05/2025
De que nuestra tierra es tierra de
profetas da fe diariamente el DIARIO JAÉN, (¡toma redundancia!) un periódico de recorrido temporal
consolidado y de contenido local tan buscado de propósito que ya nadie le
discute con razón sostenible el liderazgo rural que ocupa dentro de esta Andalucía
nuestra que, pedazo a pedazo, suma sus ocho provincias como ocho porciones
inseparables de un mismo pan de pueblo.
La incógnita a despejar en nuestra
provincia particular es si los profetas nacen o se hacen en ella.
A estas alturas de mi vida estoy en
condiciones de afirmar que los profetas se hacen a golpe de talento
propio, pero se consolidan por obra
y gracia del reconocimiento ajeno.
In illo tempore, en
mi adiestramiento y entrenamiento como futura MaestraEscuela, se
me enseñó en aquello de que el verdadero talento viene a ser algo así
como una suma bipolar:
Talento=
aptitud+actitud
O sea: aptitud −con “p” entre la “a” y la “t”−, y la actitud
−con “c”
entre esos dos caracteres−. De poco vale −aprendí−
nacer con mucho talento (aptitud) para algo si el portador de los talentos no
decide pulirlos y ponerlos en condiciones de servir para sí mismo y para
quienes están ojo avizor a ver qué marca la máquina de crear. Es esa decisión
consciente (con “c”) la que eleva a los elegidos-por-sí-mismos para brillar
en lo oscuro.
Otra cosa que me ha enseñado el vivir tanto es que todos
tenemos talentos para brillar con luz propia; y, cuando digo “todos” me refiero a TODOS. Porque no existe una sola
persona venida al mundo que no traiga algún talento en la mochila.
Aplicando el anterior axioma a esto de la literatura, todos
tenemos alguna historia que contar. Que lo que contamos alcance o no la
gloria del éxito es una nueva incógnita que necesita ser despejada.
La incógnita del éxito literario la aprendí por traslación
a mi terreno de lo que me soltó mi padre el día que, tras rebelarle que había
decidido seguir sus huellas y hacerme abogada, le pregunté a bocajarro que cómo
se ganaba un pleito.
Para ganar un pleito −dijo− necesitarás tres cosas: llevar
razón, saber exponerla y que el juez te la quiera dar.
Lo que, trasladado al éxito de un libro, se traduce en:
1) tener una historia que contar, que cualquiera la tenemos
2) saber contarla, para
lo que ya hay que esforzarse en “desaguar” depósitos, sin olvidarse de “limpiar, pulir y dar esplendor” al venero con
empeño propio
3)
que los juzgadores
de la historia ajena la adopten como propia, cosa que requiere de elementos provistos de dedos mágicos que pareciera
que sólo tocan cuando quieren y como quieren a quienes estén en el sitio y en momento
precisos en el que el dedo señala y toca.
Y aquí llego al
punto álgido al que llevo dándole vueltas desde hace medio siglo: dando por
sentado que posesión de historia y maestría para contarla son imprescindibles, me
pregunto: ¿es el azar el que mueve la dirección del dedo mágico o hay algo más?
Hoy, al ver en la
portada del Diario Jaén a este paisano triunfante y elevado a la gloria
de las letras en que se ha convertido David Uclés, creo haber despejado
mis dudas. Por supuesto que David parece que tiene historias que contar; como
cualquiera. No cabe duda de que sabe cómo contarlas; y a eso se aprende si hay aplicación. Nadie
puede negar ya que ha sido señalado por el dedo de las Musas…
Pero su
principal talento es haber descubierto y reconocido que ha venido al mundo en
una tierra que no se conforma con sentarse a mirar cómo nacen sus profetas,
sino que fabrica, interviene, decide… en definitiva, “hace profetas”. Y luego,
como buena paridora, los cuida, los mima y los enaltece sin cejar en el empeño.
Cosa que David parece que sabe reconocer cuando, elevado a las alturas de
la gloria literaria, en lugar de sacudirse el pelo de la dehesa, que por cierto
tanto nos abriga a los de esta tierra, y correr a vestirse con ropa de marca
para parecerse a los que no son de donde son, va, se cala la gorra campesina,
se amarra el pantalón de pana lisa con una guita, se calza una esparteñas y,
pereciéndose cada vez más a sí mismo, echa el pregón de la portada de ese
periódico que tan a buen recaudo guarda la máquina profeteril: “Podría quizá
hacerlo en un periódico nacional, pero mi ilusión es que sea en Jaén. Me gusta deberme
a mi tierra y, además, creo que el periodismo local es el más importante, el
más auténtico y necesario”.
¡Usted sí que
sabe, MuySeñorMío! Aptitud, actitud, digitalización direccional suertuda
y haber nacido en una tierra donde se cuida a nuestros profetas desde los
papeles como a nosotros mismos…
PS/ No se crea… algo de EnvidiaCochina sin que hay.
Ya le hubiera gustado a una servidora tocar la gloria con su edad en lugar de
estar ya de vuelta en la lista de espera para subir a la otra gloria (la eterna).
En CasaChina. En un 19 de
Enero de 2025