VA DE...Batiburrillo literario

domingo, 26 de mayo de 2024

DE HÉROOS y HÉROAS

 

(Jaeneando)

 Dedicado a la Academia de la Guardia Civil de Baeza, y sus 180 años de servicio, avance e inclusión.

75/2024

       Lo de héroes y héroAs −con perdón de la RAE y salvadas sus sesudas reglas genéricas− viene a ser como lo de zorros y zorras: los “ellOs” fueron tenidos inmemorialmente como criaturas sagaces y avispadas, dispuestas a partirse la crisma con quien fuera, y a matarse por lo que fuera, y provistos de cartilla militar con cierre inapelable para “el mando”: “valor, se le supone”, lo que los convertía en dignos de la mayor consideración por el simple hecho del colgante fruto inguinal.

      Las “ellAs” eran harina de otro costal −y recuérdenme contarles alguna vez de dónde viene la excluyente frasecilla en cuestión de ser “harina de otro costal”−. Ahora, volviendo a las “ellAs”, no me negarán que está sobradamente documentada su consideración como incapaces de otra cosa que no fuera el expresado en el carné de identidad al uso: las inespecíficas y siempre sospechosas “labores-propias-de-su-sexo”. O, en caso de duda sobre sus desquerencias del hogar, lisa y llanamente, putas.

      Por cierto, permítaseme el inciso de aportar mi propia definición de puta, con perdón de las idem. Puta: “producto” de carne y hueso, de rentabilidad garantizada para terceros, de uso clandestino y abuso temporal intermitente, sin cuya demanda machirula se acabaría el puterío”.

      Reducido el asunto a tan aparente y personalísima trivialidad, pongo en relación lo enunciado con lo insinuado para afirmar que, si a lo largo y ancho de la historia hay más héroOs que “héroAs”, es porque, a lo largo y ancho  de tal historia, incluida la más próxima a nosotras, no parece que estuviera bien visto que una “aspiranta” a la heroicidad (como −un poner− esa agente que usa tricornio y viste de “Verde-GuardiaCivil”) pretendiera salir de los fogones sin escuchar a su espalda la tilde sambenitera. Más impensable aún era que tan “Benemérito Cuerpo” admitiera en sus filas, más o menos prietas[1], a mozas públicas “desertoras de los mandiles”, por mucho que a los ellOs los tildaran por entonces de “desertores del arado”. Haberlas, húbolas, −me refiero a las “héroAs”; como, hablando de meigas, haberlas dicen que hailas en Galicia, y más concretamente en la célebre Fraga de Cecebre, que hay que ser muy héroO para atravesarla, si no es con el alma en vilo, el bozo hirsuto y el ánimo en un ay. Y si no me creen, −lo de las héroAs, digo− que me digan a mí cómo hay que calificar, −un poner−, a la gabacha Juana de Arco, a la Pola colombiana, o a nuestras “productAs” nacionales, Agustina de Aragón o Mariana Pineda.  Pero, claro: es que, ovarudas −que no cojonudas− donde las haya, a ellas les importaba tres pitos que las llamaran zorras por el simple hecho de abandonar sus encomiendas domiciliarias, o sus ancestrales tareas de desollar conejos, para echarse a la calle a gritar “NO-sin-nosotrAs”, como ahora se oye, incluida la luminaria, la orquestación vocinglera y el acompañamiento coreográfico: ¡ZorrA, zorrA, zorrA!

      ¡Cómo han cambiado los tiempos! In illo témpore, en mi pueblo se consideraba a la vulpes un animal tan dañino, que hasta pagaban unos dineros por la entrega de un hopo rabero en el cuartelillo de la Guardia Civil. Hoy, a Dios gracias, ni el Cuerpo de la Guardia Civil es tan cerril como para privarse de la igualdad inclusiva, ni las “GuardiAs CivilAs” tienen la obligación reglamentaria de llevar las patitas al aire, colgando del bajo de falditas-tubo, y rematadas en zapatos de tacón medido al milímetro.

      Ni las zorrAs son “zorrAs”, ni las “zorrAs” son “productos” de carne y hueso que cotizan al alza para un puñado de “accionistAs” tratantes de gana’o.

      ¡Ah! Lo de las héroAs, ¿no? Las de siempre, aunque no se les permitiera la entrada oficial en calzones de machos… ¡Las EllAs! Las encontrarán en cualquier esquina de nuestros pueblos, dispuestas a seguir siendo aquello para lo que en este país ha sido la mayor heroicidad: ¡Mujeres!

      La diferencia está en que, mientras ellOs machacaron durante demasiado tiempo con lo de “CON-vosotrAs, NO”, nosotrAs no nos cansaremos de gritar: NO SIN vosotrOs.



[1] PRIETAS LAS FILAS fue una canción recogida en el Cancionero “Himnos y Canciones” en 1942, adoptada como himno por El Frente de Juventudes durante el periodo franquista, de cuya letra fue autor J. Villanueva y la música de A, Cabañas.

sábado, 25 de mayo de 2024

LA RESURRECCIÓN DE LOS PAISAJES MUERTOS

(Periodiqueando)

96/2024

              Abro el periódico en la pantalla de mi ordenador y, como cada mañana, lo ojeo a golpe de “ratón”, aunque hoy sin mucha fijeza. Me he despertado yo esta mañana con la mente emigrada marcha atrás, y como dispersa, hostigada quizá por ciertas estrecheces para fijar la atención en algo que no sea este ir y venir de/a los recuerdos en los que busco el rencuentro con aquel tiempo pasado, que, a lo mejor, como dejó dicho el poeta Jorge Manrique, (aunque yo lo ponga en duda), cualquier tiempo pasado fue mejor.

I Recuerde el alma dormida/ avive el seso y despierte/ contemplando/ cómo se pasa la vida/ cómo se viene la muerte/ tan callando./ Cuán presto se va el placer/ cómo después de acordado da dolor./ Cómo a nuestro parecer/ cualquiera tiempo pasado fue mejor.

 

Así estaba yo en divagaciones cuando me fija al trapo el capotazo de una fotografía del Archivo Histórico del Diario Jaén, que ilustra un artículo de Antonio Morales.

       La fotografía tiene un título sobreimpreso: “Derrumbe de la antigua Escuela de Peritos”. El artículo de Antonio Morales, otro: Te espero”.

    A mí, herida en pared medianera por mil piquetas transitorias, se me remueven todos los recuerdos del mundo antes de preguntarme ¿qué será eso que espera Antonio Morales, recluido en su sótano, como él mismo apunta?

        Mientras trato de desentrañar la pregunta leyendo a su autor, pienso que esa fotografía a cielo abierto a mí lo que me sacude es la mismísima base de los cimientos de mis veinte años, aquellos que cumplí en aquel Jaén de 1964, bajando cada día desde El Barrio Belén donde vivía por entonces −y del que tanto habría que hablar, siquiera sea por lo estremecedor del “Rollo” que le dio primer nombre y lo innombrable del cementerio que yo veía desde mi habitación cada noche−, para, tras desayunar en el Bar La Luna, ubicado en el esquinazo de la calle de idéntico nombre, seguía camino hacia el complejo deportivo de “La Victoria” con la disculpa de entrenar baloncesto, (por entonces las muchachas teníamos que buscarnos disculpas) lo que me concedía el poder pasar cada mañana, a la hora de entrada en clase, por delante de aquella ya inexistente Escuela de Peritos, en cuya esquina achaflanada crucé tantas veces la mirada con aquel muchacho de difícil olvido, que no necesita de foto fija para resucitar cada trecho de mi vida en la emoción de aquel primer beso, resumido esa misma tarde en un corazón mal cicatrizado con sospechosa pintura roja sobre el muro sur de la mentada Escuela de Peritos de 1964.

        Cuando años después regresé a Jaén, la Escuela de Peritos ya no estaba. Se la había zampado un plagio vidrioso de CorteInglés sin corazón. 

De pronto me pregunto si habrá algún Dios justiciero que monte un juicio final para juzgar como se merecen a los que asesinan paisajes y fusilan muros con corazones de pintura roja.

        Pero, sobre todo, tras bizquear un poco en busca de mi particular y enconado maldeojo contra quienes, grúa al aire, “asesinaron” mis paisajes de ladrillo y argamasa para levantar moderneces de cristal y hormigón (que el demontre arrastre a su averno), me pregunto si habrá un buen Dios que, en un juicio final sobre ripios y cascajo, se invente una buena ceremonia de “resurrección de los muertos” donde el paisaje recién resucitado vuelva a ser aquel en el que yo di y recibí aquel primer beso ahora escombrado como un mal grafiti arrojado al vertedero.

     Mientras alguien me saca de dudas sobre la resurrección de los muertos murales paisajísticos, me consuelo pensando que, por lo menos, me queda el paraíso de la memoria, bajo cuyo prohibido Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal poético sigo yo escribiendo versos sobre paisajes con memoria más o menos histórica.

 

 

En CasaChina. En un 25 de Mayo de 2024

 

ME MOVIERON DE SITIO OTRO PAISAJE

49/2018

Me movieron de sitio otro paisaje,

otra fatalidad, casi otro encuentro.

 

Cual el árbol que cambia de vestido

cuando llega su tiempo, y se desnuda,

y se entrega en los brazos del invierno

sin saber lo que hace

el paisaje vestido de frescura

fue asaltado

a golpe de piqueta.

 

Igual que el anticipo del ocaso

fueron desmantelando su armazón

dejando el esqueleto a la intemperie.

 

Tendré que convenir

que allí donde reinaban los escombros

hay ahora una plaza con estatuas

(con las que no me hablo, aunque me miren

con esos ojos muertos sin pupila).

(Nunca crucé palabra con extraños).

 

¿Pero dónde?

¿Dónde estará el paisaje que sabía

el último motivo de un recuerdo?

 

En CasaChina. En un 17 de Octubre de 2018

 

Del Poemario <PROBABLEMENTE OTOÑO, 2019>

MUSICADA POR JUAN CANO PAREIRA: https://youtu.be/p-qWLG1cV88

 

 

miércoles, 22 de mayo de 2024

TERCER@S EN CONCORDIA - La Tertulia

 

03/2024 -MEDIACIÓN

        A entenderse se llega hablando.

        Hablar es el mejor escoplo para sacar de su encierro, en un bloque de mármol o de un simple tarugo de madera, una obra de arte, si quien maneja el formón sabe ver lo que hay más allá del bulto.

        Ayer un grupo de personas con nombre propio, unidas por una misma palabra, −Mediación− nos conjuramos para hablar de esas cosas que afligen a la gente, y que, cuando llegan a nuestro territorio de intervención, se convierten en nuestras propias cosas.

    Y esa tarea nuestra la hacemos simplemente hablando; pero, sobre todo, escuchando como tercer@s invitados a la feria de la palabra.

Somos Mediadores y Mediadoras que, como a mí me gusta llamarnos, 

somos “tercer@s en concordia”.

Mi abrazo concordial.

 

lunes, 20 de mayo de 2024

ACASO UN LUGAR DÓNDE ÉL ESPERA

 

(Moribundarios)

28/2024

A mi amiga de siempre

…que acaba de perder a su compañero de toda la vida

 

Hoy te despertarás, amiga mía,

como te despertabas ayer mismo,

con esa sensación de oportunismo

con la que nos sorprende el nuevo día.

 

Te enredarás en tu melancolía.

Cada paso que des será un abismo.

El silencio espacial, un espejismo.

Un estupor la casa tan vacía.

 

De un nido sin quebrantos, hilandera,

escuchas resonar vuestros rincones

sabiendo que no habrá otra primavera.

 

Y, sin embargo, vuestra sementera

dio buen trigo. Y algunas turbaciones.

Acaso haya un lugar donde él espera.

 

En CasaChina. En un 20 de Mayo de 2024


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