VA DE...Batiburrillo literario

viernes, 11 de octubre de 2024

POETA EN MI TIERRA y ABOGADA RADIANTE

 

(Periodiqueando)

178/2024

Ayer fue la entrega oficial del IV Premio Internacional de Poesía “DIARIO JAÉN” cuya concesión me llenó de gratitud. Y vaya que se empeñaron a fondo en hacerme sentir “ganadora”. Un mes de crónicas necesitaría yo para poder narrar una mínima parte de lo vivido y sentido con cada momento, y cien páginas para recrearme con cada nombre de los asistentes.

Lo cual va a obligarme a seguir escribiendo sobre el tema.

El Diario promotor de tal galardón, por su parte, utiliza hoy nada menos que la portada y cinco páginas más (de la 58 a la 62) para recoger algunos momentos de todo aquello, de la mano de su cronista, FRAN MIRANDA.

Callarme no me voy a callar porque las emociones hay quer airearlas para que no se enconen, y, sobre todo, para que los recuerdos no se desvanezcan entre insensatos silencios.

Por algo habrá que comenzar, digo yo, y lo hago recordando el honor sentido con una de tantas sorpresas con las que me obsequió el día a través de su sorprendente elenco directivo: la asistencia al acto Manuel Jesús Martos Candela, decano del Ilustre Colegio de Abogados de Jaén.

Pero no iba a quedar ahí la cosa. Porque fue él mismo, el decano de los abogados jienenses, quien me trasladó su deseo de que el poemario “HABITANTES DEL PÁRAMO” fuera presentado en el Colegio de Abogados de Jaén, ese colegio al que perteneció mi padre hasta su temprana muerte, lo que transforma esta presentación en una sublime manera de homenajear su memoria.

Tan hermosa noticia se redondea hoy en la página 58 del Diario Jaén para colmar mis mejores expectativas. No se trataba solo de presentar el poemario en el Colegio de Abogados de mi tierra. Hay mucho más. Lo que se publica hoy es que… Para esta edición del Premio Internacional “Diario JAÉN” de Poesía, el periódico sella un acuerdo de colaboración con el Colegio de Abogados por el que la obra Habitantes del páramo será distribuida entre los colegiados…

¡Tanto honor, señor, tanto honor…!

 

En CasaChina. En un 11 de Octubre de 2024

martes, 8 de octubre de 2024

DOS DÍAS ... DOS ÁRBOLES

 

(Periodiqueando)

57/2024

        Faltan dos días para regresar a la tierra del color del olivo para recibir el honor que mis paisanos me hicieron con la concesión del Premio Internacional de Poesía DIARIO JAÉN.

El título del poemario que mereció semejante honor es HABITANTES DEL PÁRAMO.

Justo es, pues, descubrir quiénes fueron los dos árboles que inspiraron muchos de aquellos versos. Esos dos árboles que, como nuestros olivos, seguirán ahí, siendo paisaje en un paisaje en el que ya no estaremos quienes ahora los miramos, aunque nuestros versos, como los árboles, nos sobrevivan.

 

DOS ÁRBOLES

57/2027

Dos árboles

heridos de orfandad,

anclados a la tierra para siempre,

muñón contra muñón, recién talados,

se apuntalan el uno contra el otro

ahí, donde las hachas del otoño sajaron su hojarasca.

Dos árboles:

rendidos de por vida a sus raíces,

inmóviles

varados al lugar donde nacieron

lo mismo que dos náufragos cautivos de arenas movedizas.

Incapaces

ni siquiera de dar un paso al frente

para alcanzar a huir del tajo de las hachas.

Dos árboles tullidos y sangrantes.

 

El cortador se aleja,

cansino el caminar, machete al hombro,

efluvio de resina entre los dedos.

La piel embalsamada de amarillos

 ámbar de media tarde en retroceso cegándole los ojos

menguados

debajo la mano horizontálica a modo de visera.

Los dos árboles se duelen entre ellos,

en corteza mortal conversan entre sí

igual que dos amantes

en mitad del silencio de la nada:

¡Miralo!

Altivo como un olmo sin raíces, el hombre y su andadura.

Lo sobreviviremos, sí, quizá durante siglos.

Sin embargo

él puede desplazarse

Moverse de lugar. Cambiar de sitio.

 

En CasaChina. En un 8 de Octubre de 2024

domingo, 6 de octubre de 2024

LOS RECOVEROS DE ANDRÉS ORTIZ TAFUR

 

 Mi homenaje a Andrés Ortiz Tafur

174/2024

     ¿Sabes por qué pienso yo que tú escribes tan primoroso, Andrés Ortiz Tafur? Pues por algo tan simple como que lo que tu haces cuando le das al teclado no es escribir, sino irte de jaraneo a algún momento ya irrepetible de lo que llevas vivido y echarle una foto a los recuerdos con tu máquina de inmortalizar palabras con las que luego venir a ponernos los dientes largos, a enseñárnosla a quienes todavía recordamos aquellos tiempos.

    Claro que, ahora que lo pienso, tú escribes en clave de “acordarte de”, que, como bien dice Carlos Castaneda, no tiene nada que ver con lo de “re−cordar”.

     Vayamos por partes. Lo primero que quisiera yo dejar claro es quién es ese tal Carlos Castaneda, antropólogo por más señas, del que ahora −desde hace año y medio más o menos− le estoy leyendo su libro “El conocimiento silencioso”. Por lo que veo por ahí, muchos de los que entregaron su alma a “La Ciencia” lo consideran una especie de cantamañanas, aspirante a sacar número en la fila de los condenados a la hoguera de las vanidades, encendida y alimentada por quienes saben tantísimo que no les queda tiempo para dejar de pensar y darse a sí mismos la oportunidad de comenzar a sentir.

La que avisa no es traidora. Dicho queda: Leer a Carlos Castaneda queda para otros cantamañanas de segunda categoría, como yo misma, que leemos desde el “a-cordarnos” de lo vivido, con ese prefijo “a”,  que nos indica la carencia o privación de algo que a lo mejor encontramos leyendo a los locos, en lugar de “re-cordarnos”, con su prefijo “re”, del que se dice que induce a la 'resistencia' o 'negación' de cualquier cosa que no sea el catón modificable de los pobres cuerdos.

     Por decirlo con palabras del tal Carlos Castaneda, copio, tal cual, lo que él dice en la Página 159 del libro mentado:

“…acordarse no es lo mismo que recordar… Recordar es cuestión del pensamiento cotidiano… Acordarse…[es hacer] …la recapitulación de sus vidas. De simplemente pensar en… [los acontecimientos] pasan a estar en los eventos mismos”.

Pues eso, Andrés Ortiz Tafur, que eso es lo que tú logras con cada letra que escribes: en lugar de hacer que re−cordemos de lo vivido para negarlo de inmediato y re−negar de todo aquel pasado sin vuelta atrás, hasta el esperpento de ir y ponerle una denuncia al vecino por tener un gallo canoro, lo que tú haces −repito− es llevarnos de la mano a a−cordarnos en carne viva de aquellos olores, sabores y ecos de lo que todavía llevamos dentro como tesoros eternos.

Hoy ha sido la palabra “recovero” la que me ha puesto un nudo en el pescuezo, la que me ha trasladado a una escena que tenía arrumbada en la cámara de la niñez:

Me he visto a mí misma, vestida de apenas siete años, escuchando a lo lejos la voz inconfundible de nuestro recovero ambulante en mitad de la sagrada sordina tan llena de murmullos que entonces había en el pueblo.

¡Trapeeerooooo…!

A continuación, me he a−cordado de mí-misma, buscando la suela de una alpargata vieja en la cámara de mi casa de la calle Méndez Núñez, 7 de Jódar para bajar en dos zancadas hasta la esquina de la calle a esperar al trapero, y cambiarle mi alpargata por un palo de aquel paloduz, de hechuras marrones y alma amarilla con la que el mago-trapero nos endulza todavía el re-cuerdo.

Según he leído tu palabreja −recovero− me he a-cordado de aquel brujo ambulante, con la suela de mi alpargata en la mano, calibrando el valor del caucho en unos tiempos en que se recauchutaba hasta el alma. Le he visto los ojos de buhonero avezado echándole cuentas a mis hambres de paloduz hasta que, con la misma mano de calibrar alpargatas, sacaba palos de paloduz del atarre del manojo donde los llevaba. Y he paladeado y ensalivado el gustillo algo leñoso de aquel día, en el que la suela de mi alpargata vieja se revalorizó y recibí dos, en lugar de uno.

¡Dos dulces palos de casi un palmo

en lugar de uno!

Cómo no habrá sido ese a−cordarme que hasta he tenido que deglutir un omeprazol para aliviarme de la rescoldera que me han provocado los re−cuerdos a punto de digerir.

¿Te das cuenta, Andrés Ortiz Tafur, de lo fácil que te resulta a ti hacer magia con las palabras cuando otras nos vemos y nos deseamos para meter en vereda a las nuestras?

Pues eso… ¡Gracias!

 

En CasaChina. En un 6 de Octubre de 2024

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