraídos con el centelleo de los peces, se nos echó la noche encima sin avisar, y había que regresar al pueblo antes de que las buenas o menos buenas gentes se inquietaran y echaran a tocar a rebato las campanas de la torre parroquiana.

Aquella noche sólo yo llevaba linterna. Por eso me coloqué a la cabecera de la rezagada expedición, enfocando el haz de luz hacia atrás para que los chiquillos pudieran seguirme trocha alante sin descalabrarse.

Ya sabía que mis pupilos sólo podrían ver mi espalda; pero ni siquiera la hubieran visto de haber optado por iluminar mis propios pasos.

Según avanzábamos, no podía evitar sentirme como un calco de flautista de Hamelin sin flauta y con linterna, devolviendo a la chiquillería a su pueblo con las rodillas indemnes y sin desolladuras y los pulmones llenos de travesías más o menos firmes.

Salcacañete (Cuenca) 1966

Visto desde la distancia del tiempo, pienso que, para quienes estaban más cerca de alcanzar la condición de adultos recién estrenados de lo que ellos creían, no era tan difícil seguirle los pasos a una maestra que apenas ayer mismo había cerrado las rejas de su infancia sin acabar nunca de echar el candado. La única diferencia entre ellos y yo estaba en que la que tenía que avanzar a oscuras, iluminada sólo por su recuerdo del camino a seguir, era yo. Cierto: podría haber enfocado la luz hacia delante; pero, por delgada que fuera la franja oscura, lo que hubiera proyectado hacia los que me seguían era mi propia sombra.

         Bien pensado, quizá la tarea de la docencia no sea más que eso: introducirse en la oscuridad, al regreso de cualquier incursión en una noche repentina, y buscar la vuelta a casa dirigiendo la luz de la linterna hacia quienes nos siguen para que puedan ver el camino que nosotros ya nos conocemos por haberlo andado antes, asumiendo el riesgo de tropezar en alguna piedra desconocida.

 En CasaChina. En un 11 de Octubre de 2020

 

lunes, 5 de octubre de 2020

LUNES DE ROGATIVAS: ¡PAREN YA!

 

113/2020

Ando yo en busca de silencios alargados y de luces intermitentes que me indiquen que la oscuridad no es para siempre, y no hay manera de encontrar ese sosiego mínimo donde poder reposar de tanta estulticia propia y ajena.

        Ahí afuera hay una interminable pelea de gallos que va a desplumarnos a quienes vivimos en este corral llamado Mundo.

De repente me asalta una frase escuchada en la radio, así, como de paso, donde un “entrevistado”, revestido de la pompa de gran sacerdote de la siempre enfermiza democracia, alerta, apocalíptico, sobre los peligros de descreernos de la política, y anuncia la vuelta a los oscuros tiempos de las dictaduras.

Si no fuera porque una servidora tiene la manía de pensar, me entraría el canguelo. Pero me recompongo de inmediato al pensar que la realidad es que las gentes de a pie no nos descreemos de la políticA, sino de los políticOs (no de todos), y de sus insufribles grescas institucionalizadas, más propias de estibadores de puerto jamaicano del s. XVIII que de los asientos tapizados de nuestro Parlamento pantocrático.  

Para mí que algunos (demasiados) de estos querulantes muchachos, paladines de conceptos sin digerir, andan herrados (lo escribo con “h” con plena conciencia de lo que escribo).

 “Cultura democrática” 

no puede confundirse con 

“bronca sistemática”.

Es demasiado el ruido en el que nos están envolviendo. Y los que vamos a pie necesitamos un poco de silencio para centrarnos en lo que de verdad nos ocupa.

Así que, ¡paren ya!

¡Por sus muertos y por los nuestros!

¡Paren ya!

En CasaChina. En un 5 de Octubre de 2020

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