…eso de ser escritor −y hacer literatura de la buena incluida
la ortosintáxis− ni se improvisa como quien hace un guisote juntando condumios
a granel, ni se consigue sin trabajárselo de manera minuciosa −siquiera sea por
respeto al lector−, sin que, por otra parte, ello requiera como condición sine
qua non un determinado diploma lleno de sellos de colores y rúbricas
académicas.
¿O acaso una titulación académica es garantía de saber
escribir decentemente?
No hay más que abrir el libro de algún “licenciado” para
comprobar que…
¿Por qué viene a mi memoria aquel refrán de “ni son todos los
que están, ni están todos los que son”?
Leo con mucha atención este trabajo sobre lo de SER ESCRITOR,
del columnista americano RICARDO GIL OTAIZA, y no puedo por menos que mostrar
mi más profundo agradecimiento a su contenido, porque trabajos así son los que legitiman
y dan alas a verdaderos escritores que, dotados de un talento envidiable, andan
ellos indecisos por su carencia de titulación sellada y certificada.
En efecto, y como nos dice y documenta Gil Otaiza, lo de
escribir requiere ese talento de base donde cimentar la creación. Lo
de “mamá, quiero ser artista” no funciona sino como simple enunciado ramplón. El
oficio de escribir necesita su maña y entrenamiento por muy “dotado” que se
esté por la madre naturaleza.
¿Recuerdan aquello de «quod natura non dat, Salmantica
non præstat»? ¡Exacto!: ninguna Universidad puede encarrilar lo que no nos
trabajemos, día a día, quienes nos dedicamos a este oficio.
Así que dicho queda: con ello −con la dotación natural digo− no
basta. Hay que empeñarse además en un trabajo de formación constante
y minucioso, que no necesariamente ha de ser académico, pero
sí especializado en el oficio elegido, si lo que se pretende es desplegar con reconocida
legitimidad el título de ESCRITOR.
Diríamos que, como en todo aprendizaje, se trata de APTITUD creativa, capaz
de organizar una obra que colme las expectativas del lector, y ACTITUD revisora, por la
que el lector que se acerca a una obra se sienta respetado como tal a través de
la excelencia de lo que se le ofrece.
Y es que no hay mayor fraude que el de tratar de engatusar a
lectores confiados con una bazofia gramatical y/o literaria envuelta en papel de celofán
de colorines con ISBN oficial incluido tras la cubierta de acceso.
http://www.eluniversal.com/el-universal/141911/ser-escritor
En CasaChina. En un 6 de Noviembre de 2022