VA DE...Batiburrillo literario

lunes, 17 de junio de 2024

LA FIESTA ACABA DE EMPEZAR

 

(Jaeneando humanidad)

105/2024

Ya sé que para algunos pendencieros trasnochados se acabó la fiesta. (Por Decreto Ley).

Ellos sabrán. Será que no les fue demasiado bien en el reparto de regocijos del guateque que entre todos nos hemos montado para seguir viviendo, y, puestos a rabiar, prefieren echar mano del cilicio en su propia extremidad zurda, mientras que con la diestra empuñan “el gato de nueve colas”, tan en desuso a Dios gracias a la hora de relacionarse los unos con otros.

Ya sé que, para unos pocos, entre los que mal que bien pululamos extramuros, los que hay dentro del trullo debieran ser condenados a penar por toda la eternidad, a poder ser remando en galeras, aunque ya no se lleve lo de las galeras y haya que gastarse una pasta gansa en fabricar galeras apolilladas para ensañarse con los pillados infraganti, y cascarles las liendres a los vigilados desde enfangados panópticos.

Ellos sabrán. Será que todos, mientras no nos pillen con las manos en la masa, (y aunque nos pillen) vamos de “inocentes” por la vida, obligándome a recordar lo que no se cansaba de repetirme aquel cliente tardofranquista, tan cerril y firmemente instalado en la trinchera del otro lado de la Ley por vocación/decisión propia, hasta el extremo de considerar sus discontinuos pasos por la cárcel como un inevitable “accidente laboral”. “Yo soy cualquier cosa menos un renegado” −se ufanaba él, mientras que, entre entrada y salida del talego, no se cansaba de intentar apearme de la provechosa prosperidad de mi inocencia:

 “convénzase, abogada; en este regimiento, tropa y oficialidad nos dividimos en tres batallones verbales:  los que estuvieron, los que están y los que estarán en la cárcel”.

“Dicho esto”, −que diría el ínclito Fraga Iribarne como racional locución ilativa tan propia de él− yo me quedo con quienes convierten lo legalmente inevitable en una justa fiesta humanizada. Y bendigo sin cautelas a los que voluntaria y generosamente entran a la cárcel (a la que fuimos, en la que estamos, o a la que iremos o iríamos si se supiera todo) para hacer de ella lo que de verdad debiera ser: un espacio de intercambio de reflexión lúdica donde aprender que se puede vivir y convivir sin necesidad de amargarles la fiesta a los demás, o de amargarse uno mismo la propia fiesta que es esta necesidad de vivir en paz, y sin tanto barullo de “y-tú-más”.

¿Qué a qué viene esto? Pues, ni más ni menos que a lo que se cuenta en el DIARIO JAÉN, −portada y páginas 10 y 11, de hoy, 17 de junio de 2024, día de curiosas efemérides: la que nos recuerda que allá por 1972 se detenía a cinco “ladronzuelos” de lujo que se creían inmunes, tratando de alzarle en el edificio Watergate unos documentos de nada a la administración Nixon. O la historia de otro creyente de su inmunidad: Mario Conde, para quien, hace ahora ocho años, se abrieron las puertas de una cárcel en la que nunca creía que entraría alguien como él.

Mientras sucede todo esto, y hay quien pretende apagar las últimas luces de la fiesta, surgen quienes están siempre dispuestos a prender candiles; como el director de un periódico de provincias, EL DIARIO JAÉN que, entre largos silencios de complicidad en compañía y autoría por cooperación necesaria con quienes piensan que la fiesta no ha hecho más que empezar, se montan con cuatro trastos la verbena de la solidaridad entre los de este y el otro lado de los muros reforzados con alambradas y concertinas.

Debe ser que, por haberlos, también hay demonios buenos –“el demonio a la oreja/ te está diciendo”−; porque, de pronto, escucho a mi oreja: …dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, acoger al forastero, asistir los enfermos, visitar a los presos, enterrar a los muertos…

Pues eso: que, mientras llega y no llega −que llegará− la hora de nuestro propio entierro −en vida o después de ella−, vamos a lo que vamos: dejarnos de estos lodos y meternos hasta las trancas en el polvo de la justicia auténtica con los que ahora están allí…

NOTA: sinónimo de “justicia auténtica” = humanidad

 

En CasaChina. En un 17 de Junio de 2024

domingo, 16 de junio de 2024

PONERSE MUY VISTA en el Diario JAÉN de hoy

 

(Mujereando recuerdos en aquel Jaén de mis 18 años)

    Este mes toca doblete. Por segunda vez el Diario Jaén me cede un lugarcico en su tercera página dominguera desde el que poder vocear recuerdos, pero, sobre todo, desde el que agasajar a los personajes que hacen de mi memoria un mullido baúl-de los-recuerdos al más puro estilo Karina nuestra de cada día.

Hoy, en mi columna, me ocupo de aquellas pioneras que fueron “Las niñas pum” de los 60; y, como siempre, lo hago según se me indica: en 4000 caracteres, incluidos espacios y excluido título

    ¿Recordáis lo que suponía para una mozuela de 18 años, y por aquellos años 60 del siglo pasado, que se nos endilgara lo de “ponerse-muy-vista”? Os aseguro que por entonces nos dejamos demasiados pelos en la gatera para que ahora venga alguien a meternos la marcha atrás en la caja de cambios de las mujeres.

Aquí no se ha acabado ninguna fiesta

 



PONERSE “MUY VISTA”

103/2024

Sigue teniendo Jaén ese vaho, más de villa que de corte, en el que todos se conocen, si no por su nombre sí que “de-vista”, se reconocen como vecinos y se saben al dedillo la vida y milagros del más pintado, sin que ello suponga carga o baldón. Al contrario, revela una celosa manera de cercanía vecinal tan útil frente a esos desmanes que ya en el S. XVIII, llevarían a Jeremy Bentham a idear su famoso panóptico, y que, en la actualidad, se ha consumado con la omnipresencia de los GPS y la red de cámaras callejeras que, con su ojillo fisgón, nos guarda hasta de nosotros mismos.

Más o menos, como entonces, pero sin cableado.

A ver si consigo recordar detalles, y fijar pormenores de aquellos tiempos en los que pasear dieciocho años por las calles de Jaén más de dos días seguidos en semana era suficiente para que se nos pusiera la etiqueta sambenitera del “si-pero”: “Si, la muchacha es apañá, pero…está muy vista”.

¡Ponerse “muy-vista”! Venía a ser algo así como salir a la calle a cuerpo gentil antes de las doce de la mañana, a no ser que el velo de tul bordado en la cabeza mostrara que el destino fuera la misa de la capilla del Sagrario, y no el de cualquier pindonga dispuesta a provocar carrera abajo con unas piernas sin medias, o una falda-tubo sin el forzoso complemento de la faja con ballenas que apretujara y cubriera las pecaminosas formas íntimas a los ojos y a los repizcos de los pobreticos presuntos sementales. Porque, bien mirado, para los cerriles afectos a los “Principios-Fundamentales-del-Régimen[1]”, dentro de la sospecha de “desafección”, unas y otros quedamos reducidos a eso: provocadoras irredentas y sementales sin redención.

Quiero yo hoy rendir homenaje a dos muchachas que ya tengo mentadas por ahí con verdadera reverencia inmemorial, y de las que ni siquiera sé qué fue de ellas. Las llamaban “las-niñas-pum”, porque, fueras a donde fueras, pum, allí estaban ellas, sin molestarse en simular ir a misa de alba, a la plaza del mercado o al campo de “La Victoria” con los correspondientes indicadores: el velo de tul bordado, el cestón de la compra o las famosas wambas de Pirelli. Ellas, espigadas, desenvueltas y sin corsés, iban a lo que iban: respirar aire fresco en unos tiempos demasiado espesos. Y, ya de paso, pararse a tomar el vermut, aunque no fuera salida de misa mayor dominguera, entrando del bracete al sepultado Café Ideal, encima del teatro Cervantes, o en Río Chico, en el callejón conocido como “la senda de los elefantes” por las trompas que se agarraban en tan corto trayecto.

Pero, si había una figura cuyo recuerdo, como al mentor del Piyayo[2], “a mí me da pena/ y me causa un respeto imponente”, es la de “el macho guardián”, aquel NovioOficial obligado a partirse la cara con cualquiera que mirara a su novia mientras tomaban el aperitivo en “La Española” a riesgo de que, de no hacerlo, la novia lo plantara por no sacar la cara por ella y los parroquianos lo tildaran de “consentidor”, que en los del género opuesto era casi tan malo como el de “ponerse-muy-vista”.

Ser mujer de dieciocho o veinte años en aquel Jaén de los años 60 necesitaba de mucho valor para salir a la calle sin cestón, sin wambas, sin velo o sin macho-guardián. Casi tanto como el que tuvo doña Emilia Pardo Bazán para ensañarse con Pérez Galdós con aquel “adiós, viejo chocho” como respuesta al saludo de su tosco amante, “adiós, chocho viejo”.

Visto desde lejos, fueron mujeres como aquellas arrojadas “niñas-pum”, capaces de salir a respirar a pulmón libre, las precursoras de quienes ahora se pasean enseñando cachetes si se les antoja y meneando tetas sin miedo al qué dirán.

Ignoro si tuvieron que pagar algún precio por aquel pionerismo de “ponerse-muy-vistas”. De lo que estoy segura es de que a mujeres como ellas les debemos mucho de lo que tenemos y somos las mujeres de hoy.



[1] Ley Fundamental de 17 de mayo de 1958 por la que se promulgan los principios del Movimiento Nacional.





TAMBIÉN ELLOS

  ( GitaneandoEnVerso ) Gitaneando en verso - 09/2025 También ellos… No es un grito fugaz y destemplado. Tan solo es un murmullo...