
(Moribundarios)
Era
el mes de Mayo de un año bisiesto más (a los que tanto respeto como temo).
De
Colombia nos llegaba la triste noticia de la muerte en accidente del hijo de
nuestra amiga, entrañable amiga y compañera; la poeta del sentir más delicado… Felisa
Escobar Carvajalino.
(O,
como a ella le gustaba ser conocida en homenaje a su hombre muerto: Felisa
Escobar de Duque).
Entonces yo, que poco de valor puedo
entregar ya que no sea a mí misma hecha palabra, escribía para ella lo que
nunca quise hacer público. Si lo hago ahora es porque un amigo común, tan
endolorido como cualquiera que la conociera, me dice que estas palabras
pudieran servir de consuelo a quienes se han quedado con esa sensación de vacío
que nos deja el adelantamiento inesperado de la partida.
Aquí
dejo este díptico, esta doble pena, este BiDolor, por si es verdad que a
alguien lograra consolarle siquiera unos momentos. Mientras lee.
I.
A
FELISA ESCOBAR (DE DUQUE).
Que se
ha quedado “huérfana” de hijo
Querida
Felisa: No sé si hago bien en aparecer en mitad de tanto dolor, pero me
gustaría que supieras que me siento muy cerca de ti. Qué difícil me es
encontrar palabras analgésicas que ofrecerte cuando el dolor es la pérdida de
un hijo. Y, sin embargo, me gustaría acercarte lo único propio que tengo, estas
pobres palabras que te sirvan de bálsamo para tan cruel herida. Lo único que se
me ocurre decirte es que, si en algún momento (a cualquier hora) necesitas
hablar, o, simplemente, llorar, yo estaré al otro lado del teléfono. Ya sabes;
el +34 609………. Un inmenso abrazo de hermandad.
ORFANDAD INVERSA
21/2024
Se trastocó la ley de
la razón,
se cambiaron las
tornas,
y la muerte
la de los ojos ciegos de
barbarie
segó la hierba verde
todavía.
¿Cómo poder nombrar sin
rabia este dolor
sin un nombre que
alcance a definirlo?
¿Y cómo mitigar tan
ruda dentellada?
¿Quién me dará la clave
sobre esta paradoja
de seguir respirando un
tiempo ahora inmóvil?
¡Nadie!
No existe un ritual
para una madre
que ha de enterrar el
fruto de su vientre.
No existe un manual, un
reglamento
que enseñe la manera de
mantenerse en pie
tras asistir sin vida
a la muerte del hijo
bienamado.
Ni un poema.
Nadie podrá escribir ni
un solo verso
que consiga
aletargar el pulso de
las sienes
que doblan como un
toque de difuntos
allí donde la vida era
promesa.
¿Palabras?
¿Dónde están las
palabras que alcancen a dormirte
hasta que él despierte
del largo sueño eterno?
¿Y qué nombre ponerle a
esta orfandad inversa?
En CasaChina. En un 5 de Mayo de 2024 (Día de la
Madre)
Felisa, nuestra Felisa
Escobar “de” Duque mientras ella vivió, y eternamente nuestra hasta el final de
nuestros días, no ha podido esperar más para reunirse con sus grandes
amores de allá arriba, y se ha ido.
Dejándonos
tan huérfanos de ella….
Y
yo, que poco de valor puedo entregar ya que no sea a mí misma hecha palabras,
vuelvo a escribir para ella en la seguridad de que esta noche me leerá, allí
donde esté.
Esperándome.
Y II: A FELISA ESCOBAR CARVAJALINO
...que nos ha dejado huérfanos de ella
(In memoria)
85/2024
De pronto te has
dormido, amiga nuestra.
(Veréis: iba a decir “amiga
mía”
sin advertir que tanta bonhomía
no puedo hacerla mía,
porque vuestra).
En repartir bondad fuiste
maestra,
guía del buen amor fue
tu poesía.
Pusiste en tu vivir tal
bizarría
que tu morir nos deja ya
en vía muerta.
Fuiste, dulce Felisa, la
gran dama
que quiso promediar con
entereza
las notas de un aciago pentagrama.
Ahora te vas sin ruido.
Y este drama
que esparce sus lamentos
de tristeza
te inmortaliza al fin.
Y te proclama.
* * *
Lo supimos entonces.
Lo sé ahora.
Vivir es muchas veces agonía.
Por eso …
transida me sumerjo en tu
memoria.
¿Debo decir… mi pena es
tu alegría?
Desde CasaChina a Bogotá.
En un triste 17 de Diciembre de 2024