Según nos informa hoy J. F. Paredes en el DIARIO
JAÉN, el escritor jiennense, Luis Jiménez, presentó una nueva criatura
literaria prodigiosa: NOIR.
Son CUATRO ESCRITORES CON NOMBRE Y CUENTO PROPIOS:
·Juanma Castro, con su cuento “El Montañez”
·Josema Luque, con su “Filtros, máscaras y Efectos”
·Carlos Oya, con su “Legionarios de la puerta Verde”
·Rubén Beat, con su “A pesar de lo que somos”
Son OCHO MANOS CREADORAS DE DESIGUAL TACTO SENSITIVOque se confabulan
para crear espacios asombrosos mediante el recurso de contar historias que
convergen en un mismo libro.
Es UN MODELO DE ESCRITURA PARTICIPATIVA que se aproxima
mucho al modelo de la ESCRITURA POLIFÓNICA, ideada y promovida por dos escritores de este y del otro lado del Océano:
María Socorro Mármol Brís, de España, y Juan Revelo Revelo, de Colombia,
consolidada desde 2010 en varios LIBROS POLIFÓNICOS publicados en
Colombia y España, y escritos por autores y autoras de Colombia, España,
Argentina, Perú, México y Túnez siguiendo la metodología polifónica.
No
puedo por menos que sentirme radiante ante esta nueva BabelOmnia convergente,
en la que cualquier lengua tiene cabida, es entendida y participa, haciendo un
todo de las partes de cada cual.
Solo me atrevo a invitar a los autores a que su próximo intento sea el de
mezclar sus voces en un mismo cuento.
No moriré del todo,
amiga mía
mientras viva en tu alma mi recuerdo… Rodolfo W. Tallón
Esto de la amistad y los afectos con los más grandes entre los
grandes no tiene mayor misterio: viene a ser algo así como la labrantía de nuestro
ArbolSagradode Jaén: nuestras olivas.
¡Si lo sabremos por estas tierras! Si a nuestras olivas les damos
su conveniente y amoroso laboreo, les escardamos las malas hierbas con la
humildad de un amocafre[1],
le removemos la tierra con una buena reja de arado dominado con tanto tiento como
tino desde la mancera[2],
las rastreamos con una buena grada para amansarles hinchazones y pedregueo y
les amansamos la sed con un riego espurreado a tiempo cuando es preciso si
aprietan las peores calorinas, las olivas siempre responden con largueza,
hinchándose primero, y vaciándose después en nuestros campos, con sus aceitunas siempre dispuestas
a la inmolación en la molienda y a su transfiguración en el mejor aceite del
mundo. Cómo no será que ese aceite bendito es lo primero y lo último que se les
da a las criaturas convertido en santos oleos.
Si a los grandes de las letras, como lo es Carlos Orlando Pardo se
acerca una con la mente dispuesta a recibirlos como maestros, los ojos prestos
a leerlos sin miserias, el entendimiento limpio de rivalidades pobretonas y con
los brazos abiertos al abrazo ecuménico, tenemos andado más de la mitad del
camino que conduce a la amistad-para-siempre.
Por eso el pasado 20 de marzo escribí lo que hoy, domingo 23 de
marzo, recoge y publica el DIARIO JAÉN, y que yo no puedo por menos que reproducir
aquí para que la memoria del primer abrazo perdure por los siglos de los
siglos
LA PRIMERA VEZ QUE ABRACÉ
A
CARLOS ORLANDO PARDO
Dedicado a… 41/2025
De eso hace ya mucho tiempo. Tanto que aquel abrazo al escritor,
editor y amante de lo escrito que es el colombiano Carlos Orlando Pardo,
abrazo que nació pimpollo, cálido y frutal como su país, fue adquiriendo esa
pátina de arraigo que solo lo excelente logra hasta adquirir ese valor
incalculable que el paso del tiempo aporta, consolida y templa como al mejor
acero.
No lo busqué. Simplemente, como la persona tocada por la fortuna
que soy y me reconozco, lo encontré aquella vez en que decidí viajar más allá
de dónde se acababan los bordes de mi vieja Europa y comenzaba el Océano. De
eso hace tantos años ya que cuesta trabajo pensar que hayamos recorrido tanto y
multiplicado el primer abrazo en una ecuación con incógnita siempre por
despejar y elevada a la enésima potencia.
Aquel primer abrazo se convirtió en costumbre a lo largo de los
años, porque Carlos Orlando Pardo, el maestro, patriarca, escritor y
promotor de todas las historias de su patria, es una especie de abrazo
universal creador de una saga de sangre y de afectos.
Pasamos por todas las fases necesarias para convertir lo mejor de
nosotros en joya de amistad, casi hermanos, o, a lo mejor, más que hermanos, desprendiéndonos
de cualquier escoria que pudiera restar valor a nuestro encuentro.
Aquel colombiano, grande de las letras al otro lado del Atlántico, creador
cincuenta y tres años atrás de la EDITORIAL PIJAO, y de maneras majestuosas
para los suyos que somos todos, ha sido reconocido por los nuestros, a este
lado del agua, como lo que es desde siempre: merecedor indubitado del Premio
Internacional “Gustavo Adolfo Bécquer” por toda su obra, representada en su
novela “LAS OTRAS VIDAS DE MI HERMANA GLORIA”, inquietantemente escrita por
Carlos Orlando Pardo, primorosamente publicada por la EDITORIAL SIAL PIGMALIÓN
y ya en las librerías de nuestro país dispuesta a introducirnos en el insomnio
de lo fantástico.
Como adepta y adicta de ambas editoriales del otro y de este lado,
tuve el honor de convertirme en introductora de su galardonada novela, junto
con el hermano del autor, Jorge Eliecer Pardo, también escritor conocido
y reconocido en Colombia como uno de sus mejores representantes. Para quienes
lo duden, no tienen más que leer “Los velos de la memoria”, estremecedora
y descarnada crónica publicada en España sobre sufrimiento del pueblo
colombiano, de las gentes más llanas del pueblo colombiano, durante sus cincuenta
años de conflicto armado.
Después del acto de proclamación y entrega del premio a Carlos
Orlando, y en una reunión familiar de las que son habituales entre nosotros
desde aquel primer abrazo colombiano, tuve también el gozo de volver a platicar
−como dicen ellos− con los hermanos Pardo, y, cómo no, con sus esposas e hijas,
de sus vehementes y siempre renovados deseos de conocer mi SierraMáginaBendita,de la que tanto, y durante tantos años, hemos hablado hasta el hartazgo
allá, en su IbaguéMágica en pleno eje cafetero.
Volvimos a recordar aquella vez en la que, al ver los linderos de
las plantaciones flanqueados por arbolillos de naranjo, “para darle al café
aroma de azahar” −me aclararon−, se me ocurrió proponerles probar a cercar
aquellos cafetales con olivas jaeneras: “así, de una tacada, saldría el café de
vuestros desayunos con sabor a tostadas con aceite de nuestro Jaén” −les aclaré
contemplando al mismo tiempo cómo se les hacía la boca agua−.
Y, mientras nos conjurábamos para repetir el hermanamiento de
aromas eternos en mi SierraMáginaBendita, con su IbaguéDelAlmaSuya, volvimos
a abrazarnos en una tierra con olor a café y vocación de aceite de oliva.
¿Virgen?
Pues… Habrá que escribir sobre ello delante de un buen tinto con
tostadas.
La otra noche, terminado el acto de reconocimiento a Carlos
Orlando Pardo, inmortalizado por cierto por ese amante de su propia tierra,
la Mancha, que es mi queridísimo José Bello, nos fuimos de farra por las
calles de Madrid, y volvimos a lo de siempre: El próximo abrazo en SierraMáginaBendita.
Así sea.
En CasaChina. En un 20 de Marzo de 2025
Presentación en Madrid del libro de Carlos Orlando Pardo "Las otras vidas de mi hermana Gloria", ganador del Premio Internacional "Gustavo Adolfo Bécquer". Grabación realizada por José Bello.
[1]AMOCAFRE: Pequeña herramienta
del campo con hoja de hierro en forma de corazón, y mango corto y ganchudo. Se
usaba para quitar las malas hierbas de sembrados y huertas, labor que se
llamaba amocafrar*. [EXPRESIONARIO DE MÁGINA - Inédito]
[2]MANCERA: esteba,empuñadura de
madera en los viejos arados, desde la que gobierna la faena el que va
arando. [EXPRESIONARIO DE MÁGINA – Inédito].