NEPOTISMO DE GÉNERO

(Yo acuso)

07/2025

Desde una tristeza infinita como mujer, y desde un sentimiento de nausea renovada, yo lo acuso MuySeñorSuyo de haber desplegado un aborrecible NEPOTISMO DE GÉNERO intolerable y demasiado rancio, incluso para mí, que pertenezco a la BajaEdadMedia del patriarcado.

Antes de explicar mi acusación particular, y, desde luego, antes de que me alcen el derecho a ejercitarla, vaya por delante que lo de “señor” es una metáfora satírica, una licencia dolorida, una mera fórmula de cortesía, como denota su hacinamiento cursivo y recursivo en una sola palabra. Cortesía harto generosa por mi parte para quien, como usted, ha dado muestras de agotamiento de tal gracia, suponiendo que alguna vez la haya recibido, cultivado, entendido y practicado.

Ya debiera saberlo: privilegio de auténticos señores fue aprender a no avasallar a LAS más frágiles valiéndose de tenerlas a pie firme a su presencia mientras usted se apoltrona en puñeteros privilegios pagados con cargo al erario público.

¿O es que la rancia y anticipada PenaDeBanquillo se ha convertido ahora en posición de primer tiempo de saludo…?

Alego en mi descargo que el “Muy” es un simple adverbio con función gramatical modificativa del supuesto “Señor”, cuyo concepto de señorío es tan “Suyo” −y tan poco mío− que pocos, por no decir nadie, le reconocemos desde que asistimos con estupefacción a sus “formas” de tomar de declaración a una mujer que tuvo la osadía de denunciar y la mala suerte de que su denuncia cayera en su juzgado. Así que, por si le cuesta entenderlo, sepa que muy pocos, por no decir nadie, debiera escuchar un MuySeñorSuyo sin alarmarse ante tal enunciado, por cierto no tipificado ni recogido en el Código Penal como causa de empitonamiento astado y querellable, penado con la pena de “llanto y crujir de dientes”. (Lucas 13:28).

         Ya sabe usted a lo que me refiero.

Dicho lo cual, paso a trasladarle el presente PliegoDeCargos para que, en el término improrrogable de UNA AUDIENCIA, y si así le conviniere, formule las alegaciones que tenga por conveniente, y pida las disculpas que esperamos, con el apercibimiento de que, de no hacerlo, seguirá siendo más SeñorSuyo que antes y menos MuySeñorNuestro respetable que nunca.  

Ello sin perjuicio de lo que hagan o dejen de hacer los llamados a mandarlo a usted al rincón de pensar, suspendido de ese empleo público por el que todos nosotr@s le pagamos, sin sueldo con el que echarse unas risas gonadales a cuenta del dolor y la humillación pública de nosotrAs. Que, como la palabra “toga” tenemos un género tan respetable como el suyo. Y, desde luego, sin poltrona.

Así que…

CONSIDERANDO: que de lo escuchado y publicado parece desprenderse que el TogadoInvestigado pudiera haber utilizado su toga y sus puñetas con manifiesto abuso de poder en el interrogatorio de una mujer culpable de la osadía de atreverse a denunciar que pudieran haberle metido mano sin haber dicho “SI”.

CONSIDERANDO: que en dicho interrogatorio, dadas sus formas y sus fondos, pudiera haberse incurrido en un DELITO DE NEPOTISMO DE GÉNERO (aún por tipificar negro sobre blanco) del que parece que resulta beneficiado un señor con atributos describibles, sobre cuya exhibición, uso y disfrute se interrogó a la enhiesta fémina revictimizada con una zafiedad manifiestamente mejorable.

RESULTANDO: que hay indicios suficientes para imputar de dicho delito (aún por tipificar) a un MuySeñorSuyo togado y puñetero, gestatorio, pelín vocinglero por otra parte, y audazmente intimidatorio con un género determinado en contraste con lo pastueño frente al otro…

RESUELVO: que LAS DE ESTE GÉNERO estamos hasta más allá de… eso mismo de que sigamos manteniendo a mesa y mantel a semejantes MuySeñoresSuyos que en una sola mañana nos destrozan el trabajo de años, convenciendo a las colegas indecisas de que “tolerancia, cero con cualquier maltrato” es una actividad de alto riesgo.

Razón por la que requerimos a los que mandan en lo de las togas con puñetas a que lo despuñeten a usted, a poder ser en la plaza pública, MuySeñorSuyo, para tratar de volver a sacarles el miedo del cuerpo a quienes, con la disculpa de un sugerido  “calentón”, deciden arruinar lo que tanto trabajo nos cuesta conseguir día a día a las presuntas “calentadoras”.

OTROSÍ DIGO: que si usted, MuySeñorSuyo, juzgaba (o prejuzgaba como parece) que la interrogada pudiera estar incursa en DenunciaFalsa, lo suyo –lo propio de un MuySeñorNuestro–, era deducir testimonio en esclarecimiento de los hechos en lugar de ampararse en el burladero de la toga con puñetas que lo convierte a usted en lo que es. (Claro que para eso se necesita tener las borlas del birrete muy bien puestas).

Y eso lo sabe usted de sobra, MuySeñorSuyo. Y, si lo ignora, debiera saberlo, a riesgo de…

 

En CasaChina. En un 21 de Enero de 2025